El ajedrez está teniendo un interesante resurgimiento en el cine, las series, las plataformas y la práctica de este. Hace décadas era inevitable que en los juegos de mesa- por ejemplo, en las vacaciones- se incluyera el aprendizaje y práctica de ajedrez con los amigos y familiares. Sin embargo, suponemos que, con el éxito de los video juegos y otras formas de entretenimiento digital, esta tradición se fue perdiendo.
Hay muchas joyas cinematográficas y series que entre sus tramas el ajedrez es protagónico o fundamental: desde la clásica partida de ajedrez en un contexto de peste negra en El séptimo sello ( Bergman, I, Suecia, 1957), pasando por el biopic, antipedagógico En busca de Bobby Fisher ( Zaillian, S. Reino Unido,1993), y las más recientes, La jugada Maestra ( Zwick, E. EUA, 2014) sobre la guerra fría sintetizado en un campeonato mundial de ajedrez o La Reina Katwe ( Nair, M. EUA, 2016) sobre el poder transformador de este deporte-arte. Por no mencionar la serie televisiva más vista en el mundo en el 2020, Gambito de dama.
Llega a las pantallas otra cinta sobre este tema, que lo enfoca desde una perspectiva social-comunitaria, inspirada en un caso real de la década de los noventa del siglo XX. Se trata del filme Pensamiento crítico ( Leguizamo, J.EUA, 2019).
La película comienza con la llegada al salón de clases de preparatoria del profesor Mario Martínez: desgarbado, con chamarra, corbata y un café en vaso desechable. Él es latino e imparte sus clases en una especie de salón-laboratorio en la escuela pública de nivel medio superior de Jackson que se encuentra en Miami, Florida en los Estados Unidos. Él dirige, como si fuera taller permanente, la materia optativa de Ajedrez a alumnos que no quieren tomar otra asignatura y que en su mayoría están desinteresados del tema escolar.
Sin embargo, el profesor Mario, por medio de retos, tareas, narraciones, representaciones, diferentes enfoques teóricos y después con la participación en torneos, va motivando a cuatro alumnos que empiezan a destacar y dominar las piezas y jugadas en el tablero. También los incentiva porque es un gran ser humano que empatiza todo el tiempo con sus estudiantes. Para el profesor el ajedrez, este deporte es una forma de que sus alumnos se concentren, aprendan distintas tácticas y piensen con claridad, pero también es una forma de enfrentar la, a veces, violenta realidad social de los barrios pobres.
Sus estudiantes son jóvenes marginados y con pocas posibilidades de desarrollo social, que viven distintas adversidades familiares o en las comunidades que habitan . Por ejemplo, uno de ellos vive con un padre, que, aunque le apasiona el ajedrez vive una depresión por la muerte de su esposa y pelea constantemente con su hijo; otro tiene una situación económica precaria y pronto terminará comercializando droga para un narcotraficante local. Mario no es distinto a ellos y también ha vivido una existencia dura de la que el ajedrez lo ha curado, redimido y bendecido. Por eso su obsesión por compartirlo.
En la escuela las autoridades no creen que el ajedrez pueda hacer gran cosa por los estudiantes. Le insisten al maestro que solo mantenga a los alumnos sentados en sus bancas. Pero él usa el ajedrez también para socializar, concientizar y abrirles ventanas existenciales y hasta lecciones históricas.
Cuando pide a la dirección escolar dinero para que los alumnos destacados asistan a un torneo estatal, recibe unas cajas de chocolate como apoyo, para que las vendan los alumnos y tengan algunos ingresos. Hecho que a nadie gusta.
El Maestro Mario terminará financiando ese primer viaje, trasportando a los estudiantes y creyendo firmemente en el poder transformador del ajedrez; logran obtener el primer lugar por equipos. Resulta muy interesante la interacción que va a generar este resultado en los ganadores; los hermana y detona hacia adelante. Van a ir a otros campeonatos, pero en ese camino se verán reforzados por Marcel, un recién llegado cubano que enriquece al equipo con su conocimiento, hasta llegar al torneo nacional.
Podemos predecir que películas y otras piezas de comunicación, sobre los múltiples aprovechamientos que tiene este juego de estrategias seguirán produciéndose, para suerte de todos, demostrando que, en ese tablero cuadriculado que enfrenta destrezas blancas y negras, hay también infinitos aprendizajes.