La primera vez que sentí que fracasé como estudiante fue en la primaria. Desde que entramos a primer grado, nos repetían constantemente que teníamos que tener un buen promedio para ser parte de la escolta de la escuela. Siempre me esforzaba mucho, de primero hasta que pasé a 6° año de primaria que era cuando sacaban los promedios generales. Yo estaba casi segura de poder ingresar a la escolta, pero al momento de que empezaron a sacar los promedios de todos mis compañeros, veía que me faltaba una sola décima para poder ser parte de la escolta. Muchos tenían arriba de 9.2 y yo tenia 9.1, me sentía mal en el momento, y siempre me repetía constantemente que debí esmerarme para obtener una décima más...
No formé parte de la escolta, pero aprendí que debía esforzarme cada día un poco más, y que esa “derrota” solo me serviría de enseñanza. Al final de todo, no era mala estudiante, pero pero entendí que debo dar mas y lo mejor de mí para poder lograr cualquier objetivo.