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Lunes, Mayo 06, 2024

Los libros no se queman, no se prohíben, no se ocultan. Quien lo hace no es simplemente un conservador, sino un fascista, un enemigo de las personas y, en este caso, un enemigo de la niñez mexicana en los estados de la República donde se ha impedido la distribución de los libros de texto gratuito —derecho incuestionable de las infancias mexicanas— o se ha propuesto que estos libros se mutilen o se oculten.

En este sentido el mensaje que el lunes se leyó en innumerables escuelas de educación básica que iniciaron su semestre es contundente: se podrán criticar, se podrán señalar errores —que seguramente los tienen—, pero hay que hacerlo con un espíritu crítico. No solo eso. Siempre será mejor un mal libro que ninguno. Al menos, en el primer supuesto podemos ejercitar la imaginación o aprender algo; pero en el segundo solo queda la negación y la imposibilidad del ejercicio mental.

Aunque yo estudié toda la primaria y el bachillerato en escuela privada (“fungi”, que diría mi maestro Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán), recuerdo que la entrega de libros gratuitos de texto era, cada año, todo un acontecimiento. Los profesores (normalistas todos, claro) repartían los libros y nos daban el mensaje de que eran nuestros, para que aprendiéramos, que los cuidáramos, pero sobre todo, que los usáramos.

Dirán lo que sea, pero me parecía mágica esa mañana en la escuela cuando iba viendo las nuevas lecturas de Lengua Nacional, las narraciones de Historia, el asombro de la vida en Ciencias Naturales. Esos libros me fascinaban y la imagen de la Patria en sus portadas aún forma parte de mi vida, de los recuerdos de la época sensacional y espectacular de mi niñez, hace ya más de medio siglo.

Ahora, como profesor, he seguido de cerca la discusión en torno a los libros de texto gratuitos de la Nueva Escuela Mexicana. Suspicaz que es uno (“la mula no era arisca…”), siempre estuve dispuesto a encontrar errores y desaciertos. Por supuesto, yo hubiera querido unos libros mucho más de izquierda, que hablaran de los problemas actuales de México respetando la voz de los afectados sin ningunearlos o descalificarlos en lugar de, simplemente, ignorarlos. Hubiera agradecido un antiimperialismo fuerte y decidido, que enfrentaran efectivamente la catástrofe ambiental, que marcaran un latinoamericanismo militante y una mayor conciencia de clase.

Sin embargo, lo que yo puedo decir es que la mayoría de los contenidos que he conocido de esos libros son, al menos, interesantes y sí tienen una propuesta pedagógica novedosa, que no revolucionaria, y que podría dar buenos resultados.

Me molesta, también, que no se actúe contra organizaciones fascistas y mafiosas como la autollamada Unión Nacional de Padres de Familia. Este grupo se fundó en 1917 para luchar contra el recién estrenado Artículo 3º de la Constitución que, según Manuel de la Peza, fundador de esta organización, y sus coaligados, para sorpresa de nadie iba a adoctrinar a los pequeños mexicanos para volverlos comunistas.

Ajenos a todo lo que signifique cambio, esta Unión no oculta sus nexos con el catolicismo más retrógrada, y afirma tener como afiliados 2,225,051 “familias”, que quién sabe a cuántos estudiantes representen, pero que incluso si cada familia tuviera cinco hijos, serían alrededor de once millones de niños, cuando la cantidad de estudiantes de básica supera los 24 millones. O sea, aún en los cálculos más optimistas para ellos, ni siquiera llegarían a la mitad de los educandos, y aún así se creen con derecho a impedir, mediante amparos y otras trampas, el derecho a los libros de texto gratuito que tienen los mexicanos.

Que siga la discusión sobre los libros, que se mejoren y se hagan verdaderamente revolucionarios, pero mientras tanto, no permitamos que la más triste derecha quite la oportunidad de aprender y asomarse al mundo que brindarán estos auxiliares educativos.

Sacapuntas

Carlos Fernández Vega
Epigmenio Ibarra
Pedro Salmerón Sanginés
Michel Foucault

El timbre de las 8

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

La Clase

Tema del mes

Laura Gabriela Rodriguez Andalon
Héctor Aguilar Camín
Héctor Aguilar Camín
María Cabadas
Maruan Soto Antaki
Lev M. Velázquez Barriga
Luis Hernández Navarro
Mónica Flor Sánchez Pérez

Usos múltiples

Mentes Peligrosas

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández
Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

Tarea

Mario Benedetti
Gabriel Humberto García Ayala
“pálido.deluz”, año 10, número 156, "Número 156. Discursos y poder: el debate inflado, infame y reiterativo sobre los Libros de Texto Gratuitos. (Septiembre, 2023)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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