La música siempre ha estado íntimamente ligada a mi vida. Desde pequeña me acostumbré a tenerla de fondo en todas mis actividades, pasando por el rock clásico en inglés de mi padre y la música romántica en español de mi madre; así fui creciendo, rodeada de melodías.
Sin embargo, una etapa significativa fue durante mi educación media superior, en esa época surgió el rock/pop alternativo en español, donde muchos grupos con vocalistas gritones y notas estridentes se hicieron presentes. Las voces no eran sorprendentes, pero las letras y sobre todo, el sentirse identificado con sus problemas, hacían de las canciones algo increíble. De igual manera, se retomaron clásicos del rock en inglés y se anexaba cualquier género de música que representara una diferencia con la mayoría de las personas, típica faceta de la vida adolescente.
Durante esos años, también participé en el taller de música de mi escuela, aunque era una clase opcional yo tenía mucho interés en aprender a tocar el teclado que me habían regalado en casa. Así, practicando durante la semana y asistiendo a mi sesión semanal, me fui haciendo parte del grupo representativo del plantel, por lo que iba los viernes a preparar las canciones que presentaríamos en algunos eventos; fue muy gratificante interactuar con otros chicos apasionados por la música, quienes, pese a que tenían gustos musicales diversos, aprovecharon la oportunidad de compartir sus melodías y presentarlas en público.
Durante la Normal, viví el esplendor de la música mexicana, recuerdo aquel primer Son para Milo, donde la explanada del plantel se convirtió en una tarima para que todos los que desearan participar mostraran sus mejores pasos al ritmo del folclor mexicano.
Actualmente la música sigue conmigo, adaptándose al estado de ánimo en que me encuentre o a lo que necesite en ese momento. De igual forma, la comparto con mis estudiantes, utilizando canciones que, por su letra o ritmo, me parecen convenientes para el desarrollo de la clase, permitiendo así que conozcan otro tipo de música y puedan expandir su panorama. Así, he obtenido muy buenos resultados, ya que en ocasiones los pequeños me han preguntado por los grupos que les compartí en clase para escucharlos en su casa.