César, todavía con incertidumbre y frente a la pantalla de su lap top, comienza a preparar los cursos de las instituciones a las que presta su servicio docente. Le han pedido toda la información, explicando cómo mantendrá contacto con los grupos asignados en la modalidad a distancia. Así que le han solicitado las claves y descripciones de las aplicaciones que usará; los correos electrónicos de alumnos y sus números de celular; una planeación intensiva que incluya los contenidos de la asignatura, los materiales que ocupará, la forma en que realizará las evaluaciones para lograr los aprendizajes esperados; además de otras minucias administrativas que implementará desde su casa. Mucho más trabajo que el normal.
“Como si en la pandemia de miles de muertos, en todo el mundo, se pudiera corregir la situación del sistema educativo nacional. Estamos viviendo en carne propia las nuevas formas de explotación.” Piensa el docente atribulado.
A pesar de la circunstancia, el profesor Labastida, responsable, ha estado al tanto de las noticias educativas y de salud que día tras día se publican, tanto en prensa, radio, televisión, como en las redes sociales, ya que en la contingencia mantener contacto con el exterior es una estrategia más de sobrevivencia.
El profe Labastida ha disfrutado, con satisfacción reprimida, la paliza que le han puesto investigadores sociales, analistas y críticos de diversos medios de comunicación al Secretario de Educación, por la estrategia de regreso a clases por televisión en la educación básica.
“Moctezuma, el secretario, ya parece el ladrón del video de la combi que se viralizó en las redes”, razona César, “no paran de atizarle golpes por desconocer la importancia del docente en la escuela. Hasta yo que soy profe por casualidad lo reconozco.”
Labastida continúa trabajando en su lap top cuando recibe la notificación de que ha llegado un correo; por fortuna, se percata de que ese e-mail no es institucional, es de su buen amigo y compañero del magisterio: Armando Meixueiro (con el que ademas, parece estar emparentado). El asunto dice “Invitación a participar en Pálido punto de luz” y el cuerpo del correo explica:
“Estimado César:
“Nuestra Revista Educativa Pálido punto de luz cumple 10 años, y hemos pensado que para celebrarlo, en el número 120, sería un privilegio recibir tu colaboración con algún artículo que haga referencia a experiencias educativas y/o culturales; o a algo significativo de la educación o la sociedad en la década que está concluyendo. ¿Te gustaría participar? El tema de aniversario se titula: Educación en la 2a década del s. XXI. Esperamos tu colaboración con la extensión que gustes.”
“Como sé que casi no te gusta escribir sobre tus experiencias educativas y escolares, te sugiero algunos temas relevantes en la década pasada:”
-Aspectos educativos en el centenario de la independencia y en la 4T
-La persecución de los maestros en la Reforma educativa neoliberal: 2012- 2018.
-Cambios constitucionales desde lo educativo en la década.
-De los libros impresos al poder de las plataformas científicas.
-Los avatares de la implementación de la educación por competencias.
-Las tecnologías de la información y el conocimiento, antes y en medio de la pandemia.
-La vida cotidiana en el confinamiento y sus aprendizajes.
-Los cambios educativos pos-pandemia.
-Vida , pasión y muerte de las redes sociales.
-La sobrevivencia de los profesores en las Instituciones de Educación.
-La obsesión por la evaluación y la medición.
-De la educación ambiental para el cambio climático a la sana distancia
-El uso educativo de los medios de comunicación y el internet en la segunda década del siglo XXI.
-¿Qué tanto se han usado las pedagogías alternativas en la década pasada?”
“Te darás cuenta que muchos de los temas sugeridos los hemos platicado en algunas ocasiones, así que trata de explayarte en deja fluir tu pluma, bueno, mas bien tu teclado.”
“Cordialmente.
Armando”
César Labastida Esqueda abre el procesador de texto, le da una mordida a un buñuelo que tiene a un lado de la computadora, sorbe un té de manzanilla; con la pantalla en blanco y el cursor intermitente, no se decide por donde comenzar, “avanza, retrocede, da un rodeo y llega siempre…”, recuerda el inspirado profesor postergando sus tareas virtuales en la infame pandemia.