La Nueva Escuela Mexicana (NEM) parece basar sus principios, en la pedagogía humanista, la progresista, la escuela nueva, la escuela activa, el pragmatismo, el activismo, el aprendizaje significativo, el constructivismo y una larga lista de corrientes pedagógicas; que a mi parecer son muestra de sus indefiniciones. Aunque es sabido que pueden ser compatibles, en este caso es una simple mezcolanza con poco sentido. Intentan condensar en su propuesta los planteamientos de Dewey, Montessori, Freinet, Ausbel, Freire, Piaget, Vygotsky entre muchos otros estudiosos de la educación, pero si una esencia que logre la koinonia necesaria.
Tal parece que los responsables de la NEM en el afán de “transformar” intentan teorizar sobre lo que históricamente ha caracterizado el mundo para poder percibir la realidad, sin embargo, en el terreno educativo, no logran encontrar aquello que ya no encaja en un contexto y que los obligar a idear nuevas formas.
Lo que presenta la NEM no es nada nuevo, sus planteamientos generales se han trabajado durante las últimas décadas, sin embargo, también tiene bajo sus páginas, ese otro sentido del cual de manera nada discreta hoy se pronuncian y da muestra de que la propuesta es simplemente un alineamiento político y no un instrumento para el desarrollo de una sociedad crítica y en libertad que se convierta en el eje del avance y la sostenibilidad del país. Desde sus propósitos, muchos de sus planteamientos presentan un gran problema de interpretación, hay incongruencia hasta en el enfoque que le están dado, evidencia de que se sigue entregando a la burocracia la elaboración de las estrategias educativas del gobierno, en lugar de que lo hagan quienes deberían hacerlas, verdaderos especialistas basados en lo que se dice desde el campo de acción, es decir, lo que dicen los maestros en aula que son los que verdaderamente saben. Esto lo convierte en un intento muy poco plausible. Muy parecido a la realidad política y que por supuesto parece no tener por objetivo desde hace mucho tiempo la educación en nuestro país.
Los maestros hoy estamos enfermos de incomprensión, de no apoyo, de desigualdad, de soledad…se educa para mantener el estatus quo, para mantener intereses políticos y económicos entre los que no se encuentra lo educativo. Quienes elaboran nuestros programas educativos siguen condenado a nuestro país a ser un país de resultados tristemente pobres…pero eso sí, acordes a la ideología que se intenta imponer cada sexenio.
Bajo este cielo ideologizado que nos cobija, acudo al pensamiento de Álvaro Marchesi, quien nos dice que existen tres ideologías principales presentes en el campo educativo, que están estrechamente vinculadas a la manera de entender el progreso de la sociedad y el bienestar de los ciudadanos: la liberal, la pluralista y la igualitarista. Cada una de ellas busca aportar a la mejora de la calidad de la educación, pero desde principios distintos y por supuesto con impacto diferente. a propósito de lo anterior, aunque Marx Arriaga Navarro, director general de Materiales Educativos (que no la secretaria de educación) ha dicho que los libros de la NEM son libertarios, contradiciéndose de inmediato al afirmar que estos estarán alineados a la ideología del gobierno en turno, lo que implica que estarán ceñidos a una ideología igualitaria en donde se persigue que todas las escuelas deben realizar una oferta educativa prácticamente igual -la que ellos quieren por supuesto-. En todo caso, apenas tendrán cabida los proyectos educativos diferenciados de las escuelas, ni la libertad de elección. La ideología igualitarista se enfrenta con una importante contradicción en el México que necesita de una oferta educativa diversa y la posibilidad de elección en ella.
Aún hay mucha opacidad en los documentos emitidos y hay aún más palabras que concreciones y eso si, muchísimo de ideología mal encaminada en la NEM.
Mal entendido está el pensamiento de Naranjo cuando dijo que “o cambiamos la educación, o este mundo se va a pique”
2022