“Oye compa que le parece esa morra, la que anda bailando sola”, es lo que escucha en cada tres cuadras de la Ciudad de México, incluso en muchos centros escolares. Los niños y jóvenes se autodenominan como “belicones” y escuchan puro “pinche corrido tumbado” “corrido belicón”, canciones que en su mayoría derivan de la cultura mexicana. No es algo actual, el género ya tiene su trayectoria en el país, sobre todo en ciertas regiones del norte es más común escucharlo.
Al tomar conciencia de esto, no pude evitar recordar lo que escuchaba en mis años escolares, y así, específicamente viene a mi cabeza la época de la secundaria (2011-2014), en donde cada uno está en la búsqueda de la identidad; a decir verdad, ese espacio parecía una jungla musical; en años anteriores había sucedido el enfrentamiento Punks vs. Emos (2008), los alumnos escuchaban música punk, gótica, rock alternativo, punk rock. Por otra parte, estaba la música electrónica, el dubstep particularmente; el reggaetón que empezó a tomar fuerza del 2005 al 2007, y hasta la fecha es un género que ha dado de qué hablar. Y tampoco hay que dejar de lado al pop que se escuchaba principalmente con las boybands.
Me he puesto a reflexionar sobre el cambio que supone la música en la cultura actual. Pues no sólo han sido los “corridos tumbados” los que suenan más fuerte en las bocinas y canales de música, sino también, el K-pop y la cultura asiática en series televisivas, mangas y animes. ¿De qué manera se han visibilizado no sólo géneros musicales, sino también cada país que los representa? Pareciera que al mapamundi se le han trazado nuevos países, que ahora ya hay más vertientes en esta visión eurocentrista, por lo menos a través del medio artístico al que hemos estado tan acostumbrados desde finales de la década de los 60 y principios de la 70.
Por otra parte, está mi preocupación sobre la música popular en México, sobre los mensajes que ésta pondera y el impacto que puede provocar en las niñas, los niños y jóvenes. ¿Podemos culpar a la música como un factor que influye en la violencia del país? Si bien los corridos han sido parte de la cultura mexicana con sus narrativas que exponen temas que se viven en ciertos sectores, hay una delgada línea entre los que podríamos llamar “de protesta” y de los que hablan sobre los “chingones” del narcotráfico.
No hay que dejar de lado la violencia que se vive día con día en el país y el mundo, y cómo ésta ha perjudicado los centros escolares, de tal manera que las escuelas ya han iniciado con los protocolos y simulacros por balaceras, en el norte del país por las disputas del narcotráfico.
La verdad no pude evitar pensar que en ese momento de la secundaria el estigma que provocaba y aún provocan los géneros musicales del rock, y punk rock, catalogándolos como violentos por la melodía que tienen un poco agitada, sin saber que muchas de las letras no incitan a la violencia.
Esto me dejó con la reflexión de que hay que estar más atentos y ser más conscientes de los mensajes que recibimos, no sólo de la música, sino de todo medio que nos rodea, y no dejarnos llevar por las apariencias.