Los 50 años del golpe de estado en Chile, fue un buen momento para toda esa reflexión colectiva. Decíamos: democracia, memoria y futuro. Memoria, porque uno tiene que conocer la historia; el futuro se construye sobre la base de ese pasado, pero con proyección a futuro. Tiene que ver con un mundo que debería ser más solidario, pero también con que, efectivamente, la democracia puede estar en peligro en cualquier momento y cualquier instante. Y es un compromiso nuestro, de todos nosotros, defenderla.