Alejandro Amenábar es un importante director español al que debemos obras inquietantes que se mueven entre el terror y el thriller psicológico como: Tesis ( 1996), Abre los ojos ( 1997), Los otros ( 2001), películas existenciales como Mar adentro ( 2004) y hasta filosóficas como, Ágora ( 2009), por lo que es grato ver una película de él con tema biográfico/de época/ histórico y controversial como es Mientras Dure la Guerra ( 2019). Esta película ganó cinco Goyas en la 34 edición de estos premios a lo mejor de cine español y a la que dedicamos este comentario.
La cinta toma un corto período de la guerra civil española. Se sitúa en Salamanca el 19 de junio de 1936 donde la ciudad es tomada por fuerzas fascistas. Desaparecen las garantías civiles, se crean condiciones de excepción y como suele suceder en los conflictos armados, el grupo que toma el dominio de la plaza comienza un ajuste de cuentas con los que considera sus enemigos, en este caso secuestrándolos y no pocas veces matándolos, sin ningún tipo de juicio. Estos actos comienzan con el antiguo alcalde de Salamanca.
La historia en particular se centra en tres personajes fundamentales en esta coyuntura de España: el escritor Miguel de Unamuno ( La tía Tula, Abel Sánchez, Niebla, Del sentimiento trágico de la vida, etc.), el general Francisco Franco y el militar José Millán Astray y Terreros.
Observamos a un anciano Miguel de Unamuno ( Karra Elejalde) con traje negro y bastón que ante las circunstancias pretende seguir una vida normal; busca a sus amigos para tomar el café como si no pasara nada. Ha sido nombrado rector vitalicio de la reconocida Universidad de Salamanca y visita la casa de Atilano Coco ( masón y pastor evangélico) y Salvador Vila, que después será acusado de comunista. Son sus amigos y trata de continuar su infinito diálogo, pero las nuevas condiciones fracturarán para siempre esa amistad, posteriormente ambos serán perseguidos.
Es fundamental en la película, ver los giros que va a tener Unamuno en el conflicto armado: son radicales, contradictorios y pendulares. En mucho estarán determinados por su pensamiento profundo, libre, y por lo tanto ecléctico. Unas veces existencial, otras cristiano, socialista, republicano, antirrepublicano, etc. pero él se defiende ante circunstancias que van cambiando. Alega que la que no cumplió fue la República. No se acepta traidor, sino pensador que ejerce en sus escritos, palabras y acciones dentro de la Universidad, como docente y administrador, lo que supone es lo correcto. Un hombre pensante en una circunstancia adversa y peligrosa, para la cual le faltan respuestas.
El otro personaje central de la cinta es Francisco Franco, que es mostrado como un tímido, cauto y poco brillante General de una junta que va ganando terreno en la guerra civil española, pero que se va posicionando como el Generalísimo dentro del mando de la Falange y el pensamiento conservador y tradicional español.
Para que este caudillo llegara y sostuviera en el poder necesitó de otros Generales. Uno de ellos esta magníficamente representado en Millán Astray ( Eduard Fernández, inmenso) : mutilado de un brazo, sin un ojo y con múltiples rastros de la guerra sobre su humanidad. Es el creador de legiones de militares que reprenden lo que consideran esta mal: los pensamientos de izquierda, la masonería, las naciones de las Españas ( vascos, catalanes, etc.) y otras religiones que no sean la católica. Es amenazante y duro. Finaliza sus arengas con un ¡Viva la muerte! Este tipo de personajes son los que van articulando políticas del terror para que Franco llegue al poder y permanezca en el mismo mientas dure la guerra. Es decir, hasta la muerte del Caudillo en 1975.
No es justo documentar lo que sucede en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, el 12 de octubre de 1936 por que es el clímax del filme, pero si referir la frase de Unamuno dirigida a Millán Astray y a una gleba enardecida que lo denostaba:
Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta lucha, razón y derecho. Me parece inútil pediros que penséis en España.
Como ya lo hemos comentado, la guerra civil española sigue siendo la herida que el cine español no puede dejar de curar. Mientras dure la Guerra es otro notable ejemplo de como la cura nunca llegará, pero sí múltiples interpretaciones que son aleccionadoras sobre la vulnerabilidad humana.