En México, el regreso presencial a las aulas de educación básica apenas ha comenzado, después de diecisiete meses de ausencia, subsanada solamente con clases virtuales.
Aún es pronto para presentar los resultados oficiales del diagnóstico aplicado en las primeras semanas de clase. Por el momento, docentes y personal directivo están reorganizando las actividades para proporcionar seguridad y evitar riesgos para estudiantes, docentes, madres y padres de familia. El alumnado no asistirá todos los días y el contacto social aún sigue siendo limitado. Algunos docentes comentan que las habilidades sociales como la oralidad y la escritura (producción de textos) se observan aletargadas por lo que es difícil que puedan expresar sus emociones. Si aún antes de la pandemia, el que un alumno hablara con seguridad y escribiera utilizando la imaginación para compartir sus ideas, era una tarea difícil, ahora se está convirtiendo en una proeza. Aquí es donde la Animación SocioCultural de la Lengua (ASCL) y la pedagogía social tienen un papel protagónico.
En el artículo anterior (La Animación Sociocultural de la lengua: brújula en el actual panorama pos apocalíptico de la educación en México https://palido.deluz.com.mx/numero-132/132-orientacion-educativa/569-la-animacion-sociocultural-de-la-lengua-brujula-en-el-actual-panorama-posapocaliptico-de-la-educacion-en-mexico) recomendamos que una salida para superar las actuales condiciones de la educación sería apostar al desarrollo de las habilidades comunicativas y sociales. Ahora, proponemos la pedagogía social como otra disciplina que nos puede auxiliar.
Hablar de Pedagogía Social tal vez parezca algo redundante, pues su objeto de estudio es la educación, la cual es una necesidad de la sociedad. Hacer hincapié en el término social, no es una tarea ociosa, lo que pretende resaltar son los principios de equidad, cooperación y solidaridad intercultural, indispensables para avanzar en la ansiada integración y cohesión de la sociedad, adaptándose a nuevas condiciones provocadas por factores externos. Por ello, su objetivo es aún más ambicioso: pretende desarrollar la cultura del bien común y no solo ocuparse del aprendizaje. Buj, “Atribuye, pues, una doble tarea a la Pedagogía Social: - De una parte, la formación social generalizable a todos los individuos, - y de otra, la acción correctiva, terapéutica y de reinserción social” (Mendizábal: 1988; 62). Bajo esta premisa y dadas las condiciones actuales de la educación postpandemia, queda claro que el aprendizaje de conceptos, discursos y fórmulas ya no es suficiente para una sociedad demandante de mejores condiciones de vida en una “nueva normalidad”. Por lo tanto, el binomio ASCL y Pedagogía social sería el astrolabio[i] que requerimos en este convulsionado momento donde una de las tareas más importante es motivar la expresión de las emociones y canalizarlas para el aprendizaje. Precisamente, el aula de clases debe aspirar a ser el lugar desde el cual señalamos a las estrellas para seguirlas y emprender el viaje que nos permita alcanzarlas: una educación que favorezca una sociedad inclusiva, tolerante, hermanada en comunidad, solidaria y colaborativa.
Consideramos que las emociones son un factor detonante del aprendizaje. Se definen como eventos o fenómenos de carácter biológico y cognitivo, que tienen sentido en términos sociales y se pueden clasificar en:
- Estas manifestaciones van acompañadas de sentimientos placenteros como la alegría, la felicidad y el amor. Motivan al alumno a aprender y permiten un aprendizaje significativo.
- Van acompañadas de sentimientos desagradables y se percibe la situación como una amenaza, entre ellas se encuentran: el miedo, el enojo y la tristeza. Éstas pueden convertirse en un obstáculo o distractor.
Para Fernández. Berrocal (en García, 2012: 7) “la relación, razón-emoción posibilita generar la capacidad adaptativa de la persona, cuya manifestación concreta se aprecia en el poder dar respuestas y soluciones, de manera eficaz, a los problemas que se presentan ligados a las relaciones interpersonales y las conductas disruptivas, propiciando en cambio el bienestar psicológico y el rendimiento académico.
En este difícil momento, las emociones que predominan en los alumnos son las negativas, por ello es necesario utilizar las mejores herramientas de la ASCL y de la Pedagogía social, para aprovechar éstas en el desarrollo de las habilidades comunicativas.
Si bien no podemos terminar de definir las nuevas características de la sociedad postCovid, pues hay mucha incertidumbre y las tendencias sociales, a veces, parecen contradictorias o paradójicas, si podemos anticipar que será una etapa postapocalíptica. El fin del mundo, tal como lo hemos conocido, ya se ha presentado. ¿Cómo vamos a recuperar nuestro aprendizaje para un nuevo modelo de sociedad?
También sabemos que será una época posthumana: las relaciones entre personas serán con interacciones presenciales, con interacciones mediatizadas por la tecnología, con intercambios simbólicos entre personas que nunca se habrán visto cara a cara. Crearemos comunidades post “cara a cara”; es decir, colectivos con integrantes que jamás se han reunido presencialmente y capaces de generar afectos y sentimientos profundos y valiosos.
Tenemos que plantear la interrogante sobre cómo será ese nuevo humanismo, un humanismo postapocalíptico: sustentable, ecológicamente amigable, socialmente responsable, incluyente, robotizado y automatizado. Ya casi toda persona ha tenido alguna experiencia con algún robot o mecanismo automatizado: luces que encienden al detectar movimiento, captura de energía eléctrica o instrumentos más eficaces en términos de consumo energético, vehículos asistidos por computadora, incluso en los lugares más remotos hay gente que emplea asistentes digitales o servomotores y artículos semejantes.
La pedagogía social es una orientación que nos permitiría avanzar por algunos caminos que son deseables: en la educación básica, media y profesional requerimos de brindar acompañamiento a estudiantes y docentes. El confinamiento, los contagios (y el temor a los contagios), las cuarentenas obligatorias, han afectado las emociones y sensaciones de casi todas las personas. Asimismo, nuestros juicios y certezas han sido cuestionados y han quedado suspendidos hasta encontrar nuevas certidumbres.
La ASCL fomenta la expresión oral y escrita, así como la lectura. Algunos textos que nos permiten canalizar las emociones son:
- El pájaro del Alma (Snunit; 1996).
La lectura narra que “Hondo, muy hondo, dentro del cuerpo, habita el alma” la cual está representada por un pájaro, el cual siente todas las emociones que nosotros sentimos. Si alguien nos hiere, el pájaro sufre; si alguien nos manifiesta amor, el pájaro está alegre. Nos dice que el pájaro del alma está hecho de cajones y cajones, tantos como nuestras emociones y que éstos los va abriendo según como nos sentimos, pero a veces es desobediente y abre otros cajones. Si tal vez queremos callar, ordenamos al pájaro abrir el cajón del silencio, pero él abre el cajón de la voz y hablamos y hablamos sin parar, aunque queramos callar. Un pájaro que se siente bien solo abre cajones agradables y quien no, abre los desagradables. También nos recomienda escuchar a menudo al pájaro de nuestra alma, que tiene mucho que decirnos, pero muchas veces ni siquiera lo oímos. “Por eso es conveniente ya tarde, en la noche, cuando todo está en silencio, escuchar al Pájaro del Alma que habita en nuestro interior, hondo, muy hondo, dentro del cuerpo.
Con esta lectura podemos invitar al alumno a que haga una cajonera (con cajitas de cerillos o de medicina) con todas las emociones que tiene. Elaborada la cajonera le pedimos que anote las emociones que tiene guardadas en su alma y las meta en los cajones que correspondan. Una vez un alumno hizo su cajonera y su mamá comentó que la guardaba en un lugar especial y que a veces cuando quería hablarle de alguna emoción, le pedía que se saliera de la habitación para poder hablar con el Pájaro de su Alma. Solo a él le contaba que emoción tenía y que la había ocasionado, no lo escribía, pero para él era un desahogo. También es importante recomendarle escuchar al pájaro de su alma para que reflexione sobre lo que siente y en un momento dado pueda manifestarlo para así poder canalizarlo.
- Ramón Preocupón (Browne; 2006).
La lectura narra la historia de un niño llamado Ramón que se preocupaba por todo: por la lluvia, por los zapatos, etc., pero lo que más le aterraba era dormir fuera de casa. Una vez que sus padres salieron, se quedó en casa de su abuela y no podía dormir. La abuela le contó que cuando ella era niña también se preocupaba por todo, pero que dejó de hacerlo cuando le dieron unos muñequitos quitapesares (tradición guatemalteca). Le explicó que debía contarle sus preocupaciones y colocarlos debajo de la almohada, así ellos se preocuparían en lugar de él. Así lo hizo y durmió tranquilamente tres noches, pero a la cuarta, nuevamente comenzó a preocuparse, ahora porque no podía dejar de pensar que los muñequitos cargaban con todas sus preocupaciones. Se pasó pensando que hacer y finalmente puso manos a la obra y elaboró muñequitos quitapesares para sus muñecos quitapesares. Finalmente, Ramón y los muñecos pudieron dormir tranquilos.
La consigna es pedir al alumno que escriba sus preocupaciones en un papel y que elabore un muñeco quitapesares con tela, cerillos y plastilina para que deposite los papelitos en el muñeco y lo coloque debajo de su almohada (Pulido R.; 2013). De esa manera deposita las preocupaciones que lo paralizan en los muñecos, para poder canalizar su energía en otras actividades. En una sesión una alumna escribió que lo que le preocupaba era enfermarse de COVID 19; otra que le preocupaba no poder salir de casa y no visitar a sus abuelos. Con esta estrategia se facilita que los alumnos expresen sus preocupaciones, sobre todo si saben que podrán dejárselas a los muñecos.
- El monstruo de colores (Llenas; 2014).
El libro identifica las emociones (alegría, tristeza, rabia, miedo, calma y amor) y describe que las provoca. “La alegría es contagiosa. Brilla como el sol, parpadea como las estrellas. Cuando estás alegre, ríes, saltas, bailas, juegas… y quieres compartir tu alegría con los demás”.
Se puede trabajar con cada una de las emociones, pidiendo al alumno que escriba o comente que acción le provoca ésta, y cómo la manifiesta. También se le puede invitar a hacer un diario, anotando que monstruo es el que manifiesta y describiendo por qué.
La pedagogía social hace uso de herramientas de socialización y trabajo colaborativo que permiten al alumno identificarse como parte de una comunidad y reconocerse como sujeto activo que participa para el logro de un objetivo común. Adaptarse a nuevas reglas de convivencia será el reto por superar. Un primer paso sería el sensibilizarlos con alguna lectura y escucharlos. Posteriormente invitarlos a describir la situación actual y a sugerir nuevas normas de convivencia. Es primordial tomar en cuenta sus aportaciones y hacerles sentir lo importante que son y su responsabilidad con el grupo
El trabajo con técnicas grupales puede ayudar a lograr la integración. Tenemos el reto de acompañar a las nuevas generaciones a descubrir sus propios anhelos para conformar un humanismo propio del siglo XXI. Debemos aprender a caminar junto con la niñez y juventud para identificar nuevas formas de sustentabilidad: consumos responsables, comercio justo, valor compartido, ciencias y personas dedicadas a la ciencia comprometidas con el bienestar de la humanidad entera. En síntesis, requerimos crear nuevas formas para abrazar a nuestros seres queridos a través de una pantalla; aprender rituales para llorar junto a quienes amamos, a pesar de la distancia física; enamorarnos de personas con quienes nos pusimos en contacto a través de avatares y transitar a un amor humano y posible, sin depender de artificios técnicos; diseñar nuevas formas de relación, de liderazgo, de compañerismo, de colaboración en el ámbito laboral, educativo, social, comunitario.
Tenemos una magnífica oportunidad de intervenir en el diseño de estas formas por construir. Hacerlo con sentido social nos permite sonreír ante un futuro que puede ser hermoso… si así lo queremos.
Referencias
Browne, A. (2006). Ramón preocupón. México: Fondo de Cultura Económica.
García Retana, J. A. (ene-jum de 2012). La educación emocional, su importancia en el proceso de aprendizaje. (U. d. Rica, Ed.) Revista educativa de la Universidad de Costa Rica, 36(1), 97-109.
Llenas, A. (2014). El monstruo de colores. Barcelona, España: Flamboyant.
Mendizábal, M. (julio de 2016). La Pedagogía social: una disciplina básica en la sociedad actual. (U. Complutense, Ed.) Universidad Complutense, 5(32), 51-69.
Snunit, M. (1996). El pájaro del alma. México: Fondo de Cultura Económica.
[i] Instrumento astronómico que permitía calcular la altura de las estrellas, para determinar la latitud geográfica. Su utilidad era para estimar mejor la posición de un barco en el mar, el rumbo a seguir y el tiempo que tomaría su viaje.
José de Jesús González Almaguer
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Docente de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán y del Colegio de Imagen Pública. Ha realizado intervenciones como consultor y brindado capacitación tanto en el sector privado como público y el tercer sector. Su trabajo profesional le ha llevado a recibir distinciones internacionales. Ha participado en once libros especializados en español y uno en inglés. Lic. En Periodismo y Comunicación Colectiva, Maestría en Educación, estudios de Maestría en Comunicación Institucional, Especialista en Valores, estudios doctorales en Humanidades y estudios doctorales en Innovación y Responsabilidad Social.
Norma Olivia Matus Hernández
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Docente de primaria por veintiún años, Mediadora voluntaria del programa "Salas de lectura" de la Secretaría de Cultura por seis años. Maestra en Educación Básica (UPN). Diplomada en Mediación lectora (UAM). Ha cursado varios talleres de Narración oral. Lic. en Administración (UAM). Profesora de Educación Primaria (ENM). Actualmente participa en diversos eventos de narradores orales.
[1] Instrumento astronómico que permitía calcular la altura de las estrellas, para determinar la latitud geográfica. Su utilidad era para estimar mejor la posición de un barco en el mar, el rumbo a seguir y el tiempo que tomaría su viaje.
José de Jesús González Almaguer
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Docente de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán y del Colegio de Imagen Pública. Ha realizado intervenciones como consultor y brindado capacitación tanto en el sector privado como público y el tercer sector. Su trabajo profesional le ha llevado a recibir distinciones internacionales. Ha participado en once libros especializados en español y uno en inglés. Lic. En Periodismo y Comunicación Colectiva, Maestría en Educación, estudios de Maestría en Comunicación Institucional, Especialista en Valores, estudios doctorales en Humanidades y estudios doctorales en Innovación y Responsabilidad Social.
Norma Olivia Matus Hernández
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Docente de primaria por veintiún años, Mediadora voluntaria del programa "Salas de lectura" de la Secretaría de Cultura por seis años. Maestra en Educación Básica (UPN). Diplomada en Mediación lectora (UAM). Ha cursado varios talleres de Narración oral. Lic. en Administración (UAM). Profesora de Educación Primaria (ENM). Actualmente participa en diversos eventos de narradores orales.