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Jueves, Noviembre 21, 2024

Una vida trasgrediendo las disciplinas. Reseña y/o presentación del libro Constelaciones interdisciplinarias. Décadas de exploración y transformación de la ciencia (Antología de textos 1978-2021) de Víctor M. Toledo. Publicado por la Universidad de Guadalajara (2023).

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán

El colibrí es mi nahual.

Víctor Toledo

Cuando empiezo un libro, no solo no sé qué pensaré al final, sino no sé con demasiada claridad que método voy a utilizar. Cada uno de mis libros es una manera de recortar un objeto y de forjar un método de análisis. Una vez terminado el trabajo, puedo, mediante una especie de mirada retrospectiva, extraer de la experiencia que acabo de hacer una reflexión metodológica. De suerte tal que escribo, un poco de manera alternada, libros de exploración y libros de método.( La experiencia de hacer un libro) es algo que uno hace solo, pero que no puede hacer plenamente sino en la medida que ella escape a la pura subjetividad y otros puedan, no digo retomarla con exactitud, pero si al menos cruzarse con ella y volver a atravesarla.

Michel Foucault, La Inquietud por la verdad

Las antologías tienen un sinnúmero de virtudes y otros defectos o debilidades. Entre estas últimas destaca que el conocimiento se queda atrapado en las páginas que lo contienen en tiempo y un espacio preciso: no puede avanzar. En el otro extremo, entre los aciertos, está que se toma lo mejor de las obras o de un autor –como es el caso- y concentran y rescatan en un solo tomo cuestiones valiosas recuperando así obras desperdigadas, de difícil acceso, hallazgos útiles y textos perdidos, postergados, no vistos, recuperados o incluso olvidados.

El libro Constelaciones interdisciplinarias. Décadas de exploración y transformación de la ciencia. de Víctor M. Toledo concentra en 15 capítulos la evolución de un pensamiento ambiental imprescindible para nuestra región. Documenta 45 años de producción ininterrumpida en un solo texto.

Se agradece en la materia y espíritu del libro que al principio o al final de cada uno de los apartados exista una reflexión reciente que incorpora el Víctor Toledo que contextualiza, focaliza o actualiza el debate que trata.

Pero estos textos no pueden resumir todo lo que producido el autor. Eso en este prolífico y contundente pensador ambiental, es imposible. Podrá haber después obras completas, escogidas o reunidas, pero todo Toledo, no. Por el momento.

En el primer texto del libro Constelaciones da cuenta de algo que ahora autoridades educativas y científicas dan por sentado, sabido, conocido, practicado y practicable que es esa forma de producción científica y comprensión de la realidad llamada interdisciplina/ transdisciplina. El escrito, da un recorrido personal de más de medio siglo y de revisión epistémica de casi dos centurias para explicar la importancia del surgimiento y consolidación de lo disciplinar y cómo los que comandaron esas ciencias para documentar, pulverizaron el conocimiento. Después, la indispensable articulación actual: lo interdisciplinario no es, ni podrá ser un decreto, obligación o mandato oficial, es una necesidad de aproximación con mayores herramientas a la siempre compleja e inasible realidad.

También da cuenta en este primer apartado de su propia historia: nos enteramos de sus primeros avatares para obtener el grado de biólogo de la Universidad Nacional Autónomas de México, a principio de la década de los setentas, realizando el registro de diversidad de especies de árboles en el que notó- el siempre observador y científico en ciernes - los efectos del desmonte en la región de los Tuxtlas, en el Estado de Veracruz. Un poco más tarde, procesos de violencia en el Estado de Chiapas y años después el intento de hacer un escaneo de la realidad social y ecológica en ese mismo estado le permitirán inevitablemente aproximarse a la raíz y la razón del zapatismo. Resulta también enriquecedor el ejercicio que realiza Víctor Toledo de una especie de mapa hermenéutico de las disciplinas que ha vinculado en su producción interdisciplinaria.

En el segundo apartado Víctor Toledo confiesa una pasión: los más de 7000 pueblos y lenguas indígenas que hay en el mundo y sus particulares formas de articulación con la naturaleza para comprenderse en ella y aprovecharla sustentablemente. Nos narra cómo se enamora de una vez y para siempre de las vidas campesinas. A este nuevo saber le llama Etnoecología. En este segundo apartado dará una clase magistral de cómo se constituye un campo interdisciplinario de conocimiento. Para dar cuenta de su importancia se parte de un esbozo histórico que arranca con dos nombres claves Harold Conklin, que en 1954 inicia este campo y el antropólogo Claude Levi-Strauss (1964) quien comienza a estructurar el saber con su “ciencia de lo concreto”. Para después demostrar con métricas académicas como la producción científica internacional fue avanzando y consolidado el campo de la Etnoecología. Se incluyen gráficos que representan estas cuervas ascendentes en la producción académica.

Para centrarse en el enfoque mesoamericano de este campo hace referencia a la evolución conceptual y recata un concepto central: metabolismo social con cinco procesos particulares: apropiación, circulación, transformación, consumo y excreción. Después inicia el desmontaje de la la Etnobiologia con tres grandes temas nucleares: kosmos, corpus y praxis. Los esquemas son didácticos y sintéticos. Invitan a profundizar.

Víctor Toledo resume en seis los aportes de este campo Etonoecología:

1.- Adopta un abordaje integrador o interdisciplinario

2.- Otorga identidad a la Etnoecología como campo del conocimiento

3.- Contribuye a enraizar las “Etnociencias”

4.- Dilucida la polémica entre la Etnobiología y la Etnoecología

5.- Identifica la estrategia tradicional del uso múltiple de la naturaleza

6.- Apuntala el concepto de memoria biocultural

El siguiente apartado comienza con un rico debate sobre como hay dos tipos de ciencias irreconciliables en sus medios y fines. No profundizo. Lo dejo de tarea al buen lector, advirtiendo que esta disyuntiva es actual, histórica, cosmogónica, crítica, compleja y definitoria: en la ciencia hay que tomar decisiones en forma consiente. No se puede abonar a una práctica científica por conveniencia, por moda o para que un producto se publique.

Proyecta un potente concepto de la Etnoecología como el campo transdisciplinario que Identifica la estrategia tradicional del uso múltiple de la naturaleza su enfoque holístico y multidisciplinario, con un corpus de conocimiento y una praxis entre la interpretación o lectura, la imagen o representación y el uso o manejo de la naturaleza y sus procesos. El apartado finaliza dando cuenta de las amenazas al saber tradicional de las culturas milenarias, por un modelo técnico-científico-productivista de concebir la realidad y acumular y concentrar los beneficios.

El libro como cualquier proceso científico, más que seguir una línea de investigación, va girando, tomando y retomando temas. En el apartado El axioma biocultural: naturaleza, cultura y territorio da otro cadencioso giro para profundizar en lo Etnoecológico señalando que toda cultura ejecuta cinco acciones en relación con su ambiente: la refleja, la nombra, la clasifica u ordena, la utiliza y la mercadea.

Para demostrar la importancia del axioma Biocultural y separándolo de visiones conservacionistas o folclóricas y mostrando que existen territorios donde prevalece un cierto equilibrio o balance entre lo humano y lo natural que se expresa por ejemplo en los llamados mosaicos de paisaje( cuyo rasgo central es la heterogeneidad espacial, la variedad de hábitats y una alta diversidad biológica y genética) recurre a mentes del tamaño de Margalef, Tello, Halffter y Kremen y Merenlender. Y también a sus propios estudios sobre el campesinado, señalando las estrategias que han desarrollado desde la perspectiva del metabolismo rural o agrario logrando sobrevivir a los embates modernizadores y tecnológicos.

Toledo recupera sabiamente un estudio de caso que está más vivo que nunca: La deforestación de la península de Yucatán y la sabiduría maya en este caso de lo que se trata es de develar que la teoría se puede dar cuenta de problemas específicos, viéndolos con las herramientas históricas, sociológicas, antropológicas, geológicas y biológicas, por decirlo menos.

Inicia citando un artículo científico que realiza un diagnóstico sobre el deterioro ambiental en la península de Yucatán. Éste ha sido provocado por la ganadería de reses y por la producción de carne de cerdos y pollos; la agricultura comercial de cultivos promovidos por los programas de colonización y desarrollo agropecuario de los gobiernos, el crecimiento de la población y de los mercados, el desarrollo turístico y los frecuentes incendios forestales que se presentan en ese territorio, a las que le suma algunas prácticas de agricultura tradicional. Con distintos mapas y esquemas, pero sobre todo con fundamentos etnoecológicos. Toledo comparte lo que aprendió de la historia y el presente Maya y que se puede transpolar a muchas partes del mundo: aprender de la cultura que ha habitado esa región por más de 3,000 años. Aprender de la familias mayas: manejos agroforestales, formas diferentes de regeneración de la selva, manejo sustentable de la biodiversidad, el establecimiento cooperativas productoras y de servicios, etc. Lo vigente de este caso, en este enfoque es que no se necesitan mega ciudades turísticas o trenecitos para desarrollar a los tres estados de la península de Yucatán, más bien oídos, ojos, disposición y herramientas que ellos mismos han usado para vivir y preservar lo vivo.

El libro también aborda otro campo en el que ha militado científicamente el autor: la Agroecología . En él encuentro una primera similitud con el campo de la educación ambiental, dado que ambas son simultáneamente ciencias interdisciplinarias, prácticas y movimiento social y/o político. La segunda coincidencia es que ambos campos deben estar sometidos a lo que Toledo llama un triple proceso de innovación: cognitiva, tecnológica y sociopolítica. Me encantaría profundizar en estas dos similitudes pero en este capítulo lo que narra Toledo es el origen de otro campo y cómo se ha logrado esta innovación en América Latina resaltando los ejemplos de la región andina; Brasil; Centroamérica; Cuba, y el caso mexicano posrevolucionario. Se documenta la batalla campal actual en del agro en nuestra región: agroecología versus agroindustria.

Al respecto, el apartado de Agroecología y espiritualidad comienza con dos declaraciones tajantes que hace el pensador ambiental:

Un rasgo esencial que distingue a la agroecología de los sistemas agroindustriales, es que mientras la primera reconoce la experiencia acumulada por las culturas tradicionales y promueve el llamado “diálogo de saberes”, los segundos la ignoran y consideran que el único conocimiento válido procede de la ciencia y no de los saberes locales o regionales ( Toledo, V. 2023).

Ahora sí es nítido el debate: como se puede observar se trata de dos modelos de conocimiento irreconciliables y dos lecturas del saber absolutamente distintas.

La segunda sentencia tiene que ver con las dimensiones sobre las que trabajan los agroecólogos: el conjunto de creencias que dan lugar a una visión del mundo (dimensión ontológica), el repertorio de conocimientos (dimensión epistemológica) y el conjunto de prácticas (dimensión productiva). Asegurando que la menos desarrollada es la primera. Propone entonces estudiar el conocimiento tradicional como sabiduría en sentido amplio, incluyendo la espiritualidad. Reconociendo con el mismo autor que la ontología es una forma de ser, estar y entenderse en el mundo.

Es rico y con muchas aristas el análisis que hace con respecto a lo espiritual, lo nombra como el espacio de irrupción del ser humano al enfrentar el mundo, que es o puede ser simultáneamente; conciencia, incertidumbre, reflexión introspectiva, profunda e íntima, esencias con múltiples connotaciones y definiciones simbólicas o lingüísticas, unidad cósmica, revelación, iluminación, trascendente y conexión profunda con uno mismo, misterio y conexión sabia con el mundo. Lo religioso es colectivo pero lo espiritual es siempre individual, intimo, trascendental. Es una comunicación hacia adentro. En las reflexiones finales Toledo cita a Wilson para sostener: “La agroecología es una conexión espiritual con la tierra y la naturaleza, sea cual sea la fe que tengamos”.

Nos gusta que, en este apartado, una vez más se vuelva transgresor; se atreva romper un jacobinismo mexicano tan ciego como el dogma. Toledo rompe la atadura e indaga sistemáticamente sobre este tópico.

También realiza un procedimiento heurístico para otra de sus bases científicas: la Ecología Política, tanto mundial como latinoamericana dando cuenta de los principales hallazgos de esta que resumió también recientemente. Él es contundente:

I) Que la naturaleza no puede ser pensada sin la sociedad y la sociedad no puede ser pensada sin la naturaleza; II) que se debe adoptar una mirada de especie o de humanidad; III) que vivimos una época única, sin precedente en la historia humana; IV) que deben considerarse todas las escalas desde lo individual y local hasta lo regional, nacional y planetario; V) que una minoría explota tanto el trabajo de la naturaleza como el trabajo humano, y VI) que vivimos una crisis múltiple que es una crisis de la civilización moderna (fin de época).

Del mismo modo nos refiere su utilidad interdisciplinar con el ejemplo de la región de Uxpanapa.

El último capítulo realiza una meticulosa reflexión sobre la Sustentabilidad, tal vez el tema en que es más citado como autor, como base de un pensamiento científico, método y objeto de estudio, integrado sus preocupaciones como el metabolismo social o la ecología política y ensayando sobre otros tópicos como los tres poderes en la sustentabilidad y el meta-poder de la información.

El libro es una fuente increíble de riquezas y vertiente para discusiones académicas. Está sólidamente respaldado en fuentes científicas y presentado de manera magnífica en el Prólogo de Javier Reyes. Recupera la trayectoria del pensador ambiental, haciendo evidente el trabajo colaborativo e interdisciplinario. El autor constantemente se implica en lo que va argumentando evitando la inexistente y mediocre posición neutral y comprometiéndose en los campos que se han enriquecido de su práctica científica y proximidad social, de su saber transdisciplinario, siempre transgresor.

Sacapuntas

Jean-François Lyotard
Enrique Serna
Hugo Aboites

El timbre de las 8

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

La Clase

Irene Vallejo

Mentes Peligrosas

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

Orientación educativa

Mónica Flor Sánchez Pérez

Deserciones

Mirador del Norte

“pálido.deluz”, año 10, número 159, "Número 159. Educación: colonialismos, neocolonialismos y decolonialidades. (Diciembre, 2023)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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