La lucha del magisterio, en este nuestro día, en todos estos años, no es la lucha de un gremio; es la respuesta valiente de un sector del pueblo, organizada y de resistencia a toda prueba, porque al defender nuestros derechos ante los embates de un neoliberalismo brutal estamos a la vanguardia de una lucha por hacer efectivos los derechos de la clase trabajadora.
Ojalá el resto de la población, golpeada por una oligarquía miope, entienda y se sume a nuestra lucha, que no surge de un empecinamiento, ni de las ocurrencias de unos cuantos vándalos –como nos señalan algunos medios de comunicación y organizaciones de oscuros y mercantiles empeños, como Mexicanos Primero–, sino del rescate de la dignidad y los derechos laborales pisoteados por gobiernos de dudosa legitimidad.
Hoy, 15 de mayo, reiteramos que:
¡ El maestro luchando, también está enseñando!