En estos momentos de mi vida, Acapulco tiene resonancias encontradas. Por un lado, soy una persona a la que le encanta la playa, el sonido del mar, la brisa que acompaña este hermoso lugar; normalmente no logro distinguir el aroma de muchas cosas, pero el de la playa es uno de mis favoritos, lo que hace de Acapulco un lugar que recuerdo con mucho cariño, un destino que incluso en su peor momento recordarlo me da alegría. Es aquel destino que podría visitar varias veces y jamás cansarme de él, pues tiene un gran significado para mí y marca un antes y después.
Por mucho tiempo escuchar la palabra Acapulco me causaba conflicto, pues se me hacía un lugar muy hermoso y lleno de vida, mientras que, por el otro, me recordaba algo que tal vez nunca lograría tener. La primera vez que visité Acapulco fue con la familia de mi papá, unas personas fabulosas y grandiosas, y tengo buenos recuerdos con mi papá en este lugar. Pero después de volver de ahí caí en cuenta que lo que pasó solo sucedería en este mágico lugar, pero no lo podría tener en un día normal. Así que, recordarlo me generaba tristeza, pues era un lugar hermoso, pero con recuerdos con un significado triste.
Hace algunos años regresé a este lugar, con una persona muy especial. Disfrute este lugar de una manera distinta, cada parte de este mágico lugar cobró un nuevo significado, era un lugar donde podría pasar mucho tiempo sin tener que preocuparme por nada. Esta vez tenía todo lo que siempre quise algo que no podría cambiar sin importar en qué parte estuviéramos, siempre iba a ser lo mismo o mejor, pero nunca peor.
Acapulco es un destino que me recuerda que todo es posible, así como personas se van, personas mejores llegan a tu vida para darle un mejor sentido. Por esto mismo, Acapulco me genera dos sentimientos en específico, la nostalgia por aquello que nunca logre tener y que luche por tener. Mientras que por otro lado me da muchísima felicidad por todo lo que he logrado construir a lado de una persona maravillosa y es por esto que este lugar se ha vuelto algo sumamente significativo en mi vida y recordarlo siempre me generará alguna emoción.