Sólo los ladridos de la “Pinta”, la perrita de mi amigo Franco, me hacían saltar del petate donde dormía. Ni Chepita, mi hermana con sus gritos lograba despertarme para “irnos” a la escuela. Yo tomaba mi morral con los libros, un pan con guineo era la torta y un veinte de cobre con la cara zapoteca de Benito Juárez, el gasto que dejaba mi padre sobre la mesa para la hora del recreo.
Apenas me lavaba la cara y corríamos a la calle, la “Pinta” ladraba de alegría y movía de felicidad su dorada cola, mi hermanita detrás nuestro nos perseguía; pero antes de llegar al edifico, metíamos la mano al bolsillo y le entregábamos nuestro dinero con la condición de que no dijera que tomábamos otro rumbo. Ella entraba a la escuela y volteaba a vernos cómo Franco y yo corríamos vereda al río que borbollaba de peces y piedritas de colores.
Me llamo Marcelo, y lo que más odié en mi niñez fue la escuela, sobre todo a las maestras y maestros que nos jalaban de las orejas tanto, que casi las arrancaban. Sólo recuerdo mi coraje cuando los maestros se inclinaban o daban preferencia a las niñas limpias, güeritas, y ver cómo querían a los más aplicados. Odiaba el cuadro de honor con las caritas de los compañeros y su uniforme impecable. ¡Ni soñar con ser de la escolta o de la banda de guerra! Los bailables eran una ilusión.
Qué maldición con las tablas de multiplicar. En español, nuestros cuentos eran muy bellos, pero cuando veían un error de ortografía, con pluma roja les daban un tachón que casi rompían las hojas, y qué decir de pasar a leer frente al grupo, era imposible con ver al monstruoso maestro con regla en mano; sólo balbuceos, chillidos y tartamudeos salían de nuestros labios y terminábamos llorando de tan humillados por su mirada inquisidora.
El día de las madres era el que más nos dolía. Todos de la mano con su mamá asistían al festival, bien peinadas las niñas y los niños con sus zapatitos lustrados, entregaban el regalo que mi hermanita, Franco y yo ni siquiera hacíamos, por ser huérfanos de madre. Preferíamos correr en el campo de futbol detrás de la Pinta o sembrar arbolitos con don Chito, el conserje.
Franco y yo decidimos no ir nunca más a la escuela; el campo, el río y los pájaros nos enseñaron a ser felices. Él, con una pequeña guitarra, yo construyendo casitas con palitos y la Pinta correteando mariposas. Cuando calculábamos que era la hora de salida, esperábamos a Chepita en la esquina de la única tienda del barrio. Muy normal llegaba a mi casa y Franco se iba corriendo con la Pinta a la suya.
Crecimos. Franco se convirtió en un gran artista, yo en un excelente maestro albañil y mi hermana Chepita. en una mujer avasallada…la Pinta se murió. Un día regresé a esa escuela y me encontré con las mismas maestras y maestros, el mismo uniforme, la misma bandera, las mismas reglas, los mismos pizarrones y, lo peor de todo, sin esos árboles que algún día sembramos con don Chito.
Tollan, tollanes,
música milenaria
recorre los altares.
Suena y resuena
el respetable disco solar
a ritmo de novena.
La armonía te envuelve,
danzan cantando las moléculas
mientras se activa tu memoria genética.
Las piedras reconocen tus pasos,
el fuerte y espeso tular
sostiene información ancestral
que le es dada a unos cuantos.
Palpitan cascabeles,
el viento replica el canto del quetzal,
brota sangre tolteca,
florece la sabiduría y la belleza.
Ondas de luz y calor, hierofanías, refracción,
trazan los ejes que atraviesan cualquier cuerpo
y los deja clavados, para siempre, en un épico universo.
En la vida ni se gana ni se pierde,
ni se fracasa
ni se triunfa.
En la vida se aprende,
se crece,
se descubre;
se escribe,
se borra y
se reescribe otra vez;
se hila,
se deshila y
se vuelve a hilar.
El día que comprendí
que lo único que me voy a llevar
es lo que vivo, empecé a
Vivir lo que me quiero llevar.
No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
-y tres o cuatro ríos.
Una vez más, aurora, me saludas
con esa indiferencia que los años
nos envolvieron de ilusiones mudas
como dos íntimos —ya ves— y extraños.
Nos debemos las páginas, los sueños,
los últimos silencios, la fragancia
de los que existen ávidos, sin dueños,
en la intrínseca fe de la distancia.
Si amanecemos juntos, celebremos
que el mar aún ordena travesías,
que las velas aguantan, que los remos
no conocen traición ni cobardías.
Una vez más, por eso del futuro,
seamos luz, azote de lo oscuro.
Los voy a acercar a las épocas recientes, donde hubo un club que se hallaba en los primeros planos en Europa y en Liga Premier de Inglaterra, se consideraba un club al que había que “tenerle miedo”, ya lo decía Natalia Lafourcade en su canción: “En el 2000… el “Leeds United.”
Con el arribo del D.T. David O’ Leary para la temporada 1999-00, el equipo quedó tercero en la liga y se clasificó a la UEFA Champions League. La temporada 2000-01 el Leeds United se reforzó con unos fichajes ¡De primera! De la talla de: Olivier Dacourt, Mark Viduka, Dominic Matteo y Rio Ferdinand. Ya en la Premier, Leeds United se tuvo que conformar con la cuarta posición y una plaza para la Copa de la UEFA 2001-2002.
¿Y qué pasó en la Champions League 2000-2001? Completamente otra historia. En la fase previa venció al TVS 1860 Múnich en Inglaterra 2-1 y en Alemania 0-1. En la primera fase chocó con clubes de enorme envergadura: FC Barcelona, AC Milán y al Beşiktaş (turco). Salió avante para clasificarse a la segunda fase de grupos en la que se enfrentó al: Real Madrid, SS Lazio y RSC Anderlecht, clasificándose en segundo lugar tras el Real Madrid. En cuartos de final se vio las caras ante al Deportivo La Coruña a quien le ganó 3-0 en Inglaterra y clasificó a pesar de la derrota de 2-0 en el Estadio de Riazor, al devolver la visita. En semifinales, se enfrentó al Valencia FC con quién empató a 0 en Elland Road cayendo derrotado en Estadio de Mestalla por 3-0.
Para la temporada 2001-2002, Leeds United mejoró aún más su platilla con los fichajes de Robbie Fowler del Liverpool FC y de Seth Johnson y también contaba con jugadores jóvenes como: Jonathan Woodgate, Paul Robinson, Alan Smith, Ian Harte, Harry Kewell, Michael Bridges y Lee Bowyer al igual de los experimentados: David Batty, Lucas Radebe, Eirick Bakke, Robbie Keane y Nigel Martyn. El no entrar a la Champions 2002-2003 le pegó duro en la economía del club y el Leeds United tuvo que deshacerse de algunos jugadores antes de iniciar la temporada 2002-2003.
El Descenso…
La debacle del club hacia el descenso llega en 2003 con una deuda económica de casi 80 millones de libras, Peter Reid que era el entrenador lo dejó de ser por una serie de malos resultados, Eddie Gray entró en sustitución de él, pero no pudo evitar el descenso de categoría. En la temporada del 2004-2005 el club concluyó en la 14ª posición. La siguiente temporada se adjudicó la quinta posición y tuvo que jugar la promoción del ascenso ante el Watford FC y la perdió por 3-0. En la 2006-2007, el Leeds descendió por primera vez a la tercera división del futbol inglés.
Presente y futuro…Leeds United.
Pensemos un poco, que somos los Dueños del equipo Leeds United. ¿Cuáles serían los objetivos que le trazaríamos al D.T. Marcelo Bielsa a partir de su llegada al club en la temporada 2018-2019 a corto, mediano y largo plazo?
Corto Plazo: Quedarse en la Premier League.
El hecho de haber generado cambios primordiales en los hábitos del plantel, su forma de entrenar y de mentalidad, demostraron rápidos resultados. A tal grado, que al final de la temporada su equipo terminó en el tercer lugar y en los playoffs, por el último ascenso a la Premier League cayó con el Derby Country en semifinales. De todas formas, al no conseguir el ascenso, Bielsa decidió quedarse con el equipo para la siguiente temporada.
La temporada 2018-2019 será recordada, porque su equipo el Leeds United hizo una jugada de Fair Play, tras permitir que el Aston Villa le empatara al Leeds United con un marcador final de 1-1. En un partido de la penúltima jornada de la Segunda División de Inglaterra, Mateusz Klich marcó al minuto 73’ para el Leeds, pero la anotación se dio cuando un jugador del Aston Villa, Jonathan Kodjia, estaba tendido en la cancha.
Tyler Roberts, defensa del Leeds, pateó el balón hacia adelante, en lo que era una acción de Fair Play para que atendieran a Kodjia, pero Mateusz Klich tomó el balón, se metió al áera y anotó con un disparo cruzado. Lo que ocasionó que se enojaran los del Aston Villa y en medio de una trifulca acabó con la expulsión del jugador egipcio Anwar El Ghazi del Aston. Después de lo ocurrido, Marcelo Bielsa le ordenó a su equipo que se dejaran anotar y así pasó.
Revívelo aquí: https://www.youtube.com/watch?v=uRpL4G7fYJM
En la temporada 2019-2020, que arrancó en gran forma, se concentró en su objetivo de no cometer errores y con muchas ilusiones logra ascender a la Premier League como Campeón de la Football League Championship a falta de dos fechas para terminar el campeonato.
¿Qué esperar para la temporada 2020/21 de la Premier League del club Leeds United? No hay mejor regreso que jugar ante el vigente campeón de la Premier League, el Liverpool FC y entregar un ¡Par-ti-da-zo! Lamentablemente para el Leeds, terminó con una derrota por 4 goles a 3. Pero más allá de eso, Marcelo Bielsa debe de estar consciente de lo que le va pedir su directiva ¿Qué es? Mantener la categoría.
Porque para este histórico club, el haber permanecido 16 años en la Football League Championship (Segunda División de Inglaterra) fue demasiado sufrimiento y sacrificio para conseguir el ascenso, ya que no siempre ocurre eso. Y de una vez le manda un mensaje de que ¡Sí se puede! a otro gigante dormido que anda por ahí y que alguna vez reinó en Europa, nos referimos al Nottingham Forest FC.
Mediano Plazo: Luchar por establecerse en la Premier League.
Una vez que se haya mantenido ser un equipo de la Premier League, lo siguiente es encontrar una estabilidad deportiva y económica. Es decir, un equipo que se mantenga luchando por lo menos entre las posiciones 10º y 15º de la tabla general, en las próximas dos o tres temporadas y retar al poderoso “Big Six”, quienes son los 6 clubes grandes de Inglaterra: Liverpool FC, Manchester United, Manchester City, Arsenal FC, Chelsea FC y Tottenham Hotspur. Ya en lo económico, la directiva tendrá que facilitarle unos fondos monetarios por sus logros deportivos, para que el D.T. Marcelo Bielsa pueda reforzar a su equipo cada temporada en las posiciones que más le haga falta.
Largo Plazo: Regresar a la UEFA Champions League.
Finalmente lo mejor que le puede pasar a un equipo recién ascendido, de la mano de un “Loco” del futbol, es ganar partidos ante rivales menores a él, pelear los partidos con mucha intensidad, como lo hizo con el Liverpool FC y con los rivales del “Big Six”, derrotarlos en casa ¿Y si no se puede? Mínimo rescatar puntos rasguñando el empate. ¡No puede darse el lujo de perder!, porque solo eso lo confina a permanecer en lo últimos lugares o en el fondo de la tabla general, que lo mandaría con todo y maletas al descenso. Y ya teniendo una buena temporada…pero eso ya es muy, muy, muy en el futuro o después de quedarse 4 o 5 temporadas, meterse en la posición 5º y 7º que le dará acceso a la UEFA Europa League. Que entrar a esa competición significa una entrada valiosa de dinero, pero ese mmm…no, ese torneo no le corresponde. Su lugar es el que forjó su historia, cuando en 1970 llegó a las semifinales pero fue eliminado y en 1975 jugó la Gran final ante el Bayern de Múnich, pero la perdió, en lo que a ese torneo se le conocía como la Copa de Europa/ UEFA Champions League (hoy), ese es su sitio preferido por naturaleza y para acceder necesita quedar entre las posiciones 1º y 4º de la tabla general. La directiva no descansará hasta colocarlo en la competición élite continental a nivel de clubes en Europa.
¿Por qué lo importante para el Leeds United no es qué tan arriba o abajo esté en la tabla general? Es buscar ser un club que constantemente pelee por el título de liga en Inglaterra y la gane y que ahí de vez en cuando entre a la UEFA Champions League, que sea aguerrido, que no se dé por vencido y que luche por ella hasta el final, que la cargue en sus manos y la ponga en sus vitrinas, porque este club se la deberá merecer…algún día.
¡En verdad! , ¿Es qué no lo saben?, ¡No sé ustedes! ¿Pero a mí? Me entra una envidia…de la buena y unas ganas de volver a jugar los domingos al futbol con mis amigos. Porque cada vez que veo la T.V entre semana o el fin de semana: en el basquetbol apoyo a mis Lakers, Miami Heat y a los Boston Celtics en los playoffs de la NBA, a los Dodgers y Yankees en el beisbol de Grandes Ligas, a mis Patriotas de Nueva Inglaterra con #1 Cam Newton, Vaqueros de Dallas, Cuervos de Baltimore, los Santos de Nueva Orleans de #9 Drew Brees, a #12 Tom Brady y #87 Rob Gronwkosky en Tampa Bay, a Los Rams de Los Ángeles, Cargadores de Los Ángeles y a los Raiders de Las Vegas jugando en sus nuevos estadios dentro de la NFL.
¿Y en el fútbol? Me emociono con el Toluca, América, Cruz Azul, Guadalajara y Pumas en la Liga Mx, al Real Madrid en la Liga Española. Al Bayern Múnich, Borussia Dortmund en la Bundesliga. A la Juventus de CR7, mi Inter de Milán, a “Ibra” del AC Milán en la Serie A y al Arsenal FC en la Premier League.
La pandemia del “Coronavirus” este año nos quitó: los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la Copa América 2020 y la Eurocopa 2020 que se iba a jugar en diferentes partes del continente europeo. ¿El deporte solo nos enseña algo? ¿Qué si “retamos” al COVID-19 a practicar cualquiera de estos deportes? ¿En todos, ¡To-dos!? ¡Le ganamos, lo humillamos y lo aplastamos!
¿Y sí tenemos que convivir con él, en el ambiente, porque así va ser? Con la vacuna nos volveremos “Intocables”. Sabemos que por esta enfermedad hemos perdido muchos seres queridos y humanos, porque es una “Guerra virulenta” ¿Pero al final no hay duda? Nuestro grito de guerra es: ¡Juntos podemos, Unidos te venceremos!
¿Sí sabes por qué faltan camas en los hospitales de todo el mundo, verdad? …Porque esta locura del capitalismo y el pensamiento del mercado como única opción valoró los costos … así que buscó eficiencia y se decidió que lo mejor, económicamente, es que la gente entre y salga rápido del hospital. Sí, ya sé, me vas a decir que después doctoras y médicos también aconsejaron no quedarse en hospitales, porque ahí abundan virus y bacterias. Pero, en el fondo, se trató de una definición de mercado: de esa manera, una propiedad deja más dinero. Nadie preguntó por el tratamiento a seguir, por el estrés postraumático, ni por quién te cuidaría en casa o cómo hacer una rehabilitación que fuera más extensa… no me digas que no sabes quiénes van a ser los grandes ganadores después de la crisis, es muy sencillo… sigue al dinero y verás quiénes son los acumuladores; sin duda, los mismo de siempre.
XXX
De algo me tengo que morir, ¿qué, no? … A los mexicanos no nos mata nada, somos inextinguibles… mira, mi buen, lo que no te mata te hace más fuerte… la verdad es que tengo mucho miedo, estoy cagado de miedo… si te toca, brother, aunque te quites y si no te toca, aunque te pongas…pos, sí, we, pero tú te pones en el “tocadero”… me muero de hambre o me muero por el virus; si no trabajo, ni yo, ni mi familia, comemos… esa madre del virus, solo mata gente fina… yo me curo con dióxido, aunque me digan conspiranoico… me salvé del temblor porque corrí más rápido que otros, nomás que ‘ora no hallo pa’donde correr… si vas a venir a vernos, tráete un pomo porque aquí no hay más que ni madres de cerveza… en unos meses, nos vamos a estar contando chistes de todo esto… hay ropa que solo uso para el trabajo, nunca me ha gustado la manga larga, a’istán todas mi camisas de la oficina, planchadas y sin usar, desde que trabajo en casa …
XXX
Te miras al espejo y reconoces que lo tuyo solo es cinismo. Dialogas contigo y sabes que cuentas con todos los grandes lujos. Mientras la gente sufre la pandemia, a ti no te molestan los pequeños detalles. El mar, la pérgola, el vino, la música, la mujer que deseas… si hubiera aquí algunos amigos todo te sería más divertido. Podrías contar con música en vivo, con una piscina iluminada de colores, bailarines, fuegos artificiales y algunos animales exóticos. Pero tu fiesta privada y anónima no está mal: ella tiene los ojos verdes, el sol es dorado, la mar se vuelve turquesa, el olor es de fruta joven y de costa virgen, la playa parece lánguida, el día lábil, la noche se ofrece inmadura, el mármol regala frescor, la brisa entrega una promesa… caminas solo en la arena hasta llegar a ella y su piel blanca, la abrazas, y le prometes amarla eternamente (aunque sea solo esta noche)… siempre te agradó el lujo y por ello hiciste tu fortuna. Mientras la gente pequeña muere por no tener para los detalles de su vida cotidiana, a ti no te hacen falta esas pequeñas distracciones.
XXX
Me sentía un poco borracho, mareado. Pero, pedimos otro trago y la mesera trajo dos vodkas. Yo veía su cara y me parecía más pálida. Nunca he temido al beber con fantasmas. Puedo culpar a mis recuerdos. Al llegar a casa, bebo y sirvo dos copas. Ella es guapa y podría ser modelo. Nadie tiene más fotos de ella que yo, soy coleccionista. A veces, desaparece si veo una película. Pero regresa a mí, si abordo el autobús correcto. Algún día la encerré en mi departamento y me alcanzó en la playa en mis vacaciones, apenas entré a un bar. La noche la llama y entonces nos abrazamos. Sé que tengo fiebre cuando se entrega a mí. Me han preguntado por qué la amé, si siempre supe que me dejaría. Pero, el recuerdo de su belleza me acompaña, y me emborracha. Tengo COVID, creo que tengo fiebre.
XXX
Si, pídele al tiempo que vuelva, que pueda abrazarte y rendirte con caricias, que pueda reconocer tu conversación, que pueda volver a ese momento de decisión donde traicioné mi orgullo, pero gané tu amor…
XXX
Apenas nos dieron aviso del confinamiento y de hacer mi trabajo desde casa, me di cuenta de que era la ocasión para alejarme de ella. Al día siguiente, me levanté a las 5 de la mañana, tomé una ducha y preparé un termo de dos litros de café muy cargado. Dejé una nota para ella, en el refrigerador y me monté en el automóvil sin despedirme. Tomé hacia la Avenida Insurgentes y salí con rumbo a Pachuca, ahí me alcanzó el amanecer en un paraje plano y verde por las lluvias de primavera. Me serví más café al pasar la caseta de cuota y compré una torta. Más tarde, demasiado calor y demasiado sol en la carretera me obligaron a ponerme lentes oscuros y prender el aire acondicionado. Lo lamenté porque siempre me ha gustado el impacto del aire al conducir. Al llegar a Guadalajara, me detuve a comer algo. Tres llamadas y cinco mensajes de ella, en la memoria del teléfono. Al ver el registro de sus intentos, me di cuenta de que me había buscado durante sus horas de trabajo, supuse que, entre una junta de trabajo y un acuerdo con algún cliente, se había acordado de mí. Me aseguré de que no pudiera notar que había recibido sus mensajes, que supiera que ni siquiera los leí. Me encaminé a Nayarit, una lista de rock me hizo cobrar valor: Deep Purple, los Hollies, Santana, The Kinks, Chicago, Doors, los Stones, la Bruja Blanca Janis, el himno de Joan Jett, Ann Wilson …Barracuda!... Evanescence, Nightwish… casi olvidé el dolor; para mí, el paraíso es conducir eternamente, por una carretera que devoro con el pie en el acelerador, mi selección musical y el día y la noche a mi lado. Tepic no me gustó… o yo no le gusté a Tepic… el calor me aturdió, veía todo sucio, desordenado… aceleré y no me detuve hasta entrar a Mazatlán. Me sedujo el mar y la extensa costera con sus olores y el paisaje. Encontré un pequeño restaurante atendido por sus dueños: pescado zarandeado y cerveza, una guitarra, canciones de terruños y festejos, de fe y traiciones… bebí hasta caer dormido. Desperté con los rayos del sol, en una hamaca y con buen ánimo. Había apagado el teléfono, sin darme cuenta, lo prendí y había mensajes de voz de ella, ¿creería que la había dejado, finalmente? Subí al coche, pasé Elota, Culiacán, Navojoa, Obregón, paré en Guaymas porque tenía hambre, salí a Hermosillo, Santa Ana, Caborca, Sonoyta, San Luis Río Colorado, Mexicali, temí vencerme en la Rumorosa, pero me desperecé y llegué a Tijuana. Estaba lejos de ella y su embrujo, dos mil ochocientos kilómetros me tendrían a salvo de sus ojos hechiceros y su voz de encanto
XXX
Siempre me gustó el mar, lo conocí en Puerto Vallarta cuando mi madre Eva me llevó de vacaciones a los seis años. Sin pensarlo, le dije: “Voy a ser marinero”. Pero, con el paso del tiempo, ella enfermó y decidí cuidarla, llevarla al doctor, cocinar para ella, darle medicina y su comida, bañarla, acostarla. Po eso, entré de vigilante a una bodega, la atendía todo el día y trabajaba de noche. Me casé con Norma y ella aceptó vivir con nosotros y ayudarme en el cuidado de mi madre. A los dos años, nació nuestra hija: Milagros. Le pusimos ese nombre porque siempre nos dijo el doctor que era un embarazo muy complicado. Nació a los siete meses y nos dijo que veía muy débil a la nena. Sin embargo, ella creció y al entrar a la primaria se destacó como estudiante. Ya me había convertido en Jefe de almacén y después en Jefe de logística en la planta industrial donde empecé de vigilante. Cuando vino la epidemia, nos cuidamos lo mejor que pudimos. No supimos cómo, pero Norma enfermó del virus, pasó 17 días en el hospital y murió. El mismo día que la enterramos, Milagros empezó con calentura. Una semana después, la estaba enterrando yo solo. Traté de ocultarle a mi mamá la noticia, por eso le mentí: “se fueron de vacaciones a Vallarta, parece que allá el virus no se extendió”. Me contestó: “Una madre siempre sabe”. En cuatro días, se apagó. Conté los días… veintiocho días y había perdido a mi esposa Norma, a mi hija Milagros y a mi madre Eva. No regresé a casa, le pedí a la hermana de Norma que recogiera todo y que vendiera la propiedad. Me vine a Veracruz… voy a ser marinero.
XXX
De niño, cuando me enviaban a la tienda por un “mandado” me iba siempre corriendo. Todo lo hacía como si fuera una carrera, a esa edad. Recuerdo que un día descubrí como el aire me pegaba en la cara. Me encantó la sensación: correr contra el viento.
…
A los dieciséis años tuve mi primera novia en serio. Ya no solo le llamaba por teléfono, la visitaba en su casa. “Caifanes” se presentaba en un concierto y pedí permiso a sus padres para ir con ella. Recuerdo todas las canciones, como coreamos en la multitud, como nos tomamos de las manos y cuando tocaron “Viento”, nos besamos. Al salir del auditorio, la noche nos cayó de frente, cruzamos la avenida abrazados, con la luna en la cara y contra el viento.
…
Pepe, mi mejor amigo, y yo hicimos juntos el examen de admisión a la universidad. Nos metieron a un estadio con otros ocho mil jóvenes iguales a nosotros. Al terminar el examen, nos vimos frente a las tortas “El campeón”, ya pasaban de las diez de la mañana. Podíamos pagar el pasaje de regreso a casa o comer una torta. Ni lo pensamos: dos tortas de cochinita pibil y dos aguas de horchata. Después de ese desayuno de campeones, emprendimos el regreso a casa a pie, no había más remedio. Me cerré la chamara por el frío de octubre y volvimos juntos, sonriendo, contra el viento.
…
Estaba en el cuarto año de la universidad. Un ginecólogo se burló de mí cuando le hice una pregunta en clase. “Como su maestro, puedo decirle que, si después de cuatro años de estudiar medicina no sabe la respuesta, no ha aprendido nada… usted nunca será médico”.
Cuando me titulé, me enviaron por primera vez a un hospital, ya como titular. Me citaron a las diez de la noche para atender el turno de guardia. Entré por la recepción y me hicieron salir a la calle, para entrar por el acceso de atención a urgencias. No había gente y me guie por los señalamientos para automovilistas. Nunca olvidaré que entré deslumbrado por las luces de una ambulancia que me pegaban en los ojos, era enero, un frío invierno contra el viento.
…
No vamos a vencer al virus con buena voluntad. Tampoco podemos encerrarnos en nuestros miedos. Ya son meses de atender enfermos, de aplaudirle a los sobrevivientes, de acompañar a los familiares de quienes perdieron la vida. Tomo todas las precauciones, pero salgo de casa al hospital y de regreso a casa. Ahora al caminar por las calles, ya no las encuentro vacías. Tendremos que aprender a convivir y a enfermar con el virus y, tal vez, moriré. Pero voy a seguir con mi trabajo médico. Ayer, al regresar al consultorio, una enfermera se reía de mí: “¿Qué le pasó doctor? ¿Quién lo despeinó?”. Yo también me reí: “Es que me bajé corriendo de mi coche, contra el viento”.