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Miércoles, Noviembre 06, 2024

Profesor Titular de la Maestría en Educación Ambiental. MECEA. UPN# 21.

Introducción.

La ocupación social del espacio natural a través del tiempo por los diferentes grupos humanos, ha dejado de una manera u otra un deterioro ambiental que ha ido en aumento progresivo de una manera directamente proporcional al aumento de la tecnología, la población y la complejidad de su organización. Presentamos aquí un semblante al daño del Medio Ambiente a través del tiempo, desde una visión materialista basada en las diferentes formas de organización social para obtener la materia y la energía indispensables para la subsistencia del grupo. 

Cazadores Recolectores.

  Este modo de obtener los medios de subsistencia fue característico de la época prehistórica, periodo en el cual las condiciones ambientales determinaban una población humana relativamente pequeña que oscilaba entre los 5 a 6 millones de habitantes en todo el mundo (Romero, 2014), organizada en pequeños grupos nómadas que tenían la necesidad de moverse de un lugar a otro tras de sus presas, y en función de las diferentes estaciones climatológicas que s eles presentaban. En el caso los grupos nómadas de la Sierra Juárez, al norte del estado de Baja California (tomado como ejemplo), vemos que establecían diferentes campamentos temporales; en las costas y valles construían abrigos desmontables a base de ramas y pieles de animales. En la sierra utilizaban las cuevas tanto para habitación como en forma de recintos místico-astronómicos para identificar el inicio de los equinoccios a través de la observación del juego de luces y sombras conjugado con simbólicas pinturas rupestres realizadas exprofeso en sus paredes (de la Fuente-Ruiz, 2019).

Estas formas de vida y organización de nuestros antecesores, le permitía a la naturaleza procesar y aprovechar en sus ciclos biológicos los desechos humanos en forma natural al igual que el de otras especies, de esta manera el CO2 proveniente de su respiración y del humo del fuego que liberaban a la atmósfera, así como el uso de los recursos naturales para la  construcción de abrigos con pieles o la formación de armas de caza, utilizando ramas y piedras en su mayoría, no tenían un gran impacto ambiental. Pero si pensamos en el microambiente que representaba el interior de la cueva, en la que pasaban largos ratos del día veremos que la acumulación de humo que se manifiesta hasta nuestros días en su bóveda, aunado al descubrimiento en estudios recientes de concentraciones con potencial dañino a la salud de diversos metales pesados, nos dan indicio del comienzo de la contaminación ambiental artificial.

 

                               Fuente: Propia.2024

 

   La aparición de la agricultura y la domesticación de animales permitió dejar atrás el nomadismo para adoptar un estilo de vida sedentario, lo que dio origen a las aldeas favoreciendo con esto un aumento sustancial de la población, una nueva forma de organización social y su concentración en grades grupos, eventos que conllevan como consecuencia una mayor necesidad de insumos y un mayor impacto ambiental.

Esclavismo.

   En este periodo la ubicación social en el espacio natural se hace más pronunciado con el crecimiento paulatino de las aldeas, la aparición de las primeras ciudades y la exigencia de una organización social más compleja; formación de clases sociales, mano de obra en base a los esclavos, división de poderes, desarrollo de las ciencias, las artes, la escritura y el concepto de la propiedad privada.

   El aumento de producción tanto en la ganadería como en la agricultura, permite sostener a un núcleo de población no productivo que se pueda dedicar a la administración pública, al desarrollo técnico y espiritual: Técnico a través de las ciencias y su aplicación en la producción de alimentos y la construcción de grandes obras arquitectónicas. Espiritual en las artes, la religión y el desarrollo de la conciencia de ciudadano, que se interrelaciona regido bajo leyes que a la vez que los identifica les brinda un sentido de pertenecía, elementos este base de una conciencia de grupo que exige proteger al núcleo social de las amenazas externas, dando origen a una estructura social con la capacidad de garantizarla; el ejército base fundamental del florecimiento de las grandes civilizaciones como el imperio Romano. Ejército que no solo servían para defender su estilo de vida, también les permitía someter a otras comunidades y arrebatarles su mano de obra para explotarlas trabajando en sus ciudades en forma de esclavos.

    La concentración de importantes conglomerados humanos dentro de las ciudades trajo como consecuencia una mayor demanda sobre los recursos del medio ambiente; la minería bajo el poder público se convierte en una industria importante que se extiende por todo el mediterráneo, la extracción de piedras, hierro y minerales preciosos se realiza cada vez en forma más intensa actividad que abarcó grandes áreas, modificó el paisaje, alteró el funcionamiento de los ecosistemas y contaminó el agua.

   Por otro lado la tala y quema de bosques, tanto para la construcción de navíos y hogares como por la necesidad de disponer de más tierras para satisfacer las necesidades de los nuevos avances en la tecnificación y aumento de la producción agrícola y ganadera, producción indispensable para tener la capacidad de abastecer de los alimentos necesarios para alimentar a una población cada vez mayor que además estaba sobrecargada por las exigencias d ellos los estratos sociales no productivos requeridos por la forma de organización de la supra estructura social de ese momento (Bravo, 2017). Estas prácticas de construcción, mineras, agrícolas, de pastoreo y de construcción de grandes navíos, se aparejaron para originar un gran impacto en la naturaleza, sobre todo con afectación en los bosques. En este punto es curioso el comentar que, en el reinado de Domiciano y Trajano, en Roma no existía ninguna prohibición formal que impidiera a hombres y mujeres bañarse, juntos, aunque éstas últimas tenían la opción de acudir a los baños sólo para mujeres, actividad muy frecuentada por la sociedad en general ya que el disfrutar de un buen baño era un derecho legal de cualquier ciudadano, para mantener caliente el agua de estos baños se consumía gran cantidad de leña, aumentado el detrimento de los ecosistemas.

    Es de importancia mencionar el desarrollo de enormes planchas urbanas, la construcción de las grandes fincas, los caminos para transporte y comunicación entre las comunidades, imponentes palacios y monumentales centros de diversión como el Coliseo Romano; este proceso de urbanización presupone una destrucción del ecosistema con la pérdida del nicho ecológico y la consecuente desaparición de las especies que lo habitan (Valtierra, 2020). No obstante, estos hechos de afectación al medio ambiente se podrían considerar manejable por los diferentes mecanismos naturales, y la reposición en relativamente corto plazo, siempre y cuando la actividad el hombre se detuviera.  

 

   Con el desarrollo del concepto de propiedad privada, surge la necesidad de crear normas para regular este derecho y mediar en contraposición con el derecho al bienestar público, en este momento el “Ordenamiento Jurídico Romano” interviene para poner límites al disfrute indiscriminado del hombre, así como preservar y conservar los bienes naturales comunes como el aire, el agua etc. No perdamos de vista que no se tenía ningún temor al agotamiento de la fauna o la flora, ni se tenía el concepto del respeto medioambiental puesto que los romanos creían que los recursos naturales habían sido puestos por los dioses a su disposición y podían utilizarlos sin pensar demasiado en las consecuencias de su abuso desmesurado.

    Veamos un par de ejemplos: Si bien el ordenamiento jurídico romano le prestó escasa atención al problema de la deforestación, declaró como árbol protegido al olivo, pero no desde su visión ambientalista sino por interés público, dada su utilidad económica como materia prima para la producción del aceite, elemento fundamental en la economía. O el ordenamiento que prohibía incinerar cuerpos humanos dentro de la ciudad, para evitar contaminar aire y la molestia del vecino con el humo que se lanzaba al aire (Amaya, 2020).

Fuente: Arte Romano.

 

La Edad Media.

   Época que surge como producto de las contradicciones sociales propias del esclavismo, el creciente comercio con Asia y la forma peculiar de administrar el poder por el emperador Romano Flavio Valerio Constantino. Esta nueva forma de administrar la ubicación social del espacio natural se caracterizó por un régimen feudal con dos clases sociales marcadas, por un extremo el grupo en el poder representado por el Rey, su nobleza y el clero, por el otro los vasallos, ambos grupos unidos bajo un contrato social no firmado mediante el cual el poder absoluto se le da al Rey generalmente por dinastías y el grupo en el poder feudal brinda la portación de agresiones externas  y los vasallos ofrecen tributos y mano de obra para la producción de bienes.  Esta forma de organización social permite una verdadera revolución agrícola, con una gran extensión de las tierras cultivadas, crecimiento poblacional, reforzamiento de las ciudades y en forma paulatina una mayor comercialización de los productos que se hizo cada vez con una mejor organización.

    Tales fenómenos estaban sostenidos por un desarrollo tecnológico que permitió aumentar la producción de alimentos en el campo de la agricultura; como las mejoras en el arado compuesto con reja y vertedera que permite remover la tierra en profundidad, la rotación de los cultivos (dos años de cultivo por uno sólo de barbecho), el empleo del caballo como fuerza de tiro reforzada con el collar rígido, la herradura de hierro y el tiro en fila que permite adicionar la fuerza de los caballos o bueyes (Rucquoui, 1979). Pero estos adelantos no se dieron solo en la agricultura, en el campo de la ganadería también surgieron descubrimientos importantes como, la selección artificial mediante el cruce de razas, aumento en la producción de leche y sus derivados como el queso, el manejo de las pieles y lana en la elaboración de la vestimenta.

   En esta época tenemos que destacar la utilización de la energía hidráulica como motor de los molinos para el trigo, el aceite, el hierro y la cerveza, y a su tiempo mover los batanes en una incipiente industria textil. La utilización de la energía hidráulica se perfeccionó con la construcción de presas para aumentar y regular el caudal de los ríos y, sobre todo por la aparición en el siglo decimo del árbol de levas, que permite la transmisión y transformación del movimiento dado por la energía hidráulica. Los inventores medievales consiguieron asimismo dominar la energía de las mareas y del viento, con molinos asentados sobre un eje, de tal forma que podían aprovechar el viento soplando en cualquier dirección (Gallego, 2015)

   Todos estos adelantos tecnológicos permitían alimentar con mayor abundancia, variedad y mejor calidad a una población cada vez más grande, se estima que del año mil al mil trecientos de nuestra era,  la población europea pasó aproximadamente de unos 40 millones a 73 millones de habitantes (Romero, 2014), cantidad de habitantes que exigía una mayor la extensión de las tierras cultivadas, creación de nuevos pastizales y construcción de zonas habitacionales, todo esto a expensas de los bosques que en esos tiempos cubrían la mayor parte del continente europeo. Sin embargo, la destrucción de los bosques no se debió únicamente a la expansión agrícola y la ganadería, la madera estaba presente en todos los aspectos de la vida cotidiana: En la construcción de casas, puertas, muebles y parte de la vajilla utilizada como cucharas, cuencos, etc. En la vida económica para edificar molinos de agua o de viento, corrales e instrumentos de labranza. En la vida militar, edificando instalaciones militares, torres de vigilancia, armamentos y cercas de defensa, por último, en el transporte como materia prima en la construcción de carretas, lanchas de pasaje de los ríos, y barcos que recorrían el Mediterráneo y las costas atlánticas.

  La deforestación europea se acompañó de una fuerte contaminación de los ríos, utilizados como drenaje de desechos biológicos y residuos de la actividad minera sumamente exigida en esos momentos conjuntamente con una incipiente contaminación atmosférica y otros aspectos sociales negativos que incrementaron la destrucción del ambiente natural.

El Capitalismo.

   La articulación de todos estos adelantos tecnológicos aunado al aumento del capital comercial fueron las bases para un fenómeno social conocido como la Revolución Industrial, fenómeno que causo un impacto inédito en las sociedades humanas en detrimento del espacio natural y los recursos ambientales, creando verdaderos problemas de la contaminación por el ruido y los desechos propios de la industria y las grandes urbes.

   En este momento de la historia la contaminación y el impacto ambiental del ser humano se disparan en forma exponencial: La fabricación del vidrio, los hornos de cal, la fundición del hierro o la tintura de los paños necesitaron ingentes químicos procesados, la quema de enormes cantidades de leña como fuente de energía para alimentar el desarrollo industrial, además que los curtidores empleaban las cortezas de ciertos árboles para su industria, todas estas acciones conjugadas causaron la desaparecieron lo que quedaba de los bosques medievales, con su consecuente alteración de la vida de os elementos boticos en los ecosistemas, tenemos que añadir a esta larga lista de utilización de los bosques el hecho que la madera es un material fácilmente combustible, situación que favoreció un  incremento en los  incendios  originados tanto en forma accidental, como intencional y en particular en las ciudades el fuego desaparecía barrios enteros en pocas horas, que debían ser luego reconstruidos utilizando madera.

  La contaminación acarreada por la revolución industrial en esos momentos incluyo además del ruido y el aire una especial carga sobre el agua, principalmente la de los ríos que cruzaban las poblaciones que presentaron rápidamente un alto grado de polución. Con respecto a la importancia del agua corriente en la ciudad, conviene recordar que el río no tiene por únicas funciones el proporcionar agua potable y servir de vía de comunicación o de defensa difícilmente franqueable, también mueve innumerables molinos, limpia los mataderos, pasa por las curtidurías, es aprovechado por las lavanderías municipales y resulta imprescindible para los tintoreros, mismas corrientes que sirven generalmente de desagüe y alcantarilla, para la ciudad en su conjunto; de ahí que, cuando el caudal disminuye en verano o en épocas de sequía, aparecían rápidamente las epidemias.

   Con el paso del tiempo, el crecimiento paulatino de los grandes capitales y el aumentó en la industrialización se produjo una transformación significativa en la conciencia de la humanidad, cambiando el concepto de producción de bienes de subsistencia por el de fabricar mercancías, el de ser humano a mano de obra y el concepto de medio ambiente al de materias primas.

   Este cambio ideológico se difundió con rapidez entre los grandes conglomerados de personas que al ser desposeídos de sus tierras tenían la necesidad de migrar del campo a la ciudad a ofrecer su mano de obra como una mercancía más, subordinada a las necesidades de los capitalistas (Albanesi, 2015).

   Las nuevas ciudades cada vez más grandes imprimían una exigencia máxima sobre el medio ambiente para sostenerse, uno de los requerimientos básicos en este proceso era el agua, utilizada en el consumo humano y en la actividad industrial con sus consecuentes problemas de contaminación, de tal manera que el agua limpia que entra en las grandes urbes a su salida la podemos encontrar como flujos de drenaje mal oliente que se integra a los ríos, arrastrando sangre y otros desechos procedentes de los mataderos y carnicerías, ácidos. cal, grasa, pelos y sangre coagulada provenientes del trabajo de los curtidores, alumbre, cenizas y sustancias colorantes de las tintorerías, arcilla y aceite de los batanes, jabón de las lavanderías, así como todos los desechos biológicos humanos como una parte más de las inmundicias de la ciudad, pero el agua no fue el único elemento que sufrió los estragos en esta evolución del capitalismo, tenemos también la destrucción de la riqueza forestal y la contaminación del aire por polución y ruido; unamos a esto la concentración y  sobrepoblación de las ciudades, una infraestructura urbana deficiente o inexistente y una organización social compuesta por clases sociales. Todos estos componentes son parte de los problemas que a la par de este modo de producción fueron aumentando hasta convertirse en los grandes monstruos de degradación y contaminación ambiental que amenazan la existencia de la raza humana en la actualidad.

   Hoy en día en este modo de producción de satisfactores llego a su máxima expresión; el Neocolonialismo o neoliberalismo, (como se conoce comúnmente) esta ideología con un fanatismo salvaje propone una regulación mínima por parte del estado, limitando en nuestro caso la Constitución y la privatización de todo lo que sea posible incluso las prisiones con la renuncia al derecho a la ejecución de la ley, al privar de su libertad a un criminal. Por otro lado, esta forma de organización social, deja de lado cualquier cuestión que tenga que ver con la justicia social o la distribución equitativa de la riqueza, y ni hablar de las cuestiones ambientales porque incluso el gran problema del cambio climático que amenaza con la existencia de la humanidad, es considerado como un daño colateral propio del progreso de los mercados y la propia producción de mercancías (bienes de consumo). Así tenemos que tanto la contaminación como el impacto del ser humano sobre el medio ambiente están descontrolados y desmedidos, superando artificialmente los limites ecológicos naturales (del Moral, 2013).

  Afortunadamente dentro de esta gran vorágine de autodestrucción y deterioro ambiental surge en contraposición un pensamiento mediador el ambientalismo, que propone una solución al problema; el “El Desarrollo Sustentable” alimentado por la idea de la necesidad imperiosa de conservar y proteger a la naturaleza, porque de lo contrario se puede venir una catástrofe mundial y con ella la extinción de nuestra especie. A pesar de esta realidad el discurso de los grandes países industrializados parece persistir en la idea de “producir sin dar mucha importancia al Medio Ambiente, o bien el morir pobre y sin alimentos” (Requena, 2019), realmente pareciera que a los grandes capitalistas y a sus gobiernos los tiene sin cuidado el daño ambiental.

     Desafortunadamente el modo de producción capitalista llevado a su máxima expresión en el Neoliberalismo, se acompaña de un conjunto de transformaciones políticas, económicas, tecnológicas y sociales, las cuales evidentemente  tienen consecuencias desastrosas en el medio ambiente, por ejemplo ahora tenemos que el proceso de deforestación y explotación de la madera de los bosques se traslada a del continente Americano. En México para 2022 la Comisión Nacional Forestal, reportó que 128,552 hectáreas, de selva convirtieron en praderas para crear el ganado y 34,066 hectáreas se transformaron en tierras de cultivo, siendo Chiapas uno d ellos estados más afectados (CONAFOR, 2022). La minería con nuevas máquinas más eficientes y sofisticadas se expande mundialmente y extraer minerales de manera mucho más significativa que en épocas anteriores, borrando prácticamente del mapa el sitio donde se desarrolla y alterando significativamente los ecosistemas aledaños. El aumentó en el uso de químicos para fabricar mercancías, al igual que gases como el CO2 que son expulsados en forma inmisericorde a la atmósfera por las industrias y los escapes de los autos, han provocado cambios climáticos importantes y un fenómeno sin precedentes que denominamos calentamiento global (Guerra, 2021), avizorando un futuro incierto, con la destrucción de ecosistemas, extinción de diversas especies y una amenaza constante sobre nuestra propia existencia.

 

 

 

Referencias Bibliográficas.

  1. Albanesi, R. (2015). Historia reciente del trabajo y los trabajadores. Apuntes sobre lo tradicional y lo nuevo, lo que cambia y permanece en el mundo del trabajo. Trabajo y sociedad, 25, 387-403.
  2. Amaya, N.O.D. (2020). Algunas reflexiones sobre la protección de los recursos naturales en Roma. El debate permanente entre lo público y lo privado. En: Fernández de B. y F.A., Trisciuoglio, A. & Gerez, K.G. La relación del mundo romano con el medioambiente. (173-197). Madrid España. Dykinson.
  3. Bravo, B.J.M. (2017). La relación del mundo romano con el medioambiente. Madrid España.
  4. (2022). Comunicado del 30 de diciembre del 2020, consultado el 20/09/2024. En: https://www.gob.mx/conafor/prensa/se-reduce-en-26-la-tasa-anual-de-deforestacion
  5. De la Fuente-Ruiz, R.A. (2019) La Cueva de Wittinñur: Umbral místico-mágico, entre el Mundo Astral y el Mundo Terrenal. España. Ed: Editorial Académica Española.
  6. Del Moral, I.L. (2013). Crisis del capitalismo global. Desarrollo y medio ambiente d’Anàlisi Geográfica, 59, (1), 77-103.
  7. Gallego, V.D. (2015). Los molinos medievales de la Orden militar de Santiago: el caso del molino del Vicario en Montiel. Madrid histórico, 55, 54-59.
  8. Guerra, M.F. (2021). Cambio Climático, Calentamiento global y Efecto invernadero. ¿Cuál es cuál? Ciencia, 72, (2), 48-55.
  9. Noguera, C.J.M. (2022). La minería durante el imperio Romano. Energía, Petróleo y Minas. eadic., consultado el, 07/06/2024. En: https://eadic.com/blog/entrada/la-mineria-durante-el-imperio-romano-parte-i/
  10. Requena, M.M. & Rodríguez, V.J.M. (2019). Capitalismo y Medio Ambiente: Otra vuelta de tuerca. En: Martínez, P.J.I. & Moreno, C.J.M. (2018). Comprender el presente, imaginar el futuro. Nuevas y viejas brechas. España. CORISCO Edizione
  11. Romero, S.M. (2014). La transición demográfica en la Revolución Neolítica. Enfermería del Trabajo, 4: 157-159.
  12. Rucquoui, A. (mayo del 1979). La ecología, ¿Un problema medieval? Tiempo de historia, 5, (54), 54-65.
  13. Stiglitz, E.J. (2024). Neoliberalismo, economía keynesiana y la respuesta a la inflación actual. El Trimestre Económico, 3, (363),707-749https://www.eltrimestreeconomico.com.mx/index.php/te
  14. Valtierra, L.A. (2020). Las agresiones contra el Medio Ambiente en la antigüedad romana: Historia del Arte, Ods y Educación. En: Romero, R.J.M., Cáceres, R.M.P., de la Cruz, C.J.C. & Ramos, N-P.M. Investigación Educativa ante los actuales retos migratorios. (967-978). España. Dykinson.

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