Traducción Gabriel Humberto García Ayala

El director y músico de 70 años hace una crítica mordaz del cine de acción de Hollywood, al que acusa de abandonar toda ambición. Y aprovecha para exponer su visión del séptimo arte.

"Hay una cosa que odio..." Jim Jarmusch no se anda con rodeos cuando se le pregunta sobre el futuro del cine. La última prueba hasta la fecha, la entrevista –tan incoherente como apasionante– que el director concedió a la revista americana The Believer. El director, premiado en Cannes por Extraños en el paraíso en 1984 y Flores rotas en 2005, cuenta, además de su pasión por los castores y la música, además de su profunda indiferencia hacia algunas de las películas más aclamadas en taquilla.

“Haz la prueba tú misma, toma cualquier película de acción”, comienza emocionado. Busca un solo plano, que dure más de tres segundos. Para mí eso es casi un insulto. El grado cero de la realización. La cámara tiene que moverse cada tres segundos. Y nuevamente, ¡tres segundos es el máximo! Después de eso, ¡corta! ¡Un segundo, corte! ¡Dos segundos, corte! ¡Tres segundos, corte! Ya me duele la cabeza". No es tanto el escenario o la interpretación de un actor, sino el trabajo de montaje lo que despierta la ira del cineasta estadounidense.

El director, guionista y productor Jim Jarmusch cree que a las últimas superproducciones de Hollywood les falta trabajo y creatividad. "¡Honestamente, ve a la escuela de cine y mira películas! ¡Ve a leer un libro, mira cuadros! ¡Admira al menos algo! Eso es una tontería. No consigo acostumbrarme”, asevera.

Las críticas surgen con regularidad entre los grandes cineastas americanos. En 2019, Martin Scorsese provocó la ira de la franquicia Marvel, luego de rebelarse contra la producción masiva de películas del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU). “Todo en estas películas está oficialmente encorsetado... Todo está estudiado para el mercado, probado para conquistar al público, verificado, modificado, vuelto a controlar y remodelado hasta que esté listo para ser consumido”, lamentó.

“Me siento obligado a hacerlo”

Para Jarmusch, como para Scorsese, la observación es clara: el cine americano está equivocado en una producción puramente comercial, calibrada para el público, sin objetivo artístico. Jim Jarmusch insiste además en la presión mediática que rodea estas producciones, señalando de paso las películas “de culto” del cine.

"Hay cosas específicas que nunca veré", explica. Nunca veré nada de Star Wars porque lamento saber tanto sobre ellos, sobre los personajes. ¿Por qué está en mi cabeza, cuando nunca he visto una en realidad, por qué conozco a R2-D2 y a Darth Vader?, se pregunta el cineasta. Nunca he visto Lo que el viento se llevó, ni ahora ni nunca. Sencillamente porque no me siento obligado a hacerlo, y es algo bastante tonto.

¿Deberíamos tomarle la palabra a Jarmusch? A él mismo no le falta contradicción. "Todo es muy subjetivo, admite. No me gustan todas estas cosas que me presionan para ver, pero lo haré. En cuanto a Terminator, una obra maestra del cine. Una gran película de acción, en definitiva. Así que realmente no hago ninguna diferencia".

A los ojos del cineasta, todas las películas son iguales, sin jerarquía alguna. “Tengo mis preferencias, pero amo enorme y profundamente el arte de dirigir, el arte de hacer una película, explica. Y por supuesto, el trabajo de directores talentosos; pero en verdad miro todo tipo de cosas. Recientemente, en el avión, vi Cruella. Me encantó la serie de películas ¿Hay un policía...? ¡Porque es tan ridículo! Y estoy un poco asombrado por las películas de John Wick, ¡solo por la cantidad de personas que logra matar! Pero todavía no he visto los Crepúsculos".

Música antes que nada.

El director de 70 años también es músico a tiempo completo en su banda de rock Sqürl, formada con su amigo y productor Carter Logan. Su último álbum, Silver Haze, lanzado en mayo, incluye colaboraciones con la cantante y poeta Anika, pero también con Charlotte Gainsbourg, bajo el título John Ashbery Takes A Walk. La música por encima de todo, y por eso preferí el cine: tal podría ser el resumen de las actividades de Jim Jarmusch. Es inagotable en las bandas sonoras de películas; a menudo compone la suya. El cineasta también examina la cuestión de la inspiración y el homenaje en el proceso creativo. “En mi caso, no es realmente un problema: si alguien me robara mi guión, no haría lo mismo que yo, ¿sabes? Al mismo tiempo, no es muy agradable quitarle algo a alguien que aún no se ha dado cuenta”, admite.

"Suponiendo que no haya nada en el mundo que no se haya hecho ya, no veo por qué no se podría imitar o tomar prestado. Es extraño querer impedir eso. Si le robas un acorde a alguien y lo conviertes en las notas iniciales de Stairway to Heaven... bueno, eso es lo que hizo Led Zeppelin". Un fenómeno que el cineasta compara con el trabajo del director Quentin Tarantino, que utiliza numerosas referencias cinematográficas en sus propias películas. “Me apasiona la reapropiación, es decir, tomar algo de algún lado, para hacer otra cosa con ello. Es la base de todo arte”, afirma.

Una nueva película en preparación

A pesar de sus reticencias, Jarmusch no pierde todas las esperanzas en el cine. Está preparando un nuevo largometraje, “tranquilo, divertido y triste”, había confiado el director a The Playlist en abril; El rodaje está anunciado para este otoño. La película puede no incluir música. "Es una película muy sutil y muy fina", explica. Y creo que la música podría inclinarlo hacia un lado y no hacia el otro, porque después de todo, es una película a la vez divertida y triste, ¿verdad? De hecho, las dos están entrelazadas. No sé si quiero tener música para agregar algo encima". Cuatro meses después de este anuncio, la pregunta se ha convertido en una obsesión. "El mundo tiene tantas posibilidades para explorar en la música... Maldita sea, ¿por qué todas estas películas comerciales suenan igual?", se lamenta en su entrevista con The Believer.