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Miércoles, Octubre 16, 2024

Yo que crecí dentro de un árbol
tendría mucho que decir,
pero aprendí tanto silencio
que tengo mucho que callar
y eso se conoce creciendo
sin otro goce que crecer,
sin más pasión que la substancia,
sin más acción que la inocencia,
y por dentro el tiempo dorado
hasta que la altura lo llama

para convertirlo en naranja.

Silencio, Pablo Neruda


Cuando la tormenta pase
Y se amansen los caminos
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.

Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.

Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.

Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
y de una vez aprenderemos
todo lo que no aprendimos.

Valdrá más lo que es de todos
Que lo jamás conseguido
Seremos más generosos
Y mucho más comprometidos

Entenderemos lo frágil
que significa estar vivos
Sudaremos empatía
por quien está y quien se ha ido.

Y todo será un milagro
Y todo será un legado
Y se respetará la vida,
la vida que hemos ganado.

Alexis Valdez

Estimado Presídium

Estimada Dra. Berenice Gutiérrez Hernández

Directora de la Unidad 095 de la Universidad Pedagógica Nacional

Doctora. Elba Aurora Castro Romero

Presidenta de la Academia Nacional de Educación Ambiental

Coordinadora de la Maestría en Educación Ambiental de la Universidad de Guadalajara.

Estimados Maestro adscritos a la Maestría en Educación Ambiental

Armando, Miguel Ángel, Nancy, Oswaldo, Víctor, Lucy.

Estimados estudiantes que hoy reciben el diploma que hace constar el haber terminado el 100 por ciento de los créditos de la Maestría

Madres, padres, familiares y amigos que nos acompañan en esta Ceremonia.

Bienvenidos todos, todas, todes.

Asistimos esta mañana de agosto, llenos de entusiasmo a la Ceremonia de entrega de reconocimientos a los alumnos y alumnas de la Maestría en Educación Ambiental.

Estamos aquí en una de las Unidades más hermosas arquitectónicamente hablando, de la Universidad Pedagógica Nacional. Nuestra Universidad tiene 74 unidades (sin contar subsedes) sembradas a lo largo y ancho del país, -lo que nos hace ser con mucho orgullo la única universidad nacional-. Hoy, por ejemplo, como cualquier sábado, en incontables carreteras de México se trasladarán miles de estudiantes para tomar clase de licenciatura, especialidad, maestría y doctorado o un curso diplomado de actualización en alguna unidad de la UPN.

Lo que nos convoca es celebrar, congratularnos, hacer saber y reconocer a 10 egresados de la Décimo octava generación de este Programa académico de posgrado, el de más larga vida en esta Universidad Pedagógica, que pronto llegará a los cincuenta años.

Este posgrado tiene como primera vocación la preservación de la vida y lo vivo, que incluye al ser humano¸ a partir de una educación crítica que colaboré a formar y consolidar de la necesaria e inevitable sustentabilidad del desarrollo. La vida y el desarrollo no siempre convergen. Son con frecuencia opuestos; antagónicos. En realidad el segundo amenaza a la primera, si lo vemos, por ejemplo, en el crecimiento urbano que arrasa ecosistemas y naturaleza en un mundo cada vez más ciudad y menos naturaleza, convirtiendo en viviendas, barrios, ciudades, asfalto y conurbación en lo que antes fue vida en muchas formas.

En este contexto el ingrediente educativo es un poderoso y activo transversal que lo toca todo y todo lo transforma: individuos, familia, escuelas, comunidades, medios de comunicación, cultura, arte, ética, formación, tecnología, política, propuestas, alternativas, identidades, didácticas, aprendizajes, estrategias, materiales, libros, mediaciones, proyectos, participaciones, formas de entender el mundo, de investigar, de planear, y un largo etc. Del que no conocemos fin.

Por eso la educación ambiental es también un capital cultural, activo, atractivo, disfrutable e infinito. El que de verdad ha sido formado por este campo le va costar mucho trabajo abandonarlo. Por qué modifica el estilo de vida, al modificar la percepción, sensación, conocimiento, entendimiento y práctica del vivir. Con frecuencia lo que un aprende en educación ambiental no es grato, superficial o sencillo. Es complejo y casi siempre doloroso y profundo.

Es necesario repetirlo una vez más: una de las virtudes- si hay virtud en el engaño o en el ocultamiento- como el modo de producción y consumo dominante en el mundo actual, al que ser nombra genéricamente como capitalismo, es el mentir, disfrazar, evadir o hacer huir de la realidad: enajenar y/o ocultar verdades. No dejar ver el todo, por ejemplo, de que esta hecho lo que compramos, comemos, bebemos, con lo que nos curamos o adquirimos y gastamos. ¿De qué materia están conformadas las cosas de uso común? ¿De dónde viene el agua, la leche o el café que bebemos? El saber simplemente el origen y disposición de lo cotidiano es una revelación a la que le debemos mucho a la educación ambiental. La paradoja no puede ser más cruel el conocimiento en lo ambiental es rico y lleno de aristas, pero es doloroso en su contenido de información y conocimiento verdadero.

Por eso la dinámica de la educación ambiental tampoco tiene fin o límite. Es una espiral sin término, que si uno se forma, como lo han hecho los 10 educadores ambientales que egresan está mañana, y aprende a no decir no a la educación ambiental nunca termina y suceden cosas que nos van haciendo mejores. Ustedes aprendieron a decir si a lecturas, exposiciones, tareas, fichas, proyectos, y se han visto enriquecidos y como mejores personas.

Hay dos líneas de generación e investigación del conocimiento en este posgrado que les tocó vivir muy cerca a los egresados de esta generación, en Coloquios, Congresos, Investigaciones, Conferencias y Presentaciones de libro, talleres, prácticas de campo y en discusiones en el salón de clase: la primera es el vínculo ya inquebrantable entre lo estético y la educación ambiental y , la segunda, lo que llamamos la diáspora que ha llegado a la profesionalización de la educación ambiental como si le hubiéramos soplado a una planta de este campo como un diente de león silvestre.

Sobre esta última me gustaría concentrarme brevemente. Los que me conocen saben que aquí viene una anécdota, no se equivocan. Déjenme contarles, así sea a vuelo de pájaro, dos experiencias de este mismo mes de agosto del 2024. La reconocida Dra. Gina Ventura, hidrocálida y educadora ambiental es presidenta del Instituto Mexicano de Estudios Pedagógicos y Posgrado A.C. en Aguascalientes. Me escribe en Inbox que si les puedo dar una sesión del módulo de Educación a los Promotores del Agua, el 1 de Agosto. Me lo escribe por ahí del 20 de julio. Lo más fácil era negarse, decir no o hacer como que no vio uno el mensaje o algún otro artilugio tan de moda en estos tiempos digitales de las redes sociales y chat GPT. Yo contestó y solo informo que deben dirigir esa invitación a mi directora de Unidad con formalidad. Dos días después llega la invitación formal. Acepto ir, previa autorización de mi mando inmediato. Y me encuentro que la diáspora/diente de león de la educación ambiental está llegando a los Municipios en Aguascalientes en forma de Diplomado y con gente pagada por los gobiernos locales para aprovechas sustentablemente el recurso hídrico. Me complazco de haber aceptado. Como siempre- -decía el periodista ambiental uruguayo Hernán Shouret- me traje más de lo que compartí.

Una semana después de regresar, suena una llamada en telefónica en Facebook. Me habla desesperada una ex alumna egresada de este Programa Académico. Me informa que su hija se dedica a la educación ambiental en una Especialidad en mediación. Me gusta este impacto en la siguiente generación, pero no se lo digo. Me dice también que tendrán una plática/foro de discusión/ presentación con el fotógrafo argentino que esta por sacar el libro Luz en el Inframundo. Es un fotógrafo subacuático que se ha dedicado a fotografiar más de 200 cenotes en la Península de Yucatán. Tampoco me puede negar y me lleve la gran sorpresa de conocer otra realidad bien oculta en los ríos subterráneos, que debería conocer toda la humanidad o por lo menos los mexicanos que van muy seguido a esos desastres urbanos que son ya Cancún y Playa de Carmen.

Entonces queridos egresados es mucho lo que se aprende cuando se dice si, a la educación ambiental, como ustedes lo han hecho en estos dos años y como organizadores de esta ceremonia. El siguiente sí, es por supuesto para ustedes, la tesis de grado la cual está muy avanzada en todos los casos.

La educación y la que imparte este posgrado está llena de ritos que son esos actos repetido, obsesivos, compulsivos e invariablemente en cada una de las comunidades culturales. Tenemos muchos ritos en la Maestría en Educación Ambiental de la UPN 095: aferrarnos a formar para un campo indiscutiblemente e irrenunciable; creer en el pensamiento científico y el práctica pedagógica; formar para el pensamiento crítico pero también propositivo y transformador; preparar desde la lectura directa de los teóricos y no solo en artículos científicos, reconocer que nuestra población blanco eran maestros en servicio, pero que está moviéndose a velocidad vertiginosa con nuevas propuestas hacia la educación no formal, son muchos más ritos y prácticas.

Uno más es festejar a cada generación, invitando a sus familiares a una ceremonia formal como la que estamos viviendo esta mañana al pie del Ajusco.

En las diez y siete veces anteriores hay otro rito, dentro de este rito, que es invitar libremente a los estudiantes a que la generación tenga un nombre y un padrino o madrina de generación, que sirva para reconocer, identificar y recordar tanto a los egresados como al padrino mismo. La mayoría han sido Padrinos y Madrinas, educadores ambientales: maestros adscritos al Programa Académico, otros servidores públicos del medio ambiente, investigadores y actores comprometidos con el ambiental y la sustentabilidad.

Después de 32 años la lista comienza a ser larga, por lo que no nombraré a todos los Padrinos y Madrinas y nombres de las generaciones de este Programa Académico, referiré a algunos como ejemplos: Luis Donaldo Colosio, Edgar González Gaudiano, Armando Meixueiro Hernández, Alejandro Barrera Retana, José Pichardo Díaz, Jaime Villanueva, Alejandro Encinas, José Guadalupe Rincón Andrade; Alicia de Alba Ceballos, Miguel Ángel Arias Ortega, Juana Josefa Ruiz Cruz, Oswaldo Escobar Uribe, Alma Lilia Cuevas Nancy Benítez, Lucie Sauve, Sonia Rosales, Teresita del Niño Jesús Maldonado Salazar, Charles Darwin, Víctor, Lucy Ortega, Víctor Manuel Santos, Víctor Toledo Manzur, Marina Robles Gracia

La generación XVIII se llamará por convicción propia y de aquí a la eternidad Dra. Elba Aurora Castro Rosales., por muchas y muy variadas razones y sentimientos.

Tampoco podré expresar el cúmulo de cualidades de este personaje. Digo algunas Elba Castro, es un magnifica, solidaria, bella, cauta, perspicaz, elegante e inteligente ser humano: además de ser es una buena persona; como ser apasionada es digno ser imitable e inspiradora educadora ambiental; promotora de eventos culturales en educación ambiental; y también: escritora, gestora y ejecutora de proyectos del campo; ha sido por más de 20 años – mi contraparte- coordinadora académica de la Maestría hermana en Educación Ambiental en la Universidad de Guadalajara; Presidenta actual de la Academia Nacional de Educación Ambiental; Lectora, investigadora y con significativa producción académica sobre arte , en particular poesía ambiental; excelente anfitriona en Congresos Nacionales y reuniones académicas de educación ambiental ; Por todos esos méritos investigadora del Sistema Nacional de Investigadora del CONACYT. Los colaborados cercano a ella la llaman -por lo bajo- la Coordinatriz, por su don de mando, pero nosotros pensamos que más bien – como dijera Agustín Lara- tiene el hechizo de la liviandad. Bueno, las dos cosas y para fortuna nuestra, es una entrañable amiga.

Elba, gracias por asistir y aceptar ser la madrina y el nombre de esta generación.

Estimadas y estimado: Karla Monserrat, Max, Gustavo Alejandro, María del Carmen; Blanca; Areli Veronica, Stephanie, Ruby, Gema Denisse y Karla Quetzalli, cinco cuestiones finales: 1) agradecerles su compromiso y dedicación en estos dos años, 2) desearles que disfruten con sus seres queridos este gran logro- no todos en este país van a terminar un posgrado y menos en educación ambiental- , 3) invitarlos por enésima vez a obtener su grado académico; 4) No alejarse de seguir creciendo “ sin más pasión que la substancia” como nos lo dijo ya Neruda en poema arriba citado, y; 5) Los condeno por el resto de sus días terrenales a militar profesionalmente y hasta que les duela y lo asimilen, en la educación ambiental.

Educar para transformar

Muchas gracias

*Discurso pronunciado en el Auditorio A de la Universidad Pedagógica Nacional. Unidad Ajusco, el 17 de agosto del 2024

Sacapuntas

Winston S. Churchill

El timbre de las 8

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

Tema del mes

M. Carmen Ruiz Gómez, Carmen Rojo Pascual, Mª Angeles Ferrer Pascual, Lourdes Jiménez Navascués, Montserrat Ballesteros García
Gloria De la Garza Solis
Mónica Flor Sánchez Pérez
Alfredo Gabriel Páramo

Usos múltiples

José de Jesús González Almaguer

Mentes Peligrosas

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

Mirador del Norte

“pálido.deluz”, año 11, número 168, "Número 168. Te lo digo en serio: Humor y educación. (Septiembre, 2024)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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