En un análisis de los alcances de formación que se generan desde las escuelas, es posible observar que a pesar de los grandes avances que se han tenido en estudios sobre los procesos de enseñanza y de aprendizaje, las modalidades en que se presenta la práctica cotidiana en las aulas, se configuran en su mayoría con estudiantes sentados en filas en donde el maestro expone un tema, y sin más se realizan actividades basadas en la empírea o incluso poco pensadas, ejecutadas bajo las directrices y fundamentos de un solo sujeto, el docente. Lo anterior es trascendental, ya que en la medida en que el estudiante se desarrolla de manera pasiva, se limitan gravemente las posibilidades de una reflexión crítica y transformadora de lo que acontece en su vida.
En este sentido, para hablar de educación, es necesario y hasta obligatorio subrayar en la evaluación, pero ¿Qué significa evaluar? En el terreno educativo es mucho más que asentar una calificación, ya que implica un proceso formativo y planificado cuya función es recoger datos que permitan a los docentes realizar los ajustes pertinentes que encaminen a los estudiantes a alcanzar los aprendizajes esperados. Además, existen diferentes enfoques, metodologías, tipos e instrumentos de evaluación que son ya conocidos y dominados por los docentes, aunque sólo en el discurso; sin embargo buscamos abordar una temática, que, aunque no es nueva, se erige como una opción muy valiosa para los alumnos en cualquier nivel educativo, ya que parte de las interacciones entre estos y con el profesor: La Puesta en Común (PC).
Resulta esencial para la intervención docente, generar ambientes de aprendizaje propicios que permitan que los alumnos identifiquen sus fortalezas y desarrollen estos procesos con pertinencia hacia la tarea asignada no sólo de manera individual, sino también colectiva, del mismo modo se requiere de un análisis sistemático y preciso de los recursos con los que se cuentan para poder alcanzar los aprendizajes, lo que implica mantenerse a la vanguardia de las propuestas curriculares y de las estrategias pedagógicas oficiales.
Dentro de estas estrategias se encuentra el trabajo colaborativo, que al desarrollarlo se debe considerar que no sólo implica que los alumnos sean acomodados en pequeños subgrupos, sino que va más allá, requiere de diseño y planificación de una clase, del establecimiento de roles específicos para que todos los integrantes tengan asignada alguna actividad y de la definición de objetivos claros para tener una meta hacia dónde dirigirse.
Con base en lo anterior una de las principales opciones que los docentes deben establecer de manera sólida es la PC, la cual implica ir más allá de socializar al finalizar una sesión, es indispensable que vaya orientada a la reflexión y al análisis por parte del grupo, debe ser precisa, estratégica y planeada, evitando caer en la repetición constante por parte de los estudiantes y en redundar acerca de las mismas posturas.
Favoreciendo el pensamiento crítico
En el Plan 2011 y en Modelo Educativo 2017, se busca fomentar el pensamiento crítico en los alumnos, así como procesos mentales complejos de reflexión, síntesis, análisis, respondiendo al perfil de egreso de la Educación Básica. Entendiendo este pensamiento como la capacidad de identificar, analizar, cuestionar y valorar fenómenos, información, acciones e ideas, así como de tomar una posición frente a los hechos y procesos para solucionar distintos problemas de la realidad, que puede convertirse en una consecuencia o efecto al cabo de implementar en las aulas prácticas que poco a poco abonen a estas habilidades en los alumnos. Ante esto, la PC resulta una herramienta de gran ayuda para propiciar resultados complejos en el pensamiento de los educandos.
Considerando sustancial, el provocar la reflexión de los alumnos sobre sus producciones y conocimientos, entre las estrategias que la favorecen, resaltamos la organización de actividades de discusión, de confrontación, en las que hay que comunicar, probar, demostrar; las que involucran el trabajo entre pares, equipos o en plenaria; ordenando la participación en función de finalidades bien establecidas y claras para todos (Saiz, Parra, & Sadosky, 1994). Las interacciones entre pares aseguran diversas funciones y pueden tomar también formas diversas. Pero ellas no se dan por sí solas y están por lo tanto bajo la responsabilidad del docente.
Bases normativas y pedagógicas
Como hemos subrayado, desde la base normativa y pedagógica en que descansa el hecho educativo, es importante reflexionar acerca del perfil de egreso de Educación Básica (EB) que plantea el Plan 2011, en el que se especifican aspectos a alcanzar en este período de formación (SEP, 2011:125):
“Argumenta y razona al analizar situaciones, identifica problemas, formula preguntas, emite juicios, propone soluciones, aplica estrategias y toma decisiones. Valora los razonamientos y la evidencia proporcionados por otros y puede modificar, en consecuencia, los propios puntos de vista…”
En este sentido, en el Modelo Educativo (SEP, 2017), se define un perfil de egreso en Educación Primaria desarrollado en once ámbitos, establecidos para todo el trayecto de la EB, entre los cuales se encuentran cinco que acentúan y reiteran a la PC como estrategia pertinente para favorecerlos. En el ámbito de lenguaje y comunicación enfatiza en que el alumno comunique ideas de manera oral y escrita, la estrategia aquí planteada da apertura a la exposición de ideas y concepciones de cada uno de los participantes. En el ámbito de pensamiento matemático, aunado al de pensamiento crítico y solución de problemas formula la importancia de la búsqueda de soluciones a diversos planteamientos con la obtención de evidencia y la capacidad de explicar sus procesos de pensamiento, es decir hacerlos explícitos en el grupo de dialogo.
De manera específica en el principio seis, se reconoce la naturaleza social de conocimiento, explica que “el trabajo colaborativo permite que los estudiantes debatan e intercambien ideas” (SEP, 2017), este aspecto es en esencia la finalidad de la PC, adjudicando una corresponsabilidad en el aprendizaje y la construcción colectiva, transformando así la cultura de los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
Mediación docente
De acuerdo con Saiz, Parra, & Sadosky (1994), el docente debe desarrollar modos de pensar “divergentes”, organizar la presentación y el análisis de los diferentes procedimientos de manera rápida y dinámica para poder conservar la atención de los alumnos, permitirles comprender lo que se busca que adquiera, precisar lo que se acaba de hacer, adherido a los medios que se han elegido para ello.
Con estas acciones, el profesor puede hacer un escaneo acerca de los avances alcanzados durante la sesión a través de las posturas, ideas y conceptos generados por los alumnos, sin embargo, no debe perder de vista que la intención es compartir y que lo anterior se logra a través del diálogo y el debate, al responder en colectivo el cómo y el por qué les permite a los alumnos interiorizar y regresar una y otra vez a la reacomodación de sus aprendizajes.
Es importante mencionar también, que esta estrategia permite desarrollar una evaluación formativa ya que al fomentar la realimentación por parte del docente se logrará llevar al alumno a la reflexión e identificación de sus propios procesos, por otro lado si se logra esta realimentación entre pares podrán identificar fortalezas y áreas de oportunidad, para que desde la enseñanza, se generen los ajustes pertinentes en vías de alcanzar los aprendizajes esperados.
Conceptualización de la Puesta en Común
Encontrar una definición de la PC, resulta difícil en el ámbito educativo pues no suele estar en el léxico del profesorado. Se precisa que consiste en que el alumno, al trabajar en colaboración con el otro, logre expresar sus pensamientos, resoluciones o desafíos al abordar cierto aprendizaje, permitiendo que todo el grupo conozca lo construido, el proceso correspondiente y las soluciones que lograron dar a cierta consigna, abonando al proceso metacognitivo de los alumnos, en un nivel personal y en conjunto. Todo lo cual, con una intervención mediadora que procure orden, concisión y objetividad en las participaciones, dejándoles ver la necesidad de plantear preguntas, construir y utilizar un lenguaje complejo, formular razonamientos, dando prueba de su desempeño al presentar conclusiones, generando procesos de autoevaluación y coevaluación, permitiendo así, comparar y valorar sus propios avances y el de sus compañeros.
Por otro lado, Martinel (citado por Scren 2011, pp. 21) resalta que el diálogo entre los sujetos y el espacio donde se intercambian los puntos de vista son elementos de la PC y refiere que el ambiente de estos debe ser más humano y común. Las interacciones alcanzadas en esta estrategia, pueden permitir apropiarse de las consignas de una situación, cada alumno, frecuentemente después de un tiempo de trabajo individual, expresa el modo en que ha interpretado el enunciado, lo que no ha entendido, lo que le recuerda, por ejemplo; la reformulación de otro alumno puede permitirle comprender mejor. Confrontar las respuestas elaboradas individualmente, comprender las divergencias eventuales para acordar una respuesta común. Comunicar su método o su solución y defenderlos contra las proposiciones diferentes si se lo juzga necesario. Comprender el proceso de otro, ser capaz de descentrarse de su propia investigación, cuestionarla, interpelarla. Apreciar los elementos de caminos diferentes, evaluar el grado de generalidad de cada uno; identificar, a menudo de modo no convencional, un procedimiento, un camino: “podríamos hacer como hizo Nicolás”. (Saiz, Parra, & Sadosky, 1994).
Alcances en el proceso de evaluación
Al hablar de una evaluación diagnóstica, es importante señalar que es el momento justo previo al proceso educativo y su propósito es caracterizar el estado actual del alumno acerca de sus conocimientos, ya sea antes de un tema o sobre lo adquirido a lo largo de un ciclo escolar. La PC genera el espacio para indagar acerca de lo que sabe el estudiante a través del diálogo en un círculo de aprendizaje, la interacción entre los sujetos dará apertura a determinar los diferentes niveles alcanzados por cada uno de los alumnos al exponer sus ideas y se presenta como un proceso evocativo que pone en la línea del conocimiento a quienes no tengan esclarecido lo que ya saben.
Como ya se abordó, la PC genera procesos en los que no sólo se reduce a la comunicación del trabajo realizado, si no que se dirige a que los alumnos, al participar activamente, revisen y corrijan su postura, ideas y opiniones ampliando y reformulando sus saberes. En esta línea la PC proporciona al docente información que puede aprovechar para definir qué proceso requiere mejorar, cambiar o transformar para alcanzar los propósitos educativos.
La retroalimentación que en sí caracteriza significativamente la evaluación formativa a través de las devoluciones sobre las construcciones y los procesos correspondientes (Raveli, Picarioni, &, 2013), se hace presente en la PC con las intervenciones que hace el docente al cuestionar, resaltar o transferir eso que los estudiantes opinan a otras situaciones. La manera en que se lleva a cabo la estrategia planteada pude contribuir de una manera significativa a la autoevaluación y por supuesto a la coevaluación, lo que da apertura a los alumnos para que entre ellos exista una retroalimentación adicional, por supuesto que estos procesos no son espontáneos, la orientación del docente debe favorecerlos y desarrollarlos.
Lo antes señalado nos sugiere que una PC no se ubica únicamente al finalizar un trabajo o proceso, como normalmente se hace, sus características permiten que tenga un amplio uso en los diferentes momentos de la estructura metodológica en que se basan las Secuencias Didácticas (Flores, 2018) implementadas en el aula.
Conclusiones
Encaminar la práctica cotidiana hacia la formación de ciudadanos transformadores, requiere que ésta tenga un carácter reflexivo, con la finalidad de incidir en los procesos cognitivos del alumno, brindándole la posibilidad de formular ideas y examinarlas. Esta posibilidad, encuentra caminos al desarrollar la estrategia PC, que parte de la socialización del pensamiento, las ideas y de la construcción de propuestas de solución ante diversas situaciones, fortaleciéndose y desarrollándose el pensamiento crítico.
La participación activa en la transformación de la sociedad, al emplear este tipo de pensamiento a partir del análisis, la reflexión, el diálogo, la conciencia histórica, el humanismo y la argumentación para el mejoramiento de los ámbitos social, cultural y político; se traduce como un gran compromiso de parte de los actores que están involucrados en el fenómeno de enseñanza y de aprendizaje.
Por lo tanto, hay que adaptar progresivamente a los alumnos las exigencias de una comunicación racional, no solamente deben aprender las reglas de una comunicación colectiva, sino que deben igualmente aprender a formular su propio pensamiento de manera que se haga accesible para el otro, es decir, comenzar a explicitarlo, a justificarlo. Al mismo tiempo, aprenden a considerar el pensamiento del otro, a contestar un argumento o a solicitar una explicación. (Saiz, Parra, & Sadosky, 1994). Finalmente, el aprendizaje es una práctica social (Coll, 2003) y el núcleo de la PC es precisamente, la socialización de conocimientos, procedimientos, experiencias y actitudes que abonan al proceso educativo de manera permanente.
Es importante realizar este proceso cuidando de no caer en ciertas prácticas que dificulten cumplir con la función de la PC, por ejemplo: una presentación exhaustiva y fastidiosa de las producciones, una corrección despectiva, la constante interrupción por parte del docente o bien el otro extremo, su no intervención.
Estas tomas de conciencia múltiples se traducen en la importancia que todo docente debe considerar acerca de las actividades que fortalezcan los procesos metacognitivos en sus alumnos, es decir, a todo aquello que puede permitirle al sujeto reflexionar sobre sus acciones, sus procesos intelectuales, sobre sus propias adquisiciones, poderosa palanca de progreso en el aprendizaje. (Saiz, Parra, & Sadosky, 1994).
Lo abordado, hace evidente la relevancia para docentes de cualquier nivel, como una forma de repensar su práctica. La PC como estrategia en la enseñanza es una propuesta de transformación y cambio, ya que una educación que no mejora las condiciones en las que se vive no es verdadera. Partamos del hecho del mundo actual en donde cada situación se merma de tintes y propósitos diversos, es ahí donde la reflexión ocupa su espacio para brindar calidad y capacidad a los sujetos, toma de decisiones y poder trasformador de su sociedad al discernir entre una amplia gama de opciones. Probablemente, la estrategia que propicia en mayor medida, estos procesos de reflexión y análisis, es la PC; en infortunio, también es la que menos se observa en las prácticas de los planteles de EB.
BIBLIOGRAFÌA
Flores, D. (2018). Secuencias Didácticas para Educación Primaria en México; Una propuesta metodológica estructurada desde la gestión directiva del Supervisor con base en el Plan de estudios 2011 y en Modelo Educativo 2017 de la SEP. Tesis de Doctorado. UCI. México.
Giroux, H. (2010). Teoría y resistencia en educación. Edit. Siglo XXI. México.
McLaren, P. (2011). La vida en las escuelas. Edit. Siglo XXI. México.
Mendoza, R. (2017). “La ética mirada desde la complejidad”, en Reflexiones en torno a la complejidad y la transdisciplina”. México.
Rodríguez, R. (2000). Sociología de la Educación. Universidad Pedagógica Libertador. Venezuela. (recuperado de http://sociologiaeducacion.tripod.com/sitebuildercontent/sitebuilderfiles/tema1.pdf el 21 de enero de 2020).
Saiz, I., Parra, C., & Sadosky, P. (1994). Enseñanza de la Matemática. Obtenido de Programa de transformación de la Formación Docente: https://cdn.educ.ar/dinamico/UnidadHtml__get__000db192-88e4-49cf-a014-d708f8e07960/index.html
SEP (2011). Plan de estudios. México.
_____ (2014). Acuerdo Secretarial 717. México.
_____ (2017). Modelo Educativo. Aprendizajes Clave. México.