La pobreza, la marginación y la ignorancia fueron siempre problemas éticos y de justicia social, pero hoy son una necesidad económica por lo que la mejor inversión pública y privada es combatir a la pobreza e incorporar a la población marginada a la educación, salud y al empleo cada vez mejor remunerado (…)l mejor ejemplo de esto es China: ningún país del mundo tiene una clase media de su dimensión, hoy hay cientos de miles de chinos que estudian posgrados en las mejores universidades del mundo, y ya tienen mejor tecnología en muchos sectores.