La Point

Por Pascal Hugues

Traducción Gabriel Humberto García Ayala

“Nos hará falta. Y Dios sabe quién la reemplazará”. Es lo que se escucha con frecuencia estos días en Alemania. Y este testimonio de respeto no viene solamente de los conservadores. Incluso los alemanes que jamás han votado por Ángela Merkel con frecuencia están melancólicos, incluso inquietos, cuando piensan en la partida de esta canciller, que el 22 de noviembre festejó 15 años de su llegada al poder. Se trata de una simpatía que los sondeos reflejan hoy más que nunca. Segú el barómetro Deustchland Trend, publicado a mediados de noviembre por la cadena de televisión pública ARD, 74% de los alemanes están satisfechos con el trabajo de su canciller. Una fuerte alza en relación con el periodo antes de la pandemia. Ella transgrede la pertenencia política.

Ahora Ángela Merkel es más popular que cuando la eligieron en 2005. Setenta y dos por ciento de los alemanes la aprobaban en esos años. Una sola vez, en 2015, cuando rechaza cerrar las puertas de su país a los refugiados, su sólida curva de popularidad se aplana un poco. La pandemia aprovecha también al conjunto de la coalición negra (CDU-CSD)´roja (SPD), ya que dos terceras partes de los alemanes (67%) se dicen satisfechos del trabajo que efectúa el gobierno bajo la batuta de la canciller.

Un poco como el ex canciller social-demócrata Helmut Schmidt de los año 70, Ángela Merkel es una de esas dirigentes que está en su mejor forma en tiempos de crisis. La financiera ya la había catapultado a la cabeza de los sondeos. La crisis sanitaria la ancla sólidamente en el corazón de los alemanes. Pro primera vez, esta física es en efecto capaz de sacar provecho de sus competencias científicas. Los alemanes tienen la impresión de estar en buenas manos y seguros. Ángela Merkel, quien no hace mucho fue muy criticada por su espera, su política de pequeños pasos y su falta de visión global, y con frecuencia aplaudida por su prudencia, su capacidad de mantener la cabeza fría y de analizar tranquilamente la situación. Sin embargo, a Ángela Merkel le gustaría meter el acelerador. No se priva de criticar a los ministros presidentes de los dieciséis Länder (estados federados) cuando rehúsan imponer medidas de confinamiento más estrictas.

La canciller eterna

Ángela Merkel acumula los trofeos. Bautizada como “la canciller eterna” ha visto pasar a cuatro presidentes estadounidenses (incluyendo a Joe Biden), cuatros presidentes franceses y siete presidentes de Consejo italianos. Es la decana de los dirigentes europeos. También está a punto de duplicar a todos los otros cancilleres alemanes, habituados sin embargo a una sólida longevidad política. Destronó a Konrad Adenauer que estuvo catorce años en el poder. El próximo año, “la atrevida” igualará a su padre espiritual Helmut Kohl, que estuvo dieciséis años y puso ese sobrenombre a su protegida, antes de que lo sucediera y se convirtiera en la primera mujer y la primera Ossie (como se denomina peyorativamente a los ciudadanos de Alemania oriental) a la cabeza de Alemania.

Pero 2021 será el año de su partida. Ángela Merkel, a quien se le había forzado un poco la mano para que se presentara a las elecciones hace tres años, no deja de afirmar que no será candidata en septiembre de 2021.