Hoy, a la sombra de la ciudad,
mirando por la ventana la noche de lluvia,
tratando de escuchar algo más que el ruido de los autos
o la respiración de los que duermen en el mismo edificio;
asomado para tratar de distinguir otros lugares, otros años;
a solas, oyendo que llueve sobre calles que quisieran
permanecer para siempre;
recordando sin prisa cuándo he encontrado
en las mujeres amigas la tierra luminosa;
aquí, en este instante habitado por muchos,
pensando en la mujer que hace unos momentos se ha ido,
quieto junto a la ventana,
como si afuera pudieran volver a reunirse
todos los que una vez estuvieron conmigo,
miro a solas la transparencia humana,
miro la noche humana