Hay un embrutecimiento colectivo que va avanzando de una manera terrible. Las redes sociales han provocado que la gente tenga una cultura muy fragmentada, que se disperse mucho la atención. Yo dejé las redes sociales porque me di cuenta de que me estaba enviciando con bobadas. No tengo la capacidad mental para absorber toda esa información. Necesito estar concentrado en lo que hago.