Sacapuntas
El timbre de las 8
I
Desde la escuela primaria, César Labastida Esqueda tuvo buenos maestros de Educación Física. Recuerda a Blanquita, en quinto grado:
─Déjelo correr entre sus piernas ─refiriéndose al balón─ píselo, alce la cabeza, toque la bola y muévase ─y luego de rematar, la profesora agregaba. ─No por chaparro no lo va a aprender; Napoleón era más chiquito que usted.
En la Secundaria, al maestro Cano, que le enseño a volear, algún estilo de nado y con el que fueron a varios campamentos en el Estado de Morelos.
Al profesor Nava en la prepa:
─Vienes botando al entrar al área, tomas el balón con el brazo derecho; pie derecho, hacia afuera, pie izquierdo empujando para levantarte y buscas el cuadro. Ahí está su entrada y canasta, señores.
O al maestro Roberto Sosa del club de lucha:
─No señor, primero el cuello, bajas a tu oponente y te metes en el cuerpo, girando para derribarlo.
También evoca al profe Pablo Jasso:
─¿Cuántos tipos de motricidades conocen? ¿Por qué es importante que las conozcan? Porque no estamos en el patio y sí en un salón con una pizarra, borrador y gis.
O al coach Sam:
─Este juego ya se perdió, pero quiero cuatro puntos. Vamos a darle la vuelta, no al marcador, a nuestra actitud.
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