Lejos de citar una frase con sabiduría o con reproche intelectual, la realidad es que el momento de la retórica sobre el medio ambiente ha quedado atrás. Tristemente, muchos países tuvieron que entender la sustentabilidad como un negocio antes de adoptar esquemas que mejoren el uso de los recursos disponibles, por eso ahora hablamos de economía circular como el eje de la producción.
El momento llegó y es una realidad que no hicimos caso a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en su momento, al menos en México. El año 2030 está muy cercano, y lejos de medir hoy el avance que pudimos tener como país, aún seguimos replanteando la estrategia de desarrollo sostenible y rescatando algunos casos aislados para presentarlos como logros ante la comunidad internacional.
El problema de la sequía, por citar un ejemplo, se ha hecho presente como un dilema que siempre vimos lejano, seguros de que “alguien más” se encargaría de resolver. Muchos hicimos nuestra parte, pero no fuimos capaces de articular políticas públicas de mediano y largo plazos para solucionar el problema. Mucho de lo que se hizo fue pensando en el discurso político, en la fotografía en los medios y redes sociales, en cumplir un requisito burocrático, pero nunca entendiendo que esto cambiaría nuestra vida.
Scarlet Monroy Mañon (2024). Llegó el momento de abordar la agenda de sustentabilidad para México