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Martes, Julio 02, 2024

Me encuentro frente a la computadora escribiendo y recordando mi forma de vida hace diez años. En aquel entonces, mis preocupaciones e inquietudes eran mucho menores a las de ahora, pero tenía muchos más sueños de los que ahora tengo, recuerdo que me peguntaban ¿Qué quieres ser cuando seas grande?, yo respondía, futbolista, entrenador de futbol, competidor olímpico, o algo por el estilo, recuerdo que mis sueños eran estratosféricos y, claro, era solo un niño de diez años lleno de ilusión.

Hace diez años, en otra parte del mundo, también había un soñador, o quizá muchos soñadores, personas que a su vez iniciaban un camino muy distinto al mío, pero creo que mucho más realistas y con anhelos más nobles que los míos, educar a los no educados, difundir los pensamientos educativos en algún lugar mínimo del mundo, hablar de cine, de educación ambiental, de experiencias, pero, sobre todo, canalizar una amistad de dos personas en una sola pasión.

Pálido Punto de Luz cumple una década, y aunque nuestros caminos al inicio estaban en distancias lejanas, hoy estoy feliz de poder ser colaborador en una edición especial al celebrar 10 años de su existencia. Considero ser parte de ese logro, y depositar mis escritos es un pequeño grano de arena en este inmenso mar de éxitos.

Sin embargo, me pregunto, ¿Cuál fue el momento en que la vida encaminó mis pasos a este sitio? ¿será de verdad éste mi camino? ¿Qué sucedería si estoy cometiendo un error?

Convencido estoy día a día, del lugar que ahora mismo ocupo, de las situaciones que ahora enfrento, de las que he enfrentado, y de las que seguro enfrentaré, en este amplio recorrido que inicia, que continúo con la ilusión de aquel niño que deseaba ser futbolista y que, poco a poco, fue siendo orillado al mismo sueño de nobleza y amor hacia los demás, indicando que el único camino para realizar esto es la educación.

Las decisiones propias me han traído aquí. Desde este lugar reflexiono y puedo entender a mis profesores, a todos aquellos que en su momento trataron de dirigirme, como timón de un barco perdido, como esa guía de amor y empatía dirigida a un alumno entre miles, una simple palabra, un sencillo consejo o incluso un abrazo que significó redirigir mi camino hacia lo que ahora soy.

Hoy puedo ver desde los ojos de mi profesora de cuarto grado, puedo sentir los regaños de mi maestra de quinto, estremecer mi piel con el cariño de mi profesora de sexto, y así recordar uno a uno las y los profesores que han tocado mi corazón.

Hoy sentado frente a un espejo, viéndome a los ojos, trato de descifrar el algoritmo que rige mi vida, para entender el porqué del lugar que ocupo, por qué decidir ser quien ahora eduque.

Lo cierto es que soy feliz, sea lo que sea que haya llevado mis pasos hasta aquí, a estudiar pedagogía y, adicionalmente, hacerlo en una institución como la Universidad Pedagógica Nacional, que resulta ser uno de los mayores, si no el mayor, logro de mi vida.

Estar rodeado de profesores tan sabios y con un apetito insaciable de ayudar, es invaluable; acompañarme de compañeros dedicados, talentosos e inteligentes, me llena por completo de orgullo.

Confío en mí, y confío en haber llegado al lugar en el que después de 10 años quiero estar.

Deseo convertirme en un profesional dedicado, exitoso, pero, sobre todo, en un ser humano que se rija bajo la lógica del amor y del deseo de ayudar, tal cual mis profesores me han enseñado con el ejemplo en todos estos años.

Voy a trabajar y a esforzarme para no defraudar a todas esas personas que sé que confiarán en mí, que depositarán en mis manos su formación. Y no pienso decepcionarlos, sino ayudarlos y motivarlos, a ellos y a los demás, a ser mejores seres humanos, pero principalmente pienso en no traicionar mi convicción de ser educador.

Hace diez años yo sólo era un niño preocupado por un mundial de futbol, hoy soy un estudiante lleno de ambiciones y metas, preocupado por la educación actual. Ahora estoy escribiendo sin saber qué me depara el futuro, pero espero que en algunos años reciba una llamada en la que se me pida escribir de nuevo en este espacio, para plasmar lo que habrá sido mi vida en la última década.

Gracias Pálido Punto de Luz, nos encontraremos en diez años más. ¡Felicidades!

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El timbre de las 8

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

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“pálido.deluz”, año 10, número 120, "Educación en la segunda década del siglo XXI", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández,calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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