Todo el mundo sabe que los recursos naturales se agotan, pero al parecer nadie lo entiende.
El precio con el que se paga el capital es el desequilibrio natural, las empresas se beben el agua, talan los montes, aplastan con carreteras los bosques, las montañas se convierten en selvas de concreto y otras de la noche a la mañana parecen desaparecer con la minería.
La riqueza se acumula en manos de unos cuantos seres humanos y otros salen a las calles gritando por equidad o un plato de comida, al menos estos pueden protestar. Pero en los bosques los animales y las platas solo van dando un paso atrás viendo como su entorno cada vez está más cerca de consumirse y perseguidos por el apetito voraz de los hombres y sus máquinas.
Surge un virus desconocido
Entre los animales perseguidos se encuentra un hospedador del SARS-CoV-2, es en el mercado de Wuhan en China donde se compra y vende carne de murciélago para consumo humano y por lo que según el artículo “El origen proximal del SARS-CoV-2” es probable que haya una fuente animal para la trasmisión a humanos, posiblemente el murciélago o el pangolín presentes en este lugar y aunque no se trasmite de forma directa, funcionan como reservorios para que pudiera infectar a los seres humanos por selección natural.
El virus pareciera haber infectado o afectado al capital, la economía en todo el mundo se detuvo inmersa en una cuarentena donde la clase social alta exige a la baja quedarse en casa, detalle curioso porque los de la clase alta fueron los encargados de esparcir el virus en primera instancia.
La fuerza obrera por lo tanto dejo de producir, y las pequeñas y medianas empresas a cerrar como víctimas de la infección. El gobierno de la Ciudad de México realiza una inversión de 500 millones de pesos para apoyar con créditos a los microempresarios, por supuesto no es apoyo, en otras palabras “Te presto dinero (que además es de todos los mexicanos) para que después me lo pagues con intereses” y como siempre los pobres pagan la crisis, otros porque si no se quedan en casa no comen, entonces siguen produciendo para que el rico disfrute desde la comodidad de su hogar el espectáculo de ver morir a los más vulnerables.
¿A quién le toca pagar?
Chile se levanta con una manta que dice “KE MUERA PIÑERA Y NO LA KLASE OBRERA –KE LA KRISIS LA PAGUEN LOS RIKOS”, pero en México Zoé Robledo director del IMSS acusa a los que piden lo propio de no ser solidarios, y, hablando de solidaridad Luz María Alcalde Secretaria de Trabajo y Previsión Social también llama a la solidaridad; algo no terminan de tener claro en el gobierno es que la solidaridad es el apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, pero esto no es ajeno a ellos, es más, es su obligación como gobierno.
El presidente constitucional Andrés Manuel López Obrador pareciera estar detrás de un gran muro que no lo deja ver la realidad, lo que genera que se ponga la responsabilidad en los hombros de la solidaridad del pueblo mexicano.
Pero que puedo decir de Esteban Moctezuma Barragán, secretario de educación, según la Revista Proceso adjudico a la empresa Seguros Azteca de Salinas Pliego un contrato por 969 millones bajo el concepto de “servicio de aseguramiento de bienes patrimoniales; carga y embarcaciones, semovientes y flora” dinero que más que para el aseguramiento de bienes pareciera un premio por no haber respetado la dignidad y los derechos de sus trabajadores durante la pandemia, o quizá por la hazaña en la que su televisora manda a desobedecer las recomendaciones de Hugo López-Gatell subsecretario de prevención y promoción de la salud.
Ángel Díaz Barriga investigador de la UNAM llama a cuestionar la labor docente y a la propia institución de la que antes comentábamos y que pareciera no tiene mejores cosas en que gastar 969 millones de pesos.
¿Y la educación?
Entre los investigadores de la educación y los docentes siempre ha existido un conflicto entre el discurso y la praxis, y es que estamos hablando de una ciencia social donde el resultado no siempre va a ser el mismo como en las ciencias exactas. Sería arbitrario culpar al profesor por no tener las herramientas para enfrentar una pandemia y el conocimiento tecnológico para ejercer un modelo pedagógico a distancia que, como el mismo Díaz Barriga indica; no tiene precedente y además los que ya lo practican no logran desarrollar con efectividad.
La institución desde sus deficiencias pretende continuar con el programa como si no estuviera sucediendo una pandemia, tratando de implementar modelos educativos y pedagógicos improvisados que además marcan un distanciamiento importante entre clases sociales; es decir, el que tiene a la mano las herramientas tecnológicas para continuar aprendiendo lo hace y el que no cuenta con los medios y su educación al igual que la economía se encuentran detenidas.
Los ricos ni en la panza ni en la educación resultan afectados, pero para los pobres resulta fundamental entender y conocer el ambiente, regresar a una educación primitiva donde me forjo a través del aprendizaje empírico y lo formalizo a través del apoyo del docente. Es un gran reto por supuesto, peleando la guerra sin fusil (recordando que el fusil se lo regalaron a Salinas Pliego) tendremos que trabajar con las herramientas que hay en casa.
Entender el ambiente significa observar con claridad los fenómenos naturales y sociales que se desarrollan a nuestro alrededor y que son parte de nuestra cotidianidad, lograr que los alumnos se cuestionen y cuestionen lo que sucede, culminando en el pensamiento crítico y la aplicación de sus observaciones y aprendizajes empíricos adquiridos en una metodología formal, pues el conocimiento se construye y no está aislado por la pandemia.
Yulma Angélica Cervantes Huerta, es alumna de la Maestría en Educación Ambiental de la Universidad Pedagógica Nacional 095
Referencias.
https://www.proceso.com.mx/625444/sep-rescate-salinas-pliego
https://www.youtube.com/watch?v=-PNgvHOCnRU&feature=youtu.be