Invisible durante 48 años, este filme del papá de los zombis finalmente se estrena en los cines. No hay muertos vivientes en la pantalla, pero es una historia igualmente aterradora.

                                                                               Philippe Guedj

                                                                                         Le Point

                                                 Traducción Gabriel Humberto García Ayala

La noche de los muertos vivientes, Zombi, El día de los muertos vivientes… Desaparecido en 2017 a la edad de 77 años, George A. Romero será para siempre el autor de una trilogía insuperable (e insuperada) sobre fantasmas sangrientos. Tres películas, tres majestuosas alegorías sociopolíticas sobre Estados Unidos y sus demonios: racismo, hiper-consumismo, individualismo, violencia ciega... Padre de un cine de protesta gore, adorado por cinéfilos por otras obras clave como Martin, el amante del terror, Creepshow: el festín del terror o incluso Atracción diabólica, Romero fue el precursor del mundo real de las modernas películas de zombis, un género actualizado en 2002 con Exterminio de Danny Boyle, luego explotado durante unos 15 años, en la pantalla grande o pequeña.

Y es a la viuda del maestro, Suzanne Deschent-Romero, a quien le debemos la exhumación de un exquisito cadáver totalmente invisible en el currículum del difunto: Parque de Diversiones. Rodada en 1973, nunca mostrada ni siquiera mencionada, en privado o en público, este mediometraje de 52 minutos sigue el vagabundeo de pesadilla de un anciano en un recinto ferial inhóspito. Este vestigio extremadamente raro es, por lo tanto, una curiosidad increíble con un destino tristemente cómico.

En los albores de la década de 1970, a pesar del triunfo mundial de La noche de los muertos vivientes, su primer largometraje estrenado en 1968, Romero era un cineasta en quiebra. Esta película cayó en el campo del dominio público tras un supuesto error de la distribuidora sobre el depósito legal de la película, este éxito comercial nunca benefició a su autor, quien también co-firmó el guión. Una historia loca, los zombis mordedores de este clásico multicopiado podrían haberlo convertido en el millonario del terror. Ya que sus dos siguientes largometrajes fracasaron, George A. Romero tuvo que recurrir a la publicidad para sobrevivir. Entre sus encargos destaca el de una asociación religiosa, la Sociedad Luterana de Servicios de Pensilvania, que lo contrató en 1973 para supervisar una película de ficción destinada a alertar a la opinión pública, y a las instituciones sobre el destino inicuo de los ancianos en las sociedades modernas.

Filmado en tres días y en 16 mm en West View Park, Pittsburg, con actores 100% no profesionales y voluntarios, con excepción del personaje principal (el visitante del parque de atracciones interpretado por Lincoln Maazel), Parque de diversiones asustará totalmente a sus patrocinadores. y los entendemos.

La cinta inicia con un prólogo que presenta el proyecto de Maazel, filmado solo, frente a la cámara, en los callejones vacíos del parque; la historia continúa con una atmósfera onírica y angustiosa digna de La Cuarta Dimensión. Un anciano peludo con el rostro lleno de heridas (Maazel) y ropa blanca manchada de polvo recupera el aliento en una misteriosa habitación. Su doble, vestido idénticamente pero fresco como una rosa (Maazel, siempre él), ingresa en la habitación y le sugiere que salga a caminar. Pese a las advertencias del infortunado ensangrentado, el otro, mucho más alegre, abre la puerta y entra en un parque de atracciones abarrotado donde, muy rápidamente, la visita se convertirá en un calvario.

A pesar de su falsa apariencia de antigüedad artística, Parque de diversiones sin duda merece su rehabilitación en la gran obra romeriana. Es una pesadilla en la vigilia, con una banda sonora agresiva, cargada de los ruidos de una multitud invasora, indiferente o peligrosa, este vagabundeo del anciano en un lugar antes festivo administra ráfagas de uppercuts al espectador, hasta alcanzar un final verdaderamente asombroso. Imposible revelar más sin estropear la sorpresa, este fuego de ultratumba atraerá a los fanáticos de Romero, encantados de toparse con varios motivos visuales y temáticos cercanos a Zombie, que les pregunta a todos sobre su lugar en la sociedad en la noche de nuestras vidas. “Cuando veas esta película, recuerda que tú también serás viejo algún día, le dirige un sarcástico Maazel a la audiencia en su monólogo de apertura. Irónicamente, este actor de teatro al que Romero también le encomendó un papel en Martín, el amante del terror en 1977, vivió una vida muy larga y feliz, según sus familiares, hasta su muerte en 2009, a los 106 años.

Ciertamente: es mejor tener buena moral antes de la proyección de Parque de diversiones, que es absolutamente eficaz a la hora de despertarnos sobre la inadaptación sistémica de nuestras sociedades al envejecimiento de las personas mayores. Consternados por el tratamiento de choque aplicado por Romero a su mensaje inicialmente positivo -"reflexionemos juntos sobre una sociedad más inclusiva para las personas mayores"- los líderes de la Sociedad Luterana de Servicio, sin embargo, mostraron la película en algunos de sus centros. Pero desapareció rápidamente del radar, como un objeto algo vergonzoso del que ni siquiera el cineasta consideró oportuno hablar. Entonces, ¿cómo se encuentra hoy para ser estrenada en cines en varios lugares  como Estados Unidos, Europa o Australia?

“Aproximadamente un mes antes de la muerte de George, recibí de nuestra amiga Giulia D'Agnolo, directora del festival de Turín, el negativo y una copia en DVD de Parque de diversiones, que se encuentran en los archivos del festival”, nos cuenta Suzanne Deschent-Romero, presidenta de la Fundación George A. Romero. “Organizamos una pequeña proyección con amigos en presencia de George, quien nunca me había hablado de esta película desde el inicio de nuestra relación en 2005. Al final todos estuvieron de acuerdo: George dijo que era una cosa irrelevante, pero estábamos convencidos de que tenía que ser mostrada al mundo, ya que encarnaba el brío político de George. Tras la muerte del cineasta, su esposa “angustiada y ansiosa” por perpetuar el recuerdo de su obra creó por tanto la Fundación George A. Romero, con un círculo de familiares. Una vez resueltas las complejas cuestiones legales, la exhumación y distribución de Parque de diversiones constituirá el primer acto concreto de la asociación, que encomendará a la empresa IndieCollect la tarea de restaurar la película en una resolución en 4K, a partir de los carretes de 16 mm de origen. Suzanne Desroch-Romero irá aún más lejos.

En el marco de la Fundación, que donó todos los archivos del autor a la Universidad de Pittsburgh, la viuda de George Romero lleva tres años incrementando iniciativas para “celebrar la influencia cultural” de su marido. Además de la creación de un centro de estudios dedicado al cine de terror, en asociación con la Universidad de Pittsburgh, Suzanne y sus asociados desenterrarán este año otra película completamente nueva: “Encontramos un cortometraje de 24 minutos: Elegía de Ricci, rodada por George en 1963 y que de hecho fue la primera parte de una trilogía”, nos cuenta. “Los otros dos definitivamente están perdidos, pero restauraremos la Elegía de Ricci, al tiempo que agregaremos música y narración en forma de un poema, dicho por el actor Terry Alexander (uno de los héroes de El día de los muertos vivientes). Aparte de un cortometraje que hizo cuando era adolescente, esta es de hecho la primera película profesional de George. Todos los actores de Elegía de Ricci son afroamericanos, la trama gira en torno a un padre y su hijo, ¡pero no diré más!" Misterio.

El 30 de abril, el sitio Hollywood Reporter también reveló que la heredera estaba desarrollando, con tres escritores, el guión de Twilight of the dead. Una secuela de La tierra de los muertos, última película decente de zombis filmada por Romero, en 2005 (también dirigió, en 2007 y 2009: El diario de los muertos y Supervivencia de los muertos, ambas desastrosas), y durante el rodaje de la cual se formó la pareja. Poco antes de su muerte, Romero había comenzado a escribir un tratamiento para Twilight of the dead, cuyo guión final está ahora "listo para ser filmado", dice Suzanne. “Estoy buscando un director y un productor ejecutivo, pero hasta ahora ningún candidato creíble se ha puesto en contacto conmigo. Ni ninguna plataforma. Pero sería una pesadilla para mí si este proyecto cayera en las manos equivocadas, me lo tomo muy en serio. Uno se pregunta por qué Netflix, siempre en busca de éxitos y difusor reciente de El ejército de los muertos de Zack Snyder, súper mala, muy influenciado por La tierra de los muertos vivientes, aún no ha aprovechado la oportunidad.

Un poco como la imagen de Parque de diversiones, fue el destino amargo y curioso de George A. Romero. Creador y rey ​​de un género confinado al círculo de aficionados durante 40 años, no pudo disfrutar realmente de su posición pionera cuando, en el siglo XXI, los zombis se convirtieron en estrellas de la cultura pop convencional. “Todo es cuestión de tiempo en este negocio. George dijo irónicamente que había sido el único que jugaba en el arenero durante mucho tiempo y que luego se sintió excluido”, recuerda Suzanne Deschent-Romero. "No le gustó The Walking Dead. La única película de toda esta ola que le gustó fue Muertos de risa de Edgar Wright, que encontró divertida, irreverente y buena. Se dio cuenta. ¡Y odiaba todas esas películas en las que los muertos vivientes corren! Prometemos que si Twilight of the Dead alguna vez ve la luz del día, ¡será una película con zombis ¡LENTOS!” Mientras espera descubrir la utopía, acérquese al Parque de diversiones. Un aterrador descenso a los infiernos que deja en el recuerdo un mordisco casi tan traumático como los zombis de Romero