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En este artículo se reflexiona sobre la crisis civilizatoria mediante el análisis de las estructuras del poder y el dominio del discurso y la microfísica del poder, basándonos en Foucault (1979), con la finalidad de comprender la genealogía en la crisis civilizatoria, es decir, el origen de los mecanismos de poder que la propia sociedad reproduce, en diferentes escalas, con su propia especie y con las otras.
El problema del modelo civilizatorio actual es su centralización en la alta industria y mercantilización de productos en constante transformación. De la mano con la manipulación irracional de la naturaleza viene la mancuerna progreso- desarrollo, que consiste en un círculo viciosos entre la ampliación indefinida del consumo y la producción masiva, mismos que atienden cada vez menos la satisfacción de las necesidades básicas y cada vez más las exigencias de un sector elevado en el que se concentra la riqueza (Biffani , 2010).Como dicen Linsalata & Gutiérrez (2016) en su inagotable ansiedad de ganancia, el capital “busca cada día más recursos naturales para despojar, más ámbitos de la existencia para privatizar, más trabajo humano para explotar y enajenar, más vida para someter y refuncionalizar a la lógica del valor” (pp. 151-152). Para comprender la primicia anterior es necesario ahondar en los mecanismos, reglas, normas derechos y ejercicios del poder que se han cultivado durante la historia de la humanidad, es decir, la microfísica del poder que va más allá del dominio y poder del estado Foucault (1979).
Cabe precisar que para Foucault (1979) el poder y dominio no se limita al Estado, por el contrario el autor menciona que como sociedad hemos aprendido a convivir con éstos, incorporándolos en nuestra cotidianidad de forma inconsciente; así, en todo momento cultivamos diversas acciones de poder y dominio sobre otras personas y otras especies. De manera que aprovechamos los espacios donde tenemos un poder sobre otros para ejercerlo, por ejemplo, el docente frente al grupo ejerce su poder sobre los estudiantes demostrando su dominio ante ellos, o los padres sobre los hijos, el jefe sobre sus empleados, incluso hasta en las relaciones amorosas se suelen ver procesos de dominio y poder sobre el ser amado (Foucault, 2009).
Empero, ¿cómo es que las personas buscan el poder y el dominio sobre los otros? La palabra poder proviene del latín possum -potes- potui -posse, que significa ser capaz, tener expedita la facultad para hacer, tener fuerza para algo, o ser potente para lograr el dominio o posesión de algo (RAE, 2021). Relacionado la epistemología del poder con Foucault (1979):
“el poder tiene por fuerza una visión total o global […] esta cosa tan enigmática, a la vez visible e invisible, presente y oculta, investida en todas partes, que se llama poder […] El poder es el poder concreto que todo individuo detenta y que cede, parcial o totalmente, para contribuir a la constitución de un poder político, de una soberanía.” (pp. 82 y 134).
Con lo anterior se puede observar cómo el poder aunque incierto e impalpable en sí, se encuentra en todas partes, ejerciéndose, dominado por unos, dominando a otros, sin el menor pudor ha alcanzado a toda la humanidad, esclavizada con la idea de la posesión, la capacidad y la facultad de ejecutarlo a diestra y siniestra siempre que se nos sea posible. Provocando en el ser humano la búsqueda del poder dominando por encima de los demás, así sacia la necesidad de éste sin límites, sin ética, sin moral (Foucault, 1979).
Esto lo ha llevado a diversos planos, por ejemplo, con la naturaleza, donde el ser humano cree tener el poder sobre ella, dominándola ilimitadamente, transformándola en recursos, productos, bienes y servicios, desvalorizándola sino es útil, sino provee algo material (Maya, 1997). De igual manera, lo ha hecho con el propio ser humano, trasfigurado en recurso humano, capital humano, donde obligatoriamente debe estar al servicio de aquellos que controlan y dominan, desvalorizando a aquel que no quiere seguir las normas, o que no busca el deseo de poder. Así, la humanidad ha caído en una especie de juego con eternos y desdibujados rivales, todos contra todos sin importar las consecuencias de sus actos (Ospina, 2001).
Por su parte, el derecho ha sido pieza clave, base de las estructuras del poder, proviene del latín directus que significa lo rígido, lo recto. Según la Real Academia Española (2020), representa lo justo, lo legítimo, fundado, cierto, razonable, la justicia, la razón. Aterrizando lo anterior a la crisis civilizatoria vemos como el ser humano se ha auto-otorgado el derecho de dominar tanto a la naturaleza como al propio ser humano mediante la soberanía y la obediencia. De manera que el derecho es el instrumento para controlar, dominar y abusar (Foucault, 1979) del otro, humano o no humano, a través de la facultad que se ha manifestado como dueño del planeta, dándose la facultad y autoridad de hacer, exigir, legitimar e imponer las reglas y normas de relación sociedad naturaleza.
Por su parte, la verdad para Foucault (1979) la historia de la humanidad ha sido construida mediante una verdad manipulada, dirigida y controlada por el poder, así quien escribe la historia es quien tiene el poder y la facultad de hacerlo, manipulando el discurso, dominando su verdad y obligando al ser humano a creer en esa verdad imposible de debatir, convirtiéndose en ley general de la civilización. Lo anterior nos acerca a comprender cómo la verdad ha sido construida para dominar a la sociedad, producto del desarrollo socioeconómico y político, y que gracias a ella ha logrado controlar el poder social, donde la propia sociedad ha quedado fuera del discurso, sin opinión y sin posibilidad de refutar lo ya escrito o dicho en su historia, sometida a obedecer y aceptar la verdad omnipresente.
Es evidente que los conceptos previamente expuestos están articulados uno con otro, conjugando una triada que alimenta las normas, reglas y mecanismos de poder ejercidos en el cuerpo social. De manera que, el poder es un derecho para poseer un bien, que funciona gracias a la producción de un discurso de poder, donde el discurso es la verdad y ésta es construida desde el poder que la exige, que la necesita para funcionar. Ante el poder como derecho, éste se ejerce no solo en el Estado, sino en los propios individuos en su cotidianidad, así las estructuras de poder, determinadas microfísica del poder, se dan en cualquier ámbito social. En palabras de Foucault (1979): “El individuo es un efecto del poder, y al mismo tiempo, o justamente en la medida en que es un efecto, el elemento de conexión. El poder circula a través del individuo que ha constituido (pp. 144)”.
Lo anterior abre las puertas al análisis de la sociedad en su afán de dominio y poder que le ha provocado un estilo de vida de sometimiento, obediencia que no le permite al ser humano cuestionar los estándares culturales del occidentalismo, aferrándose a continuar interminablemente en la búsqueda de conseguir el poder y dominio socioeconómico, llamado progreso.
Diagrama 1. Microfísica del poder de Foucault (1979)
Referencias.
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Bifani, P. (2010). Medio Ambiente y Desarrollo. Universidad de Guadalajara: Guadalajara.
De Sousa, B. (2009). Una epistemología del Sur: la reinvención del conocimiento y la emancipación social. Siglo XXI / CLACSO: México.
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Foucault, M. (2009). Vigilar y castigar: Nacimiento de la prisión. Siglo XXI: Madrid. ISBN: 9786070301155
Leff, E. (2002). Saber ambiental. Sustentabilidad, racionalidad, complejidad, poder. Siglo XXI: CDMX. ISBN: 968-23-2402-5
Linsalata, L.; Gutiérrez, R. (2016). Defensa de lo común y de la vida digna: horizontes comunitario-populares en México. En: Navarrro, M.; Finni, D. (2016). Despojo capitalista y luchas comunitarias en defensa de la vida en México. Algunas claves desde la Ecología Política. [(151-172] Benemérita Universidad Autónoma de Puebla: Puebla. ISBN: 978-607-525-142-4
Morin, E. (2011). La vía. Para un futuro de la humanidad. PAIDÓS: Barcelona.
Ospina, W. (2003). Lo que nos deja el siglo XX. En: Ospina, W. Los nuevos centros de la esfera. [53-170] Fondo Editorial Casa de las Américas: La Habana
Real Academia Española (2021). Derecho. Asociación de Academias de la Lengua Española: Madrid. Recuperado de: https://dle.rae.es/derecho
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Real Academia Española (2021). Verdad. Asociación de Academias de la Lengua Española: Madrid. Recuperado de: https://dle.rae.es/verdad
Laura Karina Mares Ortega es Bióloga, Mtra. en Educación Ambiental por la UdG, doctorante en Investigación de la Comunicación por la Anáhuac México. Docente y asistente de investigación de la Maestría en Educación Ambiental de la UdG. Línea de investigación: movimientos socioambientales y territorio en las zonas urbanas
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https://orcid.org/0000-0001-6070-8885)
Rogelio Del Prado Flores es Profesor investigador. Universidad Anáhuac México. Sistema Nacional de Investigadores Nivel 1
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