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Jueves, Noviembre 07, 2024

Cuarta Generación

Ayer estuve observando la fotografía oficial de la generación 1996 – 1998 en donde aparecen los integrantes de ese gran grupo de asesores y profesores de la Maestría en Educación con Campo en Educación Ambiental, así se llamaba en esa época. No están todos. Los estudiantes usamos camisa blanca en nuestros trajes, los asesores camisa azul; sutilezas académicas. Tan iguales y diferentes al mismo tiempo. Las compañeras aparecen como siempre, arregladas con esmero. Busco en la fotografía a un compañero con el cual tenía marcadas diferencias de opinión, él con sus ideas apoyadas en la Filosofía y yo con la Ciencia tan positivista que me acompañaba en esa época. No lo encuentro.  Estoy dentro del grupo de talentos con quienes compartimos nuestros andares, experiencias y aprendizajes en un campo tan reciente en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) Unidad 095 Azcapotzalco, como era la Educación Ambiental (EA). Recuerdo que, al principio del curso, en el primer semestre existían esos “encontronazos” por los supuestos aprendizajes teóricos que cada uno presentaba y defendía con ahínco por las formaciones o deformaciones que portábamos en ese inicio. Y como al paso de los días y los semestres, se fueron volviendo más homogéneas y más “reales” y nos dimos cuenta que en esas diferentes posturas, se encontraba un bien común: hacer los posible e imposible por practicar, educar y transmitir esas experiencias aprendidas a lo largo y ancho de  nuestros aprendizajes y salvaguardar, desde nuestras trincheras, académicas o no,  a ese gran planeta que habitamos, nuestro hogar y  que hemos maltratado  con tanto ahínco. Recordar que el desarrollo sostenible, la Biodiversidad, el Calentamiento Global, la Inclusión Social, La Protección Ambiental y el Crecimiento Económico digno, … no solo son palabras o frases, son procesos interdisciplinarios que ponen nuestra vida y la de las próximas generaciones, en riesgo constante.   

Estoy con presentes y futuros educadores ambientales; al mismo tiempo estoy cerca, en la fotografía y espero que en la vida, de dos visionarios y fundadores de la Maestría en Educación con Campo en la Educación Ambiental, al profesor y Licenciado José Guadalupe Rincón Andrade y al ahora Doctor Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán. Ambos inquietos y como hemos visto a la fecha, continúan trabajando y aportando en sus respectivos campos con ese tesón que pocas personas poseen. Generar triunfadores es una labor de tiempo completo. El maestro Rincón al mismo tiempo, en esa época,  como director y como alumno,  contribuía de manera frecuente en el pleno, sus opiniones fundamentadas en su larga experiencia como docente y directivo. También veo en la fotografía a José Pichardo, que dio el nombre a la generación, al gran Armando Meixueiro, Lilia Cuevas Jaime May, Miguel Ángel y demás compañeros importantes que no puedo ni debo olvidar.

Una de los grandes enseñanza  que aprendí  en la maestría, era el derecho a equivocarme, ahora tan en boga en la educación, pero en ese momento era tan extraño; en mi caso, la equivocación en “ciencias duras” cuando era estudiante,  era catastrófica y los docentes terminaban con más de un aspirante en sus ambiciones profesionales si no  hacían los avances teóricos y experimentales con mucho esmero; Pero cuidado, no estoy diciendo que en educación ambiental se fomentaran, simplemente al paso de los supuestos teóricos y al compartir experiencia, caíamos en la cuenta de los errores y por supuesto se corregían de manera temprana. Uno exponía sus lecturas y avances en el grupo, con la confianza de estar entre amigos que valoraban y corregían los “entuertos” de manera amable y generosa; no se “crucificaba” a nadie por sus ideas ortodoxas; no existían verdades eternas  o “gurus” poseedores del gran conocimiento, pero al paso del tiempo y con las constantes reflexiones grupales en una área en  constante transformación y construcción, se nos  guiaba para ser innovadores y no solo repetir los supuestos  teóricos del momento ; en un grupo tan heterogéneo  en el principio, se empezaba poco a poco, momento a momento, a dialogar en un lenguaje común. Por supuesto si lo aprendido no se confrontaba con la realidad  “hermosas teorías han muerto en la cruel realidad” como dicen los que saben y los resultados obtenidos no eran los esperados, se corregían de manera constante.

Muchos aprendimos en el lenguaje de la humildad, que el otro podía o puede tener la razón, al argumentar de manera sólida y experimental sus argumentos.  Aprender muchas veces es abandonar idean preconcebidas; muchos nos encontramos como infantes en un territorio desconocido que debíamos asimilar para cambiar  posturas ideológicas.

Varios compañeros del grupo, al egresar,  no seguimos viendo en nuestros respectivos empleos;  en mi caso, como jefe de Clase de Física y Química de aquella época, pude constatar que lo aprendido en las aulas, no se quedaba ahí,  se aplicaba o se intentaba aplicar con vehemente insistencia por egresados de la maestría en sus centros de trabajo y en sus hogares. Pensar y actuar localmente con alcances globales. No se puede vivir sin el reciclamiento adecuado, sin el uso mesurado de materiales e ideas; no tenemos otro planeta, este es el único que tenemos por ahora. Ser educador ambiental,  no es una moda pasajera, es una forma de vida que no se puede, ni se debe olvidar. Soy afortunado, como jubilado, en las breves y espaciadas participaciones, he sido catalogado a veces como un soñador, por defender como ciudadano o como docente la E.A. Insisto y continúo; seguiremos trabajando, es nuestra misión.

Ya hemos tenido avisos mundiales en donde los desastres climáticos, inundaciones, epidemias globales de virus de influenza y de  “covids” asesinos, con sus mutaciones, desastres nucleares, etc., nos afectan a todos y pueden desaparecernos como especie. Aquello del aleteo de una mariposa local que pueden casar desastres mundiales en lugares lejanos, no son premisas teóricas, son realidades.

Larga y vigorosa vida a la Educación Ambiental de la UPN Unidad 095 Azcapotzalco, a sus asesores y asesorados. El Planeta lo agradece y agradecerá en estos tiempos difíciles de la agenda 2030 con sus 17 premisas de la ONU. Uno organismo mundial con más de 190 países en donde dicen los enterados: tiene lengua, pero no tiene dientes. Pero insisto, no estamos condenados, siempre hay esperanza.

Posdata: Escrito en un día como hoy, de finales de marzo y en donde, en una época no tan lejana, cuando Abel Ramírez y Fidel Silva, fungían como directores de la escuela 174, el mayor le dijo en la oficina vespertina al joven que lo visitaba y que también cumplía años en este mes, “mi hijo escribe y lo hace bien”, mostrándole orgulloso, la revista de “Caminos Abiertos”.

Don Abel, allá nos vemos, en el cielo en que se encuentre.

 

 

Sacapuntas

Hernán Luis Sorhuet Gelós

El timbre de las 8

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

Educación Ambiental

Tema del mes

Ana Laura Carapia Carapia
Víctor Miguel Rodríguez Jiménez
Nancy V. Benitez Esquivel
Elsa Adriana Torres Albarrán
Irene Montes de Oca Rosales
Luciana Miriam Ortega Esquivel
Jesús Anastasio Eslava López
Eva Rosas Mondragón
Daniel Flores Salgado
Jaime Olivares Anaya
Oswaldo Escobar Uribe
Génesis López
Anali Sánchez Paredes
Fidel Silva Flores
Eugenia Erasto García y Décimo séptima generación
Víctor Miguel Rodríguez Jiménez

Usos múltiples

Alfredo Gabriel Páramo
Gabriel Humberto García Ayala
Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

Deserciones

Alfredo Gabriel Páramo

Sala de maestros

Tarea

Óscar Baños Huerta
“pálido.deluz”, año 10, número 139, "Número 139. Educación ambiental: 30 años de formación y experiencias en un posgrado. (Abril, 2022)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández,calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
Cuadro de Honor

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