Al parecer, el estudio elaborado hace años por Pablo Latapí sigue vigente en nuestro país: el uso de las nuevas tecnologías no garantiza la calidad en la educación
La corrupción es la razón por la que al menos los últimos tres programas de dotación de tecnología, como lo fueron Enciclomedia y la que brindó tabletas a escuelas y niños de educación básica, no pudieron continuar en México y no tuvieron impacto en el aprendizaje, a pesar de que se invirtieron al menos 37 mil 763 millones de pesos.
De ese esfuerzo presupuestal, los especialistas han concluido que el acceso a las tecnologías de la información para generar aprendizajes significativos es limitado, no han retino-repercusión en el aprendizaje, coinciden Pedro Flores, de la Universidad Autónoma de Querétaro y Roberto Rodríguez, de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
PROGRAMAS Y MÁS PROGRAMAS
Según Yolanda Heredia, en el estudio Incorporación de tecnología en educación básica: dos escenarios escolares en México, de la Universidad Virtual del Tecnológico de Monterrey, la presencia de computadoras o tabletas en las escuelas inicia en el año de 1968 y hasta el año 2010 fueron seis los programas que se introdujeron con diferente alcance.
La primera propuesta educativa que planteó el uso de las tecnologías para ampliar la cobertura fue la creación de la Telesecundaria. Surgió en 1968 y consistió en colocar televisiones en planteles en comunidades rurales y para ello se produjeron programas que se reproducían en los lugares, hasta ahora se modificó en al menos en tres ocasiones.
La segunda fue la apertura de las llamadas aulas de cómputo como una política en la que participaron los gobiernos estatales con apoyo de algunas ONG y fundaciones privadas y consistió en la instalación de cinco a 20 equipos de cómputo. Más tarde las salas fueron conectadas a internet, con el tiempo la falta de renovación provocó la obsolescencia de los mismos equipos.
La red Edusat fue inaugurada en 1995 como el Sistema Nacional de Televisión Educativa que hoy, en medio de la epidemia por Covid-19, es la base del programa Aprende en Casa II y cuenta con salida en la televisión y estaciones de radio.
Con la Red Escolar, el sitio o portal en internet se propuso ofrecer talleres y seminarios para niños, jóvenes, maestros y padres de familia.
En la administración del expresidente Vicente Fox se creó Enciclomedia, que tuvo como propuesta digitalizar los libros de texto que son repartidos en forma gratuita entre todas las escuelas primarias públicas y que serían enriquecidos con hipervínculos y diversos recursos didácticos como imágenes fijas y en movimiento, interactivos, audio, videos, mapas, visitas virtuales, contenidos en la enciclopedia Microsoft Encarta.
El programa arrancó el 13 de agosto de 2004 en el ciclo escolar 2004-2005, el programa concluyó en el año 2008 y consistió en colocar pizarrones electrónicos, proyectores y una computadora, además de un programa de capacitación docente.
El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados reportó que el programa Enciclomedia recibió entre el año 2002 y 2008 más de 30 mil millones de pesos, y logró equipar a 147 mil aulas de sexto grado de primaria y de secundaria. Para entonces se habían sucedido una serie de denuncias sobre el proceso de licitación, el retraso o sobreprecio en el equipamiento, la instalación y la no aplicación de sanciones a las empresas, así como el robo de los equipos en las escuelas.
En 2010 el programa se transformó el programa de Habilidades Digitales para Todos (HDT) y en su presentación, el entonces secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, recordó que el gobierno mexicano realizó “un esfuerzo extraordinario, multimillonario que sí generó conciencia plena entre los mexicanos de que los instrumentos tecnológicos deben incorporarse a las escuelas”.
El encargado de operarlo fue el subsecretario de Educación Básica, Fernando González, yerno de Elba Esther Gordillo Morales, quien anunció un fondo de 2 mil 600 millones de pesos para su arranque en 200 escuelas.
Ambos programas concluyeron cuando se les asignó presupuesto cero, asegura el investigador Roberto Rodríguez de la UNAM.
En mayo de 2013, producto de un compromiso de campaña, el gobierno de Enrique Peña Nieto inició la adquisición de 240 mil laptops para niños de quinto y sexto de primaria. El costo por equipo se estimó en 260 dólares y aunque el proyecto inicial planteó el acceso a internet, la SEP informó que la conectividad dependería de la disponibilidad en las escuelas, casas o centros comunitarios.
Las primeras entidades en recibir los equipos fueron Colima, Tabasco y Sonora. El programa concluyó ante el señalamiento de que los equipos no tenían detrás un soporte de complemento con el programa de estudios por lo que los niños los utilizaban para ver películas, música o jugar. Se reportaron denuncia de las empresas participantes en las licitaciones acusando adjudicaciones que se favorecieron e irregularidades en la entrega de equipos. Mientras que también se conoció de casos de papás que empeñaron los equipos o se registraron denuncias por mal funcionamiento o robo de los equipos.
SIN APRENDER DEL PASADO
“Los intentos por acercar la tecnología viene de varios gobiernos atrás, pero ninguno de ellos ha funcionado debido a que en principio la capacitación de maestros se dejó de lado hasta que se desarrolló la idea de crear habilidades digitales en el magisterio”, aseguró el investigador Roberto Rodríguez.
Explicó que en todo este proceso “vamos como el cangrejo cuando más se requiere es cuando menos se tiene. Uno de los déficits más fuertes en este escenario de la educación a distancia por la epidemia de Covid-19 es que no se ha apoyado ni a los maestros, ni a los padres de familia, ni a las escuelas ni a nadie. Nada que tenga que ver con conectividad. Los maestros son los que han pagado sus cuotas de internet, las familias lo mismo y del gobierno no hay una respuesta”.
Indicó que en los últimos años de lo que se ha hablado en de impulsar el acceso a internet, el llamado el internet democrático que en muchos países se ha impulsado.
Pedro Flores, investigador de la UAQ, afirmó que desde hace más de 25 años las evaluaciones de impacto internacional “han mostrado que la tecnología de la información para llevar educación y aprendizaje tiene un papel limitado. Desde el estudio que realizó en México Pablo Latapí: La computadora no puede hacerlo sola, que demostró, al igual que otros que le sucedieron, que la tecnología es limitada para generar aprendizajes significativos”.
En el país se han intentado diversos programas basados en las tecnologías, sin embargo, “fue difícil implementarlos y no tuvieron continuidad debido a deficiencias como la falta de una política intersectorial para llevar internet a todos los espacios por un lado y por el otro implica negociar con actores distintos y otras lógicas. Además de que significa mover grandes cantidades de recursos y ello genera que los grupos empresariales se movilicen con sus intereses, lo que complica mucho las cosas”.
Con la llegada de la pandemia de Covid-19 y la creación de una alternativa como Aprende en Casa y ahora Aprende en Casa II “parece que no aprendimos de las experiencias pasadas”
Para el investigador las conductas de corrupción “pueden ser otra explicación de porqué no han podido florecer los programas basado en las TIC (Tecnologías de la información y la comunicación) porque hay muchos recursos implicados y que conllevan una tentación en ese sentido de corrupción y se movilizan actores que lo que quieren es enriquecerse a costa de la educación pública”.
En la política de uso de tecnología para el aprendizaje se ha dejado de lado la práctica y visión de los docentes. “Son ellos los que organizan las clases y hasta ahora no han tenido la libertad para innovar, y crecer. Se enfrentan a gobiernos controladores y conservadores que piensan que los profesores no somos personas confiables, por eso ellos, desde la SEP, tienen el que cómo se debe hacer y eso sólo genera deficiencias como lo vemos ahora”.
Publicado en El Sol de México, 20 de septiembre 2020