INTRODUCCIÓN.
Para decidir cuál es el camino adecuado de un alumno al ser formado, se tiene que definir cuál es la idea de hombre, sociedad o mundo, la ruta a seguir inicialmente debería partir de un análisis del contexto social donde se vive y se trabaja.
Nos dice Noam Chomsky (2017) que existen dos versiones o ideas de la educación, una que desea obtener un control de los individuos, para evitar un descontrol social, donde los objetivos son claros o acordes a un desarrollo económico y otra donde los seres humanos pueden vivir en armonía, así como desarrollarse de manera libre, donde cada planteamiento o saber faciliten la obtención y construcción de objetos nuevos, ideas inéditas que le beneficien a él y a la sociedad que le rodea.
Se reconoce de hace tiempo que la educación escolar y el currículo es un camino que se articula desde el poder público -gobierno-, en el video de la Universidad a distancia de Madrid -udima- (Madrid, 2021)nos indica que la escuela ha sufrido una serie de cambios a lo largo de su devenir, que pasó de una modelo escolástico a uno prusiano, y posteriormente a la escuela nueva, no obstante, para llegar a una idea de la escuela como un entorno libre y democrático – no se ha logrado todavía en muchos países del mundo- se tuvo que lidiar con el poder clerical y monárquico.
A través del tiempo la escuela como institución de poder se ha provisto de una serie de posturas que van de ser un lugar de formación ideológica a un lugar de formación clerical, la realidad es que cada sociedad ha modelado a sus ciudadanos de acuerdo con una idea de progreso, política o poder.
Y según los organizadores -regentes- de la misma, se puede obtener este modelo de persona a partir de dotarlos de información, cultura e idiosincrasia. Al mismo tiempo, es el trabajo en las aulas donde se promueve dicha construcción personal, trabajo que perdurará para ese momento y el futuro.
Todo esto unido a la posibilidad de que el ser humano formado en una escuela pueda trascender en su medio social, la educación entonces se vuelve un momento decisivo en el desarrollo político y económico de muchos países. Desgraciadamente, la idea del progreso a toda costa ha permitido en muchas ocasiones ver de manera distorsionada la idea del entorno o mundo.
Después de la revolución industrial y del apogeo del capitalismo salvaje (siglo XIX – XX), las personas formadas dentro de las instituciones de los países dominantes han visto a la naturaleza como un lugar para obtener ganancias, tratando de obtener beneficios a costa de todo, sin tomar en cuenta ni a los naturales del lugar o el impacto en el paisaje.
Esta óptica utilitarista ha dejado a un lado la idea de que cada planta, animal o ser humano tienen una función vital en ese ecosistema, la idea de explotar para producir ganancias sin una planeación o respeto por los procesos naturales han convertido el planeta en una mercancía.
DESARROLLO.
Joao Paraskeva nos indica que las currícula deben mantener una serie de cualidades necesarias para que le puedan servir a una sociedad, entre ellas debe ser un elemento flexible, contextualizado y sobre todo social, se debe de liberar de una serie de ataduras que le convierten en un obstáculo.
Dwaune Huebner (1966) nos advirtió sobre la importancia de encontrar nuestras nuevas maneras de pensar y hablar sobre el currículo; por otro lado, el abordaje de Deleuze nos permite percibir una teoría de currículo como (a) una forma de desterritorialización, (b) un acto de giro, y (c) un simulacro.(Paraskeva, 2016, p. 122)
Lo importante en una construcción individual después de pasar por una escuela es obtener los conocimientos necesarios para construirse a uno mismo, ser algo nuevo, reconocerse como algo diferente después de estar en contacto con otros. Lo que implica una búsqueda de la realidad que nos rodea, que podemos cambiar y trascender. De manera individual y acompañados de nuestros pares.
No se trata de seguir moldeando individuos similares sino crear la diferencia entre cada uno de ellos, la diferencia es lo que puede manifestar un cambio o una transformación en la sociedad. Paraskeva nos dice que “Los docentes se saturan produciendo similitudes en medio de una multitud cada vez más diversa y compleja” (p. 123). Pero todo esto es debido a una idea cerrada del conocimiento de los seres humanos, de la idea de mantener un ideal de un ser social aceptado por los demás.
El trayecto escolar debe estar basado en un cambio de mentalidad individual, en nuestro tiempo el alumno al no ser la persona aceptada por la sociedad aun cuando han sido formadas dentro de sus instituciones se han vuelto entidades extrañas, un conjunto de seres bizarros, frustrados y llenos de ira; la enfermedad social del profesional sin arraigo, ni gusto por su profesión y por ende de su vida se han vuelto parte de la constante social actual.
La felicidad humana depende de la idea que las personas tengan del mundo, o la visión en sociedad que se deseé ver a futuro, tener una óptica trascendental solo se logra al estar en contacto con seres libres de prejuicios, tabúes y circunstancias económicas dispares. La democracia y una integración comunitaria se puede construir con la participación y la diversidad de ideas.
He aquí que la educación ambiental es una manera de desterritorializar el currículo, pues promueve el conocimiento de la comunidad propia, induce a reencontrase con las raíces y con la gente de nuestro derredor, nos sitúa en un contexto histórico común, acrecienta la posibilidad de mejorar el entorno y crea una idea de la naturaleza como un ser vivo total, y sobre todo le da una importancia sustancial a cada organismo que existe en el medio ambiente.
La educación ambiental se desliga de una atadura institucional férrea, se vuelve flexible a cada lugar y circunstancia, permite dentro de las diversas instituciones e instancias comunitarias una nueva manera de comunicación y difusión de los saberes, fomenta la comunicación directa y efectiva. También implica una manera distinta de estar dentro de la sociedad, pensando en una transformación de pensamiento, no para que seamos la gente aceptada sino para mejorar nuestra vida y entorno con los otros.
Pues un ecosistema donde vive el ser humano debe ser compartido con los demás organismos, respetando su lugar y manera de vivir. “La educación ambiental debe tener como base el pensamiento crítico e innovador, en cualquier tiempo y lugar, en sus expresiones formal, no formal e informal, promoviendo la transformación y la construcción de la sociedad” (Rio20.net, 2011, párr. 9). Este trabajo corresponde a todos los ciudadanos, pero lo importante es tener una idea común y está se obtiene a través de compartir la información, sea dentro de la escuela o fuera de ella.
CONCLUSIONES.
Una de las ideas centrales de este autor (Parakeva) es observar que las sociedades modernas están plagadas de fantasmas, de ideas muertas que afectan la vida y la convivencia de los seres humanos en su conjunto, indica que es necesario pensar en un nuevo camino, un currículo libre de territorios comunes, dominados por una idea central de la historia de los países dominantes o de una historia rígida e inflexible, sin critica, donde las ataduras políticas e ideológicas de un grupo dominante hace creer a los lectores que son vasallos de alguien.
Lo importante, es apreciar los logros personales o comunitarios, que son fundamentales en el progreso de una región o un país, esto conllevaría el engrandecimiento comunitario, así como dar firmeza a la solidaridad y comprensión del valor intrínseco de las personas.
En esencia y apoyándome en los argumentos de Deleuze (1990a), una teoría curricular debe contribuir a subvertir y revertir la posición platónica –que ve el mundo como reproducción de un modelo original particular y lo entiende como un simulacro o copia del original (Paraskeva, 2016, p. 124)
Todo cambio debe mantener una vivacidad y una vitalidad necesarias para aceptar que se puede cambiar, de acuerdo a las circunstancias, a los momentos históricos o las tragedias ( guerra, pandemia, violencia, narcotráfico, crisis económica y política) , sería una manera de mover la sociedad y el pensamiento, observar y cambiar a tiempo, pues no podemos esperar que otros lo hagan cuando nosotros somos los actores de nuestro propio destino como docentes, alumnos o ciudadanos.
Como docentes podemos formar un ser autonómo, autodidácta, crítico y multicultural, sentar las raices desde la eduación básica, media, superior o posgrado, pues de estas personas depende mejorar o modificar el mundo, la sociedad y la vida en común. La construcción teórica y herramienta llamada Educación ambiental nos puede apoyar en esta labor tan trascendente, todo ser humano debe estar acorde a su tiempo y contexto. La escuela debe ser vista como un espacio abierto, donde se ejemplifique una mejora cultural, global y comunitaria.
INTRODUCCIÓN.
Para decidir cuál es el camino adecuado de un alumno al ser formado, se tiene que definir cuál es la idea de hombre, sociedad o mundo, la ruta a seguir inicialmente debería partir de un análisis del contexto social donde se vive y se trabaja.
Nos dice Noam Chomsky (2017) que existen dos versiones o ideas de la educación, una que desea obtener un control de los individuos, para evitar un descontrol social, donde los objetivos son claros o acordes a un desarrollo económico y otra donde los seres humanos pueden vivir en armonía, así como desarrollarse de manera libre, donde cada planteamiento o saber faciliten la obtención y construcción de objetos nuevos, ideas inéditas que le beneficien a él y a la sociedad que le rodea.
Se reconoce de hace tiempo que la educación escolar y el currículo es un camino que se articula desde el poder público -gobierno-, en el video de la Universidad a distancia de Madrid -udima- (Madrid, 2021)nos indica que la escuela ha sufrido una serie de cambios a lo largo de su devenir, que pasó de una modelo escolástico a uno prusiano, y posteriormente a la escuela nueva, no obstante, para llegar a una idea de la escuela como un entorno libre y democrático – no se ha logrado todavía en muchos países del mundo- se tuvo que lidiar con el poder clerical y monárquico.
A través del tiempo la escuela como institución de poder se ha provisto de una serie de posturas que van de ser un lugar de formación ideológica a un lugar de formación clerical, la realidad es que cada sociedad ha modelado a sus ciudadanos de acuerdo con una idea de progreso, política o poder.
Y según los organizadores -regentes- de la misma, se puede obtener este modelo de persona a partir de dotarlos de información, cultura e idiosincrasia. Al mismo tiempo, es el trabajo en las aulas donde se promueve dicha construcción personal, trabajo que perdurará para ese momento y el futuro.
Todo esto unido a la posibilidad de que el ser humano formado en una escuela pueda trascender en su medio social, la educación entonces se vuelve un momento decisivo en el desarrollo político y económico de muchos países. Desgraciadamente, la idea del progreso a toda costa ha permitido en muchas ocasiones ver de manera distorsionada la idea del entorno o mundo.
Después de la revolución industrial y del apogeo del capitalismo salvaje (siglo XIX – XX), las personas formadas dentro de las instituciones de los países dominantes han visto a la naturaleza como un lugar para obtener ganancias, tratando de obtener beneficios a costa de todo, sin tomar en cuenta ni a los naturales del lugar o el impacto en el paisaje.
Esta óptica utilitarista ha dejado a un lado la idea de que cada planta, animal o ser humano tienen una función vital en ese ecosistema, la idea de explotar para producir ganancias sin una planeación o respeto por los procesos naturales han convertido el planeta en una mercancía.
DESARROLLO.
Joao Paraskeva nos indica que las currícula deben mantener una serie de cualidades necesarias para que le puedan servir a una sociedad, entre ellas debe ser un elemento flexible, contextualizado y sobre todo social, se debe de liberar de una serie de ataduras que le convierten en un obstáculo.
Dwaune Huebner (1966) nos advirtió sobre la importancia de encontrar nuestras nuevas maneras de pensar y hablar sobre el currículo; por otro lado, el abordaje de Deleuze nos permite percibir una teoría de currículo como (a) una forma de desterritorialización, (b) un acto de giro, y (c) un simulacro.(Paraskeva, 2016, p. 122)
Lo importante en una construcción individual después de pasar por una escuela es obtener los conocimientos necesarios para construirse a uno mismo, ser algo nuevo, reconocerse como algo diferente después de estar en contacto con otros. Lo que implica una búsqueda de la realidad que nos rodea, que podemos cambiar y trascender. De manera individual y acompañados de nuestros pares.
No se trata de seguir moldeando individuos similares sino crear la diferencia entre cada uno de ellos, la diferencia es lo que puede manifestar un cambio o una transformación en la sociedad. Paraskeva nos dice que “Los docentes se saturan produciendo similitudes en medio de una multitud cada vez más diversa y compleja” (p. 123). Pero todo esto es debido a una idea cerrada del conocimiento de los seres humanos, de la idea de mantener un ideal de un ser social aceptado por los demás.
El trayecto escolar debe estar basado en un cambio de mentalidad individual, en nuestro tiempo el alumno al no ser la persona aceptada por la sociedad aun cuando han sido formadas dentro de sus instituciones se han vuelto entidades extrañas, un conjunto de seres bizarros, frustrados y llenos de ira; la enfermedad social del profesional sin arraigo, ni gusto por su profesión y por ende de su vida se han vuelto parte de la constante social actual.
La felicidad humana depende de la idea que las personas tengan del mundo, o la visión en sociedad que se deseé ver a futuro, tener una óptica trascendental solo se logra al estar en contacto con seres libres de prejuicios, tabúes y circunstancias económicas dispares. La democracia y una integración comunitaria se puede construir con la participación y la diversidad de ideas.
He aquí que la educación ambiental es una manera de desterritorializar el currículo, pues promueve el conocimiento de la comunidad propia, induce a reencontrase con las raíces y con la gente de nuestro derredor, nos sitúa en un contexto histórico común, acrecienta la posibilidad de mejorar el entorno y crea una idea de la naturaleza como un ser vivo total, y sobre todo le da una importancia sustancial a cada organismo que existe en el medio ambiente.
La educación ambiental se desliga de una atadura institucional férrea, se vuelve flexible a cada lugar y circunstancia, permite dentro de las diversas instituciones e instancias comunitarias una nueva manera de comunicación y difusión de los saberes, fomenta la comunicación directa y efectiva. También implica una manera distinta de estar dentro de la sociedad, pensando en una transformación de pensamiento, no para que seamos la gente aceptada sino para mejorar nuestra vida y entorno con los otros.
Pues un ecosistema donde vive el ser humano debe ser compartido con los demás organismos, respetando su lugar y manera de vivir. “La educación ambiental debe tener como base el pensamiento crítico e innovador, en cualquier tiempo y lugar, en sus expresiones formal, no formal e informal, promoviendo la transformación y la construcción de la sociedad” (Rio20.net, 2011, párr. 9). Este trabajo corresponde a todos los ciudadanos, pero lo importante es tener una idea común y está se obtiene a través de compartir la información, sea dentro de la escuela o fuera de ella.
CONCLUSIONES.
Una de las ideas centrales de este autor (Parakeva) es observar que las sociedades modernas están plagadas de fantasmas, de ideas muertas que afectan la vida y la convivencia de los seres humanos en su conjunto, indica que es necesario pensar en un nuevo camino, un currículo libre de territorios comunes, dominados por una idea central de la historia de los países dominantes o de una historia rígida e inflexible, sin critica, donde las ataduras políticas e ideológicas de un grupo dominante hace creer a los lectores que son vasallos de alguien.
Lo importante, es apreciar los logros personales o comunitarios, que son fundamentales en el progreso de una región o un país, esto conllevaría el engrandecimiento comunitario, así como dar firmeza a la solidaridad y comprensión del valor intrínseco de las personas.
En esencia y apoyándome en los argumentos de Deleuze (1990a), una teoría curricular debe contribuir a subvertir y revertir la posición platónica –que ve el mundo como reproducción de un modelo original particular y lo entiende como un simulacro o copia del original (Paraskeva, 2016, p. 124)
Todo cambio debe mantener una vivacidad y una vitalidad necesarias para aceptar que se puede cambiar, de acuerdo a las circunstancias, a los momentos históricos o las tragedias ( guerra, pandemia, violencia, narcotráfico, crisis económica y política) , sería una manera de mover la sociedad y el pensamiento, observar y cambiar a tiempo, pues no podemos esperar que otros lo hagan cuando nosotros somos los actores de nuestro propio destino como docentes, alumnos o ciudadanos.
Como docentes podemos formar un ser autonómo, autodidácta, crítico y multicultural, sentar las raices desde la eduación básica, media, superior o posgrado, pues de estas personas depende mejorar o modificar el mundo, la sociedad y la vida en común. La construcción teórica y herramienta llamada Educación ambiental nos puede apoyar en esta labor tan trascendente, todo ser humano debe estar acorde a su tiempo y contexto. La escuela debe ser vista como un espacio abierto, donde se ejemplifique una mejora cultural, global y comunitaria.
INTRODUCCIÓN.
Para decidir cuál es el camino adecuado de un alumno al ser formado, se tiene que definir cuál es la idea de hombre, sociedad o mundo, la ruta a seguir inicialmente debería partir de un análisis del contexto social donde se vive y se trabaja.
Nos dice Noam Chomsky (2017) que existen dos versiones o ideas de la educación, una que desea obtener un control de los individuos, para evitar un descontrol social, donde los objetivos son claros o acordes a un desarrollo económico y otra donde los seres humanos pueden vivir en armonía, así como desarrollarse de manera libre, donde cada planteamiento o saber faciliten la obtención y construcción de objetos nuevos, ideas inéditas que le beneficien a él y a la sociedad que le rodea.
Se reconoce de hace tiempo que la educación escolar y el currículo es un camino que se articula desde el poder público -gobierno-, en el video de la Universidad a distancia de Madrid -udima- (Madrid, 2021)nos indica que la escuela ha sufrido una serie de cambios a lo largo de su devenir, que pasó de una modelo escolástico a uno prusiano, y posteriormente a la escuela nueva, no obstante, para llegar a una idea de la escuela como un entorno libre y democrático – no se ha logrado todavía en muchos países del mundo- se tuvo que lidiar con el poder clerical y monárquico.
A través del tiempo la escuela como institución de poder se ha provisto de una serie de posturas que van de ser un lugar de formación ideológica a un lugar de formación clerical, la realidad es que cada sociedad ha modelado a sus ciudadanos de acuerdo con una idea de progreso, política o poder.
Y según los organizadores -regentes- de la misma, se puede obtener este modelo de persona a partir de dotarlos de información, cultura e idiosincrasia. Al mismo tiempo, es el trabajo en las aulas donde se promueve dicha construcción personal, trabajo que perdurará para ese momento y el futuro.
Todo esto unido a la posibilidad de que el ser humano formado en una escuela pueda trascender en su medio social, la educación entonces se vuelve un momento decisivo en el desarrollo político y económico de muchos países. Desgraciadamente, la idea del progreso a toda costa ha permitido en muchas ocasiones ver de manera distorsionada la idea del entorno o mundo.
Después de la revolución industrial y del apogeo del capitalismo salvaje (siglo XIX – XX), las personas formadas dentro de las instituciones de los países dominantes han visto a la naturaleza como un lugar para obtener ganancias, tratando de obtener beneficios a costa de todo, sin tomar en cuenta ni a los naturales del lugar o el impacto en el paisaje.
Esta óptica utilitarista ha dejado a un lado la idea de que cada planta, animal o ser humano tienen una función vital en ese ecosistema, la idea de explotar para producir ganancias sin una planeación o respeto por los procesos naturales han convertido el planeta en una mercancía.
DESARROLLO.
Joao Paraskeva nos indica que las currícula deben mantener una serie de cualidades necesarias para que le puedan servir a una sociedad, entre ellas debe ser un elemento flexible, contextualizado y sobre todo social, se debe de liberar de una serie de ataduras que le convierten en un obstáculo.
Dwaune Huebner (1966) nos advirtió sobre la importancia de encontrar nuestras nuevas maneras de pensar y hablar sobre el currículo; por otro lado, el abordaje de Deleuze nos permite percibir una teoría de currículo como (a) una forma de desterritorialización, (b) un acto de giro, y (c) un simulacro.(Paraskeva, 2016, p. 122)
Lo importante en una construcción individual después de pasar por una escuela es obtener los conocimientos necesarios para construirse a uno mismo, ser algo nuevo, reconocerse como algo diferente después de estar en contacto con otros. Lo que implica una búsqueda de la realidad que nos rodea, que podemos cambiar y trascender. De manera individual y acompañados de nuestros pares.
No se trata de seguir moldeando individuos similares sino crear la diferencia entre cada uno de ellos, la diferencia es lo que puede manifestar un cambio o una transformación en la sociedad. Paraskeva nos dice que “Los docentes se saturan produciendo similitudes en medio de una multitud cada vez más diversa y compleja” (p. 123). Pero todo esto es debido a una idea cerrada del conocimiento de los seres humanos, de la idea de mantener un ideal de un ser social aceptado por los demás.
El trayecto escolar debe estar basado en un cambio de mentalidad individual, en nuestro tiempo el alumno al no ser la persona aceptada por la sociedad aun cuando han sido formadas dentro de sus instituciones se han vuelto entidades extrañas, un conjunto de seres bizarros, frustrados y llenos de ira; la enfermedad social del profesional sin arraigo, ni gusto por su profesión y por ende de su vida se han vuelto parte de la constante social actual.
La felicidad humana depende de la idea que las personas tengan del mundo, o la visión en sociedad que se deseé ver a futuro, tener una óptica trascendental solo se logra al estar en contacto con seres libres de prejuicios, tabúes y circunstancias económicas dispares. La democracia y una integración comunitaria se puede construir con la participación y la diversidad de ideas.
He aquí que la educación ambiental es una manera de desterritorializar el currículo, pues promueve el conocimiento de la comunidad propia, induce a reencontrase con las raíces y con la gente de nuestro derredor, nos sitúa en un contexto histórico común, acrecienta la posibilidad de mejorar el entorno y crea una idea de la naturaleza como un ser vivo total, y sobre todo le da una importancia sustancial a cada organismo que existe en el medio ambiente.
La educación ambiental se desliga de una atadura institucional férrea, se vuelve flexible a cada lugar y circunstancia, permite dentro de las diversas instituciones e instancias comunitarias una nueva manera de comunicación y difusión de los saberes, fomenta la comunicación directa y efectiva. También implica una manera distinta de estar dentro de la sociedad, pensando en una transformación de pensamiento, no para que seamos la gente aceptada sino para mejorar nuestra vida y entorno con los otros.
Pues un ecosistema donde vive el ser humano debe ser compartido con los demás organismos, respetando su lugar y manera de vivir. “La educación ambiental debe tener como base el pensamiento crítico e innovador, en cualquier tiempo y lugar, en sus expresiones formal, no formal e informal, promoviendo la transformación y la construcción de la sociedad” (Rio20.net, 2011, párr. 9). Este trabajo corresponde a todos los ciudadanos, pero lo importante es tener una idea común y está se obtiene a través de compartir la información, sea dentro de la escuela o fuera de ella.
CONCLUSIONES.
Una de las ideas centrales de este autor (Parakeva) es observar que las sociedades modernas están plagadas de fantasmas, de ideas muertas que afectan la vida y la convivencia de los seres humanos en su conjunto, indica que es necesario pensar en un nuevo camino, un currículo libre de territorios comunes, dominados por una idea central de la historia de los países dominantes o de una historia rígida e inflexible, sin critica, donde las ataduras políticas e ideológicas de un grupo dominante hace creer a los lectores que son vasallos de alguien.
Lo importante, es apreciar los logros personales o comunitarios, que son fundamentales en el progreso de una región o un país, esto conllevaría el engrandecimiento comunitario, así como dar firmeza a la solidaridad y comprensión del valor intrínseco de las personas.
En esencia y apoyándome en los argumentos de Deleuze (1990a), una teoría curricular debe contribuir a subvertir y revertir la posición platónica –que ve el mundo como reproducción de un modelo original particular y lo entiende como un simulacro o copia del original (Paraskeva, 2016, p. 124)
Todo cambio debe mantener una vivacidad y una vitalidad necesarias para aceptar que se puede cambiar, de acuerdo a las circunstancias, a los momentos históricos o las tragedias ( guerra, pandemia, violencia, narcotráfico, crisis económica y política) , sería una manera de mover la sociedad y el pensamiento, observar y cambiar a tiempo, pues no podemos esperar que otros lo hagan cuando nosotros somos los actores de nuestro propio destino como docentes, alumnos o ciudadanos.
Como docentes podemos formar un ser autonómo, autodidácta, crítico y multicultural, sentar las raices desde la eduación básica, media, superior o posgrado, pues de estas personas depende mejorar o modificar el mundo, la sociedad y la vida en común. La construcción teórica y herramienta llamada Educación ambiental nos puede apoyar en esta labor tan trascendente, todo ser humano debe estar acorde a su tiempo y contexto. La escuela debe ser vista como un espacio abierto, donde se ejemplifique una mejora cultural, global y comunitaria.
Referencias
Chomsky, N. (Febrero de 2017). https://filosofia.udenar.edu.co/wp-content/uploads/2017/02/CHOMSKY-EDUCACION.pdf. Obtenido de EL OBJETIVO DE LA EDUCACIÓN: LA DESEDUCACIÓN.
Madrid, U. a. (11 de Febrero de 2021). Historia de la Educación - Educación Siglo XIX. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=nFR9fZFBzpM&feature=youtu.be.
Paraskeva, J. (2016). Desterritorializar: hacia una teoría curricular itinerante. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 121-134.
Rio20.net. (01 de Agosto de 2011). http://rio20.net/documentos/tratado-sobre-educacion-ambiental-para-sociedades-sustentables-y-responsabilidad-global/. Obtenido de Tratado sobre educación ambiental para sociedades sustentables y responsabilidad global.