Según el taoísmo, todo evento tiene un yin y su complementario yang. El yin de 2020, la pérdida de vidas humanas, de empleos y empresas es su doloroso sello distintivo.
Su yang, lo bueno que nos dejó, es necesariamente igual de fuerte para poder compensarlo. Aquí mi principal recuento de ello:
Fuimos frugales y con ello volvimos a lo esencial de la calidad de nuestra vida. Como tendencia, deseo que sea un hábito que permanezca. El mundo no puede continuar consumiendo al ritmo al que veníamos haciéndolo. El modelo de “inventar” necesidades para estimular la demanda como base del crecimiento económico tiene que terminar por el bien de la Tierra y nuestra propia sustentabilidad como especie humana.
Parafraseando a Richard Maxwell, “nos hemos convertido en dispositivos de nuestros propios dispositivos” cada vez más lejos del “equilibrio entre lo que la Tierra puede darnos y lo que ésta puede re-absorber” de nuestros deshechos de consumismo.
Como consecuencia también positiva el ahorro aumentó sentando las bases, espero, de convertirse en inversión productiva más sustentable.
Nos volvimos más productivos. Trabajando en nuestras casas perdimos menos tiempo en el transporte, aprendimos que las citas presenciales no mejoran la calidad de un negocio. Nuestra productividad se supervisa en plataformas digitales. A fuerza de operar a distancia sacudimos inercias substituyendo procesos físicos por digitales. Compramos en línea, nos educamos en línea, dejando tiempo excedente para espacio constructivo personal y profesional.
Nos reinventamos. Para muchos, el final definitivo de nuestra empresa, nuestro trabajo y desaparición de mercados completos está significando emprender en algo diferente y tal vez por primera vez atrevernos a ejercer nuestra pasión, perseguir el sueño aquel que dejamos a un lado por circunstancias y vientos que nos llevaron a otras aguas tranquilas y cómodas.
Ratificamos nuestra efectividad de vencer adversidades. Los heroísmos son retribuciones humanas que pocas veces se nos ofrecen para ratificar nuestra grandeza como individuos. Para muchos de nosotros este fue un año lleno de ellos.
Por todas esas razones, para muchos de nosotros el yang de este año fue el mejor de nuestras vidas.
Publicado en Milenio, 6 de enero 2021