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Miércoles, Noviembre 06, 2024

José de Jesús González Almaguer y Janethe Arlette Heredia Miranda. 

A partir del primer minuto de octubre de este año, en México, atravesamos una situación histórica, inédita: una mujer estará a cargo de dirigir el país, desde la posición más alta del poder público. La presidenta constitucional, Claudia Sheinbaum Pardo, tendrá seis años para trabajar y demostrar de lo que es capaz; tal vez, seis años son pocos, pero deberá alcanzar el mayor número de logros posibles propuestos durante su campaña y en su agenda política, para bien de la nación. En el anterior número de pálido.deluz, se abordó el tema de su posible liderazgo: palido punto de luz - El liderazgo posible de Claudia Sheinbaum Pardo. En esta ocasión trataremos de su ejercicio.

Quizá, el mayor desafío que enfrentará será el de ser mujer. Sabemos que decir eso, habla de una posición cuestionable: es impensable señalar eso de un hombre –“su mayor desafío será el de ser hombre”-, Pero hablamos de un país en el que, como en muchos otros, se mantiene fuerte la creencia que las mujeres son débiles y no deberían ocupar ciertos puestos de poder. Fuertes raíces socioculturales e históricas conforman un modelo patriarcal, misógino, excluyente. Solamente en el continente americano tenemos los casos de Mireya Moscoso (Panamá), Violeta Barrios de Chamorro (Nicaragua, noten el apellido del esposo) Laura Chinchilla (Costa Rica), Isabel Perón - María Estela Martínez de Perón-, Gabriela Michetti y Cristina Fernández (Argentina), Marta Lucía Ramírez (Colombia), Keiko Fujimori (Perú), Dilma Rousseff (Brasil), Evelyn Martínez Fornet  y Michelle Bachelet (Chile), mujeres quienes en algún momento de su trayectoria llegaron al Poder Ejecutivo de su país o por lo menos lograron ser candidatas; un caso más reciente es el de María Corina Machado Parisca, quien se enfrentó a Nicolás Maduro en Venezuela y fue impedida de participar en las elecciones.

Socialmente, la orientación del papel sexual pesa en la forma de asumir y ejercer el liderazgo. No parece ser cuestión de ser hombre o mujer. Parece ser un tema del rol que habitualmente (en sociedad) hemos asignado a quien es hombre o mujer. Pero se trata de una construcción social de las habilidades, talentos, capacidades y actividades que hemos asignado como colectividad, aunque también hemos logrado convencernos de que ese es el “rol natural” de cada género.

En la literatura previa, se han estudiado 4 variables: ideología política, pertenencia generacional, nivel de gobierno y técnicas usadas en la comunicación. “En definitiva, una mujer, que manifiesta comportamientos tildados de masculinos, recibirá desaprobación social porque no satisface las expectativas asociadas con su género. Sin embargo, si ejerce y comunica un liderazgo caracterizado por marcadas habilidades blandas, tales como la empatía, la inteligencia emocional o la inteligencia interpersonal, se pondrá en duda la calidad y la extensión de sus habilidades duras y de su capacidad para liderar”. (García-Beaudoux, V., Berrocal, S., D'Adamo, O., & Bruni, L., 2023)

Eso ha significado, para mujeres que ocupan posiciones de mando, emplear técnicas de comunicación asociadas al canon estereotipado como masculino, al tiempo en que se alejan de características que, al ser vistas culturalmente como femeninas, puedan significar falta de determinación en sus decisiones y acciones.

Las mujeres han sido una parte secundaria en la historia escrita por los “grandes hombres”: recordemos la estatua del rey Micerino, de acuerdo con la especialista en Historia Antigua y Arqueología, Carme Mayans (Mayans, 2024), es posible que quien aparece a su lado sea su esposa la reina Kamerenebty, en la escultura ella lo abraza. Aunque la interpretación que algunos le dan en la actualidad es que la mujer fue el sostén del faraón, en la escultura parece que fue simplemente un apoyo más. Así, la importancia de la mujer en el Antiguo Egipto quedó plasmada en dicha obra, como un adorno detrás del hombre.

Fuente: Imagen recuperada de https://historia.nationalgeographic.com.es/a/estatuas-micerino-giza-hallazgo-que-cambio-historia-arte-egipcio_11777

 

Sin embargo, el papel de la mujer no ha sido valorado lo suficiente. De acuerdo con Aitana Palomar, periodista especializada en cultura, el primer movimiento feminista se inició a finales del siglo XVIII (Palomar, 2024). Desde aquel tiempo y hasta la fecha, la mayoría de las mujeres se encuentran luchando por mejores oportunidades, por oportunidades similares a las que tienen los hombres, por obtener beneficios similares que ellos gozan simplemente por ser hombres.

Las ilusiones ante el liderazgo de Claudia Sheinbaum Pardo (CSP, en adelante) pueden estar en los extremos: por un lado, entre los desafíos que enfrenta la presidenta se encuentran los ataques de la oposición, desinformación y noticias falsas a la sociedad, imponer la narrativa de que será un “títere” del expresidente López Obrador, porque fue elegida “por dedazo” como se acostumbraba a hacerlo años atrás; o bien, se dirá que el modelo es copia de los años 70 y que las reformas de septiembre de este año, han sido una herencia “maldita” (la cultura mexicana tiene el melodrama como patrón de vida); el historiador mexicano, Lorenzo Francisco Meyer Cossío, en el canal de YouTube de Julio Astillero, menciona que, desde su punto de vista, CSP gobernará de la forma tradicional, como estuvimos acostumbrados por años y no con carisma como lo hizo Andrés Manuel López Obrador (Fernanda, 2024). Es decir, un liderazgo burocrático, meritocrático y, como se decía antes: tratará de “ganarse” la silla presidencial, sentada en la silla presidencial. Por su parte, la Doctora Laura Friné, experta en Imagen Pública, señala: “Considero que irá cambiando. Mutará a varios tipos de liderazgo porque no tiene uno propio… aunque me parece que no será una Mujer Alfa”.

Por otro lado, CSP enfrentará el peso que recae sobre la mujer, el de hacer todo bien, sin cometer ni un solo error - ¿tiene que demostrar que es mejor que los hombres? -, y la condición de ¿ser feminista?, no creemos que todas las mujeres sean feministas, tampoco podemos asegurar si CSP lo es o no, pero al ser mujer, las expectativas pueden ser muy altas para cubrir las diferentes necesidades de la población en México y de la población femenina en particular.

Cada vez logramos nombrar más actitudes y situaciones que las mujeres sufren solamente por serlo; por ejemplo, la misoginia, el desprecio y odio hacia las mujeres, se manifiesta de diferentes maneras, al desestimar la capacidad intelectual y/o emocional de la mujer; insultar, subestimar y desacreditar los dichos de una mujer, todo esto sin la necesidad de decir “odio a las mujeres”. Una sociedad marcada fuertemente por el patriarcado, por el patronalismo, por lo heteronormado, por los estereotipos del rol de género, ahora vivirá una situación nunca vista en nuestra historia. Creemos que deberán quedar atrás los modelos ya envejecidos y arcaicos de la literatura o el cine como en “La negra Angustias”, “Doña Bárbara”.

En ese sentido, la educación y la socialización han favorecido que estemos llenos de prejuicios sobre el actuar de líderes femeninos y masculinos. Somos prejuiciosos y prejuiciados, pero nos justificamos y terminamos por autoconvencernos de que así es la naturaleza humana, Naturalizamos y normalizamos esas ideas preconcebidas; es decir, atribuimos a lo “natural” lo que hemos aceptado y reproducido socialmente y, después, lo convertimos en “norma”.

Principalmente en la infancia, nos enseñan como “debe ser” nuestro comportamiento dependiendo si somos niña o niño; por un lado, si eres niña siéntate bien, usa ropa que te haga ver femenina, pórtate bien. Por otro lado, si eres niño, “tienes mayor libertad”, no importa la ropa que usas, juega lo que quieras, no importa si te ensucias. Conforme se crece, la mujer tendrá las tareas de cuidado y servicio tanto hacia el hombre como al hogar, los enfermos, los menores de edad y las personas al envejecer (aunque lentamente, esa situación empieza a cambiar en nuestro país).

Los prejuicios sobre que “no son capaces” de liderar un grupo, estar al frente de una empresa o de ocupar un puesto en el que generalmente vemos a hombres, no les permiten a las mujeres aspirar a mejores puestos, a salarios mejores, ni alcanzar la igualdad de género.

Estos roles y modelos de comportamiento se han ido normalizando a lo largo de los años y pasará mucho tiempo para dejar de pensar que son “naturales” las actitudes de desprecio hacia el género femenino, dejar de suponer que las mujeres no son capaces de liderar un equipo de trabajo, una empresa y mucho menos un país; tendremos que olvidar las actitudes que “debemos adoptar”, enseñadas por la sociedad, dependiendo si somos hombres o mujeres.

En el ámbito laboral, es muy conocido el concepto “techo de cristal”, ya que parece invisible, pero impide que las mujeres crezcan, porque su cabeza topa contra ese techo como límite de su desarrollo. Otro término es el del laberinto de cristal (Barberá, Ramos, Canela, 2011, Vol. 2): “Los roles estereotipados de género se conceptúan como creencias generalizadas acerca de las características de los hombres y de las mujeres (…) las expectativas normativas son creencias acerca de los atributos, papeles y conductas a los que unos y otras deben atenerse de forma tipificada”.

Las dos autoras y el autor presentan el siguiente esquema (Barberá, Ramos, Canela, 2011, Vol. 2):

 

Como puede verse, la división social del trabajo tiene una base tanto en la asignación por sexo como en el status social que se atribuye. De igual manera, se desprenden de ello una serie de creencias normativas sobre los comportamientos esperados y valorados por quienes viven en esas comunidades. Por supuesto, las personas tratan de ajustar su desempeño en busca de cumplir las expectativas que se tienen sobre ellas.

CSP logró romper el techo de cristal al ser candidata y luego electa presidenta por el pueblo mexicano, algo que hace unos años era, no solamente imposible, sino inimaginable; pero la mayoría de las mujeres en el país espera que acabe con estos problemas en la sociedad ahora que el país estará bajo su perspectiva y así, facilitar que toda mujer pueda superarse. No es una tarea fácil, pero ella y su equipo de trabajo tendrán seis años para intentar cambiar esta situación. Roto el techo de cristal, ahora se internará en el laberinto de cristal. Cada paso, cada decisión serán vistas y evaluadas por los miembros de la sociedad y se internará en el laberinto del poder armada de su capacidad de liderazgo. Hay que hacer una clara llamada a esta sociedad mexicana: No permitamos que sea devaluado su actuar político por su condición de mujer. Digámoslo mejor, todavía: valoremos al más alto nivel su actividad profesional como mujer dedicada a la política en el siglo XXI, apreciemos la oportunidad de contar con un liderazgo femenino, tomemos todas las ventajas que nos traerá.

Debemos buscar formas innovadoras de establecer el liderazgo, de comunicarlo y de producir una imagen que sea convincente. Habilidades blandas y duras: mando, cooperación, competencia, pensamiento analítico, capacidad creadora, solidaridad, frialdad, empatía, flexibilidad, trabajo en equipo y el máximo aprovechamiento de los recursos y talentos.

En su comunicación, en cuanto a la forma, tendrá que acudir al politainment. La acción política comunicada como entretenimiento, la “tiktokización” de los asuntos graves y delicados, creación de momentos “instagrameables”, la “hora de contar” (el “storytime”) del ejercicio del poder, la creación de hitos fundacionales, la nostalgia como punto de partida, cuna y origen. Aunque la filiación política desde la que lanzó su candidatura impone obligaciones y deudas argumentales NO puede repetir la narrativa del sexenio anterior. El camino que habrá de seguir Claudia Sheinbaum es laberíntico, pero tiene salidas. No hay atajos, pero sí señales en el sendero. La jornada ha iniciado y alcanzamos a ver un horizonte. Un buen equipo de seguidores hace mejores a sus líderes. Ahora se trata de ser exigentes con quien lidera y ser generosos en el esfuerzo compartido. Al alzar la vista, vemos estímulo y riesgo, peligro y oportunidad, libertad e inseguridad, certezas y restricciones, populismo y justicia, democracia y contradicciones, venganzas y armonía. Futuro: ansiedad e ilusión.

Trabajos citados

Barberá, Ramos, Canela. (2011, Vol. 2). Laberinto de cristal en el liderazgo de las mujeres. Psicothema, 173-179.

Fernanda, Á. (29 de Agosto de 2024). A las diez con Álix Fernanda. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=FXY3NGzN4Dg

García-Beaudoux, V., Berrocal, S., D'Adamo, O., & Bruni, L. (2023). Female political leadership styles as shown on Instagram during COVID-19 (Estilos de liderazgo político femenino en Instagram durante la COVID-19). Comunicar, 75, 129-138. doi:https://doi.or

Mayans, C. (28 de marzo de 2024 ). National Geographic. Obtenido de https://historia.nationalgeographic.com.es/a/estatuas-micerino-giza-hallazgo-que-cambio-historia-arte-egipcio_11777

Palomar, A. (07 de marzo de 2024). National Geographic. Obtenido de https://historia.nationalgeographic.com.es/a/breve-historia-feminismo-fechas-nombres-clave_17778

 

Janethe Arlette Heredia Miranda.  

Contacto: Instagram y X: @arlette_hm

Estudiante de noveno semestre de Comunicación en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, UNAM. Colabora como reportera de cine y entretenimiento, creadora de contenido y redactora en SilverGeek (silvergeek.com.mx). CEO de CinEnfocar (@cinenfocar). Productora y editora de videos de entrevistas. Fotógrafa de paisajes y de conciertos.

José de Jesús González Almaguer

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Docente de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán y del Colegio de Imagen Pública. Ha realizado intervenciones como consultor y brindado capacitación tanto en el sector privado como público y el tercer sector. Su trabajo profesional le ha llevado a recibir distinciones internacionales. Ha participado en doce libros especializados en español y uno en inglés. Lic. En Periodismo y Comunicación Colectiva, Maestría en Educación, estudios de Maestría en Comunicación Institucional, Especialista en Valores, estudios doctorales en Humanidades y estudios doctorales en Innovación y Responsabilidad Social.

 

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“pálido.deluz”, año 11, número 169, "Número 169. Vanguardias artísticas y educación. (Octubre, 2024)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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