La sustentabilidad aparece en el horizonte de la otredad, de

esos otros mundos invisibles pero posibles, si al menos

fuéramos capaces de liberar la vida que ha sido dominada y

minada por la fuerza de una racionalidad antinatura,

en un proceso de racionalización que desvió la potencial

emergencia de la vida hacia la muerte entrópica del planeta.

Enrique Leff (2019)

Estimada Doctora. Tania Hogla Rodríguez Mora Rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM),

Estimado Mtro. César Fuentes Hernández Coordinador del Colegio de Ciencias y Humanidades (UACM)

Muy querida y respetada Dra. Elba Castro Rosales Coordinadora de la Maestría en Educación Ambiental (UDG)

Estimadísimo Mtro. Efraín Cruz Marín Coordinador de la Maestría en Educación Ambiental (UACM)

Dr. Enrique Leff,  Conferencista Magistral de este evento

Honorables, Comité organizador y comité científico.

Estudiantes y egresados de Programas Académicos de Educación Ambiental

Sean ustedes Bienvenidos,

Como es sabido, los programas académicos son las diversas formas de plan de estudio en las que se trabaja un campo del conocimiento y que son brindadas como espacios formativos en las instituciones de educación superior, que se nutren de cuerpos y colegios académicos que estructuran cursos, realizan investigaciones, intervenciones, extensiones académicas y divulgan conocimiento, para la preparación de diversas generaciones de estudiantes. Es el lugar donde la ciencia y los saberes se discute todos los días y se van abriendo posibilidades a las certezas científicas.

Los programas académicos de posgrado dotan de un dominio a los estudiantes por la sistematización, profundización, especialización y perfeccionamiento de los estudios de pregrado de licenciatura o ingeniera y también otorgan una profesionalización académica a quién ya se ha desarrollado como perfil profesional en alguna actividad.

Los programas académicos que convocamos en forma interinstitucional a este VII Coloquio Nacional de Educación Ambiental, convergeremos en ser posgrados- Maestrías los tres- de campo interdisciplinario necesario e irrenunciable a lo largo de la vida de la educación ambiental. Comenzamos estos procesos formativos a inicios de la década de los años noventa del siglo pasado. Por lo que algunos estamos por cumplir las tres décadas de desarrollo académico, de terca resistencia y feroz esperanza.

El Coloquio Nacional de estudiantes y egresados es antes que nada un lugar o un dispositivo -en esta ocasión virtual- de encuentro de académicos, alumnos y egresados de educación ambiental. Tengo que decir que no hay muchas contrapartes internacionales de estos programas. A veces los hemos buscado en Congresos Mundiales de Educación Ambiental,  en navegaciones en internet o para invitarlos a un evento como el que hoy nos convoca, con insuficientes resultados.

 Si hay contrapartes de académicos e investigadores particulares de diversos perfiles, por fortuna en nuestro campo, pero no con la particularidad de ser programas académicos, con el enfoque y la perspectiva en que nos hemos desarrollado, cada uno por nuestra cuenta. Por eso es de celebrar este espacio en el que generosamente hemos decidido compartir nuestros conocimientos, métodos, hallazgos y resultados de trabajo para lograr una puesta en común, como muestra de lo que avanzamos cada dos años. Esta necesidad de diálogo entre pares, cara a cara, nos religa y nos hace crecer sin olvidar a nadie atrás.

Para muchos de los que trabajaremos en el campo de la educación ambiental, está sé ha convertido en un estilo de vida y una misión educativa impostergable de, como lo dice nuestro conferencista magistral, contagiar la formación ambiental y liberar la vida. Este contagio tiene mucho de libertad y esperanza y poco de confinamiento y encierro. La razón de ser de este Coloquio es socializar este pensamiento que desentraña la crisis de civilización y tiene vocación de construcción de un mejor mañana.

Por eso nuestro lema para este VII encuentro es : La educación ambiental como alimento de la resistencia social. Ese es nuestro papel : nutrir y dejarnos alimentar de la efervescencia ya imparable de la transformación educativa ambiental, que crece incontenible en forma plural e incluyente.

La naturaleza de lo que han sido y persistirán logrando estos Coloquios Académicos se documenta en el programa de que todos los participantes ya tienen y que se socializo en las redes sociales.

Casi 300 participantes registrados y más de 80 ponencias en extenso trabajadas, presentadas, evaluadas y aprobadas se compartirán estos días. Todos estos trabajos, tienen en común, alguna de estas características:

- Ser casos concretos de la realidad latinoamericana, analizados educativa y ambientalmente;

- Ser registro de movimientos sociales y sus factores educativos de resistencia ante el embate de un modelo de desarrollo;

- Evaluar el impacto de potente avance del campo de la educación ambiental a lo largo y ancho del sistema educativo nacional de preescolar a posgrado rompiendo inercias y prescripciones;

- Compartir las artes como un ingrediente detonador, ético y estético, de la educación ambiental;

- Dar cuenta de la educación ambiental realizada en contextos de violencia, lamentablemente generalizada en nuestra región;

-  Identificar del avance teórico del mismo y las articulaciones con otros campos y saberes desde la base misma del seminario y el salón de clase.

En este contexto, al final de cada día, después de las mesas de trabajo, también se presentarán libros y productos académicos que van de colección de obras hasta artículos de divulgación y científicos.

Dentro unos momentos más abrirá este VII Coloquio Nacional de Educación Ambiental con una de las mentes más deslumbrantes que ha influido en todos nosotros y que trabaja desde hace más de cuatro décadas la Ecología Política, el Dr. Enrique Leff al que le agradecemos engalanar, orientar y dar estructura de simiente, base y profundidad fundamentada a estos trabajos con su conferencia Inaugural.

Por la pandemia del Covid-19, hay actividades que, sin renunciar a ellas, dejaremos para más adelante, porque el buen juicio de este comité organizador así lo mandató.

Mencionó cuatro: Este Coloquio también se caracteriza por entregar bianualmente un reconocimiento a un Educador Ambiental que por sus aportes y trayectoria a significado positivamente a nuestro campo. Algunos de estos reconocidos educadores ambientales con esta distinción son egresados de alguno de estos Programas Académicos y arrastran con su ejemplo nuestro campo para orgullo de todos nosotros. La segunda actividad que dejaremos para la pos-pandemia son los lucidos y controvertidos Simposios entre estudiantes y académicos que ya teníamos preparados, pero que desarrollaremos en su momento. La tercera actividad postergada son los distintos talleres que se imparten- digámoslo así: de campesino a campesino- y que tienen gran demanda. La última actividad es la Polifonía Ambiental en la que nos integra la poesía y la naturaleza desde la lectura compartida de estudiantes y maestros. Esta iniciativa, quiere recuperarla el Dr. Arias ahora también como un homenaje a su fundador el inmenso y siempre controvertido Rubén Inclán, que justo hace un año partió con su arte a un lugar mejor más allá de estas cosas materiales.

Agradezco a las sedes de los Coloquios anteriores:  a la UPN 095, al Centro de Investigación Educativa de Teapa en Tabasco, a la UPN Mazatlán, a la Universidad de Guadalajara, a la UPN Reynosa y ahora a toda la UACM, por recibir este proyecto formativo orgánico, público, gozoso, gratuito, sólido y desinteresado, que nos demuestra que más allá del dogma neoliberal con su santísima trinidad: rentabilidad, mercado y dinero hay muchos valores que compartir y apropiarse para seguir creciendo hermanados en la construcción de esos mundos posibles y cada vez menos invisibles que convoca la sustentabilidad.

Los Coloquios presenciales, lo saben quién ha participado en ellos, son días de sumersiones totales de comunicación, cuerpo, alma, mente, carne, emoción, actividades, estrategias educativas en los que el tiempo y espacio cobran otro sentido que termina por modificarnos. Según la verbalización de muchos de sus participantes: nada se les parece. No son congresos o reuniones anodinas solo para leer la ponencia, recoger constancia y partir. Son espacios académicos de vida que nos alientan a seguir en la educación ambiental.  Nos han llenado de experiencia, conocimientos y anécdotas que nos mantienen vivos y con energía para estar en el campo, que lucha para mantenerse en contrasentido de lo hegemónico y socialmente aceptado. El reto adaptativo de este VII Coloquio, en el par de días por venir, es sobrevivir aún en esta larga pandemia en la lógica digital.

Finalmente, en particular deseo agradecer en primer lugar el inquebrantable trabajo desarrollado por la sede de este Coloquio la Universidad Autónoma de la Ciudad de México: a la Dra. Mercedes Rodríguez, la Dra. Aida Luz López, Dr. Miguel Ángel Arias Ortega y el Coordinador de la Maestría Mtro. Efraín Cruz Marin, así como al equipo de apoyo técnico que nos respalda en esta ocasión. También deseo agradecer profundamente a la Dra. Elba Castro, al Dr. Javier Reyes,  a la Mtra. Laura Mares y al Mtro. Ricardo Ramírez por no cesar en mantener este evento que nos hermana y nos hace ser más fuertes en la unidad. A mis colegas de la MAEA de la UPN, Juanita, Nancy, Manuel, Berenice, Nicolás en la Dirección de la Unidad y a Armando, Oswaldo, Sonia, Adriana, en la trinchera,  ellos lo saben, cómo siempre mi eterno cariño y agradecimiento, que va del mismo modo para el Dr. Antonio Fernández y la Mtra. Teresita Maldonado.

 No voy a citar sus nombres, pero algunos de los presentes lo han hecho desde 2007 en forma ininterrumpida y han participado en los siete Coloquios y hasta estuvieron en la barra de cervecería en Joinville Brasil, en donde se cocinó la idea del primer Coloquio.

Y reconocer, por supuesto, a los educadores ambientales formados en Programas Académicos por persistir en su terca labor y resistir aquí con su presencia, pensamiento , acción y palabra.

Educar para transformar.

Muchas gracias.

*Discurso leído el 26 de noviembre en la inauguración del VII Coloquio Nacional de Educación Ambiental con sede en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México