México, un país de mestizaje, donde la cultura es producto de cientos de años de combinaciones, adaptaciones y apropiación de elementos de otros países.
Comenzamos esta mezcla desde las civilizaciones mesoamericanas que incluían cosas unas de otras, razón por la que muchas de sus características son similares entre sí.
Posteriormente vivimos una imposición con la Conquista, cuando los españoles definieron nuestra cultura a través de sus creencias, ideas y tradiciones; sin embargo, su afán de evangelización permitieron la combinación de algunos elementos para vincular las tradiciones mesoamericanas con las españolas.
Tiempo después, Porfirio Díaz promovió la entrada de costumbres europeas en nuestro país, emulando incluso su arquitectura.
Actualmente la globalización ha permitido este mestizaje con mayor facilidad, ya que basta con un click para acceder a las costumbres, tradiciones e ideologia de las personas en diversas partes del mundo. Debido a esta apertura ahora se ha hecho más notoria la inclusión de palabras anglosajonas en nuestro vocabulario, ocasionando que muchos jóvenes desconozcan los términos adecuados en español, porque siempre utilizan su versión en inglés.
Esta combinación de culturas también se ha hecho presente en el ámbito educativo, donde se ha plasmado la ideología predominante en cada época.
A pesar del cambio de siglo, se sigue manteniendo la idea de la supremacía europea, considerando a los países del viejo continente como el modelo a seguir, retomando sus propuestas educativas para aplicarlas en nuestro país años después, imponiéndolas muchas veces sin considerar las características específicas de la sociedad mexicana. Los resultados obtenidos en Finlandia, así como la propuesta de trabajo basado en competencias han sido el eje a seguir para tratar de posicionar a México dentro de los países con mayores logros educativos, aunque eso signifique ignorar nuestras raíces indígenas y priorizar la apropiación de elementos culturales extranjeros.
Ante esta postura eurocentrista, han surgido nuevas propuestas que buscan rescatar las condiciones de los países latinoamericanos, reconociendo la importancia de las culturas originarias, así como las condiciones de riesgo de miles de niños que dejan de lado la escuela para trabajar a la par de sus padres en el campo o en actividades de su comunidad para ayudar a la supervivencia de sus familias.
Aunque suena muy bien el considerar una propuesta más cercana a nuestra realidad, ninguna opción será totalmente adecuada sin un análisis profundo de las condiciones de nuestro país, donde se reconozcan las características y necesidades de los niños en edad escolar, considerando la gran diversidad de sectores sociales que convergen en México, para lograr incluirlos a todos y así permitir la formación integral de cada niño mexicano.