¿Cómo se define el éxito? Para algunas personas, en términos monetarios, mediante títulos, y algunos según su puesto de trabajo. Cada uno le dará un significado diferente según las prioridades y experiencias de vida. Los Baby Boomers, lo medían en la cuenta del banco aún y que les costara la salud, pero las nuevas generaciones han cambiado esta métrica analizándolo en términos de tiempo de calidad, cuidar el mundo, hobbies, salud, etc. De una u otra forma, diario, todos buscamos el éxito, pero ¿cómo lo encontramos?
Trabajando en envejecimiento saludable, he notado quienes buscan mi orientación desean mejorar su salud para seguir disfrutando su vida en su trabajo, viajes o familia. Leyendo sobre el tema, y analizando a mis pacientes, he concluido que para lograr el éxito se requiere de tres factores que trabajen en conjunto: conocimiento, voluntad y oportunidad.
El conocimiento es tu educación respecto al tema en cual quieres tener éxito. Saber por dónde comenzar, tener un modelo a seguir, educarte sobre las variables que lo afectan. El conocimiento es básico para el éxito, y por ello la educación es un derecho que no termina una vez graduado, es vital mantener constante actualización de temas de interés. ¿Quieres tener más ahorros, correr un maratón, disfrutar tu tiempo o dejar de beber alcohol? Para todo podrás encontrar asesoría. El conocimiento también viene de la experiencia. Sé paciente.
La voluntad, por otra parte, es tu disposición, tu capacidad de reestructurar los aspectos de tu vida necesarios para lograr tu meta. En ocasiones será cambiar actividades cotidianas, dejar de salir con algunas personas, dormir más temprano. La voluntad es alta al inicio, pero disminuye pues cuesta mucho esfuerzo mental cambiar las costumbres. Ser perseverante es clave y por ello te invito a que seas flexible más no permisivo en tu camino al éxito.
Y ahora, la más importante: la oportunidad. Algunos dirán que es producto de la suerte y otros, que se crea. Sin importar cuál sea su origen, si la identificas, ten la voluntad de tomarla y busca el conocimiento para aprovecharla. La oportunidad sin alguna de las otras dos variables se desperdicia. Está quien puede pagar algún tratamiento médico (oportunidad) pero se le olvida (voluntad) o, como no entiende a profundidad cómo le beneficia (conocimiento) no le da el seguimiento adecuado. Resultado: se desperdicia todo.
Cuando la gente dice que todo es cuestión de voluntad, yo les presento un ejemplo estudiado a escala mundial: una enfermera con diabetes. Es una persona que quiere salud, sabe la importancia de ésta, pero no tiene la oportunidad de cuidarla por los horarios de trabajo, traslados, sueldos bajos, etc. Para tener éxito se requiere de tres factores en sincronía y eso incluye que todos seamos capaces de aportar algo a la sociedad que facilite el éxito colectivo.
Crecer y vivir en una comunidad donde se respete el esfuerzo de sus miembros, donde quienes poseen conocimiento estén dispuestos a compartirlo y en la que las oportunidades se creen de forma justa, trae efectos positivos a nivel genético; las siguientes generaciones nacen con mayor protección ante enfermedades crónicas por el simple hecho de que sus padres vivieron en un ambiente donde hubo menos estrés. Para vivir más y mejor, entonces, ayudemos a quienes nos rodean a lograr el éxito que buscan y esa misma suerte nos llegará.