I'd love to change the world
But I don't know what to do
So I'll leave it up to you
Ten Years after. 1971.
Y algunos después…
Una tarde del segundo semestre del año de 1991 realizaba alguna tarea de la materia ecología y medio ambiente (algo así era su nombre) y de fondo, en una vieja grabadora, se escuchaba la voz del hoy escritor Jordi Soler decir: “XHROK, Rock 101, 100.9 MHz, 24 horas al día, México….”. De pronto sonaban unos acordes suaves pero rockeros y con tintes sesenteros, acompañados de letras que decían algo que yo interpreté en ese momento como una crítica donde se proclamaba el deseo de cambiar al mundo. Todo esto le ponía música de fondo a las palabras del biólogo profesor, cuyo nombre no recuerdo, a cargo de la asignatura en donde tenía que escribir un ensayo sobre mi propuesta para salvar lo que en clase se decía como la “ecología del planeta”.
No era una tarea menor, tenía que reflexionar respecto a cómo salvar al mundo, a la naturaleza y a la humanidad; al menos en una redacción de unas cuantas líneas. La consigna era compleja, sin embargo me llamaba mucho la atención tal reto y me apasionaba de manera importante la materia, el discurso y las formas en las que el biólogo nos llevaba, en su mejor esfuerzo, a reflexionar acerca de las diferentes actitudes y “actos infames” de la humanidad en contra de la naturaleza y de la humanidad misma.
Mientras me jalaba el pelo, que en ese momento sí tenía, mucho y muy largo, me preguntaba cómo comenzar a escribir y cómo podría ser posible salvar al mundo. Enseguida la canción termina y se escucha otra vez a Jordi Soler enmarcar el fin de la canción en una viñeta de salida: “Escrita, cantada y guitarreada por Alvin Lee para el álbum A space in time, I´d love to change the World. Me gustaría cambiar el mundo, primera fase del inconforme, 1971, guitarra sola al infinito, Ten years after”. No recuerdo cómo quedó ese ensayo y mucho menos la calificación, lo que sí rememoro de esa época en Colegio de Bachilleres es mi inclinación por hacerme preguntas de muchos tipos y una de ellas sobre cuestiones ambientales. Sin duda alguna, esa clase dejó una impronta en mi proceso formativo de esa época.
Años más tarde, en el 2001, un viernes de tertulia en la casa de “Fellus” un gran amigo, Alfredo Villegas, platicaría de largo y tendido con Rafael Tonatiuh, hoy en día mi maestro y gran amigo, sobre muchos temas y en algún momento de nuestra charla él me lanza la pregunta: ¿por qué no entras a la Maestría en Educación Ambiental de la UPN?. Dicha pregunta me dejaría pensando, sin embargo no ingresaría a la maestría hasta un par de años después.
Cuando llegué al posgrado, particularmente al ámbito de la educación ambiental, este momento va a marcar un hito en mi vida porque me llevaría por otros caminos llenos de muchas lecturas, otros discursos e ideas, conferencias, charlas, nuevas amistades, otros amores, otras películas, otras canciones, otros retos y otras aspiraciones, deseos que me regresan a esa sensación de querer cambiar el mundo pero aún sin saber cómo.
Al egresar de la Maestría en Educación Ambiental ya había estado en un Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental en Brasil y había realizado muchas visitas de práctica a varios lugares en el país, donde sin duda ese profesor de Colegio de Bachilleres estaría sorprendido de verme caminar por estos senderos y supongo que mi nuevo maestro en estos temas, Rafael Tonatiuh, algo vio porque me vuelve a lanzar una segunda pregunta: ¿Por qué no entras a trabajar en la UPN? Es así que en el 2007 ingreso como docente a esta institución universitaria y meses después me convierto en profesor de la maestría en educación ambiental y en realidad aquí es donde comienza la historia, llena de memorables anécdotas.
Por ejemplo, una tarde, siendo adjunto de la clase de Calidad Ambiental que conducía Rafael Tonatiuh, propuse iniciar el curso con un video musical que tenía imágenes un tanto catastrofistas de la relación sociedad-naturaleza, y de fondo músical: I´d love to change the world del grupo Ten Years After. El video en ese momento fue lo bastante sugerente para propiciar preguntas y reflexión en los alumnos y dar inicio de esa manera el curso. Hoy en día se le puede encontrar en Youtube [1] https://www.youtube.com/watch?v=EJXLmJLsFC4, solo que pareciera que algo debe ser catalogado como ofensivo porque al inicio muestra una advertencia que dice: “La comunidad de Youtube identificó el siguiente contenido como ofensivo o inapropiado para ciertos públicos, cancelar y/o confirmar”. Enseguida aparece una segunda advertencia: “Puede ser inadecuado para algunos usuarios ¿quieres continuar?”
Los años siguieron y en el 2011 había ascendido de profesor de educación básica a directivo y luego a tener una plaza de tiempo completo en la Universidad; estar frente a grupo en la Maestría en Educación Ambiental y tener varios grupos en licenciatura. Era evidente hasta este punto que se había dado un crecimiento en términos personales, laborales y académicos y me había incorporado al sueño de cambiar el mundo, quizá ahora con otros elementos de utopía, otros discursos, entre ellos: la resistencia y la esperanza, la fe y la confianza en que la educación es la herramienta adecuada para buscar una transformación social y en la relación sociedad naturaleza.
Por supuesto, para el 2021, el balance de metas y resultados aumentaron con una cantidad de visitas a lugares en el país, conferencias, congresos nacionales e internacionales, publicaciones, apariciones y colaboraciones en radio, TV e internet. A lo anterior se suma haber alcanzado el grado de doctor con una línea de investigación en educación ambiental y la sustentabilidad, pero sobre todo consolidar la construcción de un objeto de estudio, una forma y visión de vida, así como el encarnamiento de una convicción: la educación como vehículo de Transformación Social, la educación ambiental como una forma de vida.
Cuando recibí la invitación para escribir estas líneas en automático mi rockola mental le dio ‘play’ a “I´d love to change the World de Ten Years After”. Mi experiencia ha sido muy gratificante, enriquecedora y transformadora a partir de mi paso por la educación ambiental. Agradezco infinitamente a todos aquellos que han tenido que ver en este camino y en esta transformación.
Gracias porque cada vez que estoy frente a un grupo sigo pensando en que me gustaría cambiar el mundo, y quizá ha cambiado en la medida en que mi percepción, mi educación y mis oportunidades de impactar han crecido. Espero que junto con la comunidad que hemos conformado muchos docentes, alumnos y exalumnos de esta maestría podamos confabular para construir una idea de cambio y cambiarlo juntos. En el fondo es posible mientras mantengamos la inquietud, la necesidad y el deseo, por tanto si no alcanza esta vida, sólo me queda decir: “I´d love to change the world but I don’t know what to do, so I'll leave it up to you”.
Muchas gracias, Maestría en Educación Ambiental, UPN 095, Azcapotzalco. Brindo por más sueños y utopías, por más generaciones transformadas, por más camino. 30 años después y aún I´d love to change the world. Crecí, me formé y continuo con esta idea musical e idea ambiental….