“Maestro no es aquel que con poses de líder se para frente a un grupo y
dice un discurso socrático. Maestro es aquél que, entre más sabe, más
humilde debe ser”
Profesor y Licenciado José Guadalupe Rincón Andrade egresado de la
Escuela Normal Rural “Lauro Aguirre” de Tamatán, Tamaulipas.
Director de la Unidad UPN 095 Azcapotzalco de 1990-2000
Descanse en paz (1938-2022)
[Discurso leído en la Ceremonia de graduación de la generación 2020-2022 de la Maestría en Educación Básica de la UPN095 Azcapotzalco, el 20 de agosto del 2022]
Buenos días honorables miembros del presídium, estimadas y estimados colegas de la Unidad 095, queridísimas egresadas y egresados de la Maestría en Educación Básica generación 2020-2022, orgullosamente profesoras y profesores de educación básica, luchadores incansables en las aulas, capaces de entregar todo hasta ponerse en deuda consigo mismo con la única finalidad de mantener funcionando el sistema educativo nacional.
Héroes anónimos que día a día sostienen la estructura de las instituciones educativas, y digo anónimos, porque cada uno de sus nombres como el de muchos otros debería quedar escrito en letras de oro en cada recinto escolar donde pisan. Desafortunadamente no es así.
Generación 2020-2022, una generación muy especial que queda grabada en mi memoria, porque a pesar de una pandemia de la magnitud a la que se enfrentó la humanidad y a las exigencias que les impusieron las autoridades educativas, dieron y dan mucho más que lo solicitado, para poder seguir realizando su labor educativa frente a un grupo, en algunos casos hasta 4 grupos de 40 estudiantes donde nunca dejaron de innovar, de intervenir, pues el contexto se movía a gran velocidad, donde realidades múltiples exigían un desgaste cognitivo y emocional mayor que el acostumbrado en la cotidianidad que se vivía en la prepandemia.
Aún frente a esos avatares, deciden cursar un posgrado y con gran osadía son capaces de concluirlo, motivo que ahora nos reúne en esta gran celebración. Mi más sincero reconocimiento a cada uno y una de ustedes, sobre todo, mi agradecimiento eterno por elegirme madrina de su generación, honor inmerecido y con toda humildad aceptado.
Sus queridas familias se encuentran en este gran festejo, buenos días.
Gracias por haber sido, seguramente, la fuerza de contención para que cada uno de nuestros queridos y queridas egresadas esté en el aquí y en el ahora.
Para entender el aquí y el ahora, es necesario reconocer la sucesión de hechos históricos que van marcando los procesos de construcción de las instituciones, que no son las estructuras de concreto lo que las sostienen, sino la fuerza de trabajo de cada ser humano que se encuentra en ese espacio, espacio muchas ocasiones endeble y con carencias.
Tal es el caso de las Unidades UPN de la CDMX, sin que la Unidad 095 Azcapotzalco sea la excepción, que se sostienen por la fuerza de trabajo de cada uno de los que laboramos ahí y por la energía nutricional que cada estudiante aporta.
Hace poco alguien me decía “nadie es indispensable en las instituciones”. Reflexionando en esa frase, pareciera que la cosificación invade el pensamiento de quien lo sostiene, pues no podríamos estar aquí si no fuera por el conjunto de aportaciones que realizan los sujetos involucrados y que se pretenden invisibilizar con esa frase. Sin embargo, hoy me empeño en traer al presente algunos sucesos, pues sin el esfuerzo de los presentes y de los ausentes, a quienes algunos neciamente se empeñan en darles voz, ya que sin los héroes anónimos no existirían las instituciones.
Pero refiriéndonos específicamente a los posgrados, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Desde su creación, en 1979, la oferta académica de las Unidades de la Universidad Pedagógica Nacional de la CDMX, ha estado asociada a la profesionalización docente.
En la Unidad 095 Azcapotzalco, mediante un esfuerzo insoslayable de un grupo de académicos que enfrentaron resistencias de todo tipo, en 1992 se diseñó y operó la Maestría en Educación Ambiental, vigente hasta ahora.
Inicié este discurso con quien en aquel momento era director de la Unidad 095 Azcapotzalco, el Profesor José Guadalupe Rincón “ausente y presente”, impulsor de los posgrados en las Unidades de la UPN junto con el Profesor Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán.
En ese mismo año se diseñó la Maestría con campo en Planeación Educativa de las Unidades 096 norte y 099 poniente, encabezados por la profesora Guadalupe Quintanilla Calderón y el profesor Wenceslao Jardón Hernández, otro ausente por jubilación, pero que dejó un legado en el ámbito del diseño de los posgrados.
A finales del 2008, otro grupo de académicas y académicos de todas las Unidades de la CDMX, dentro del orgullosamente formé parte, junto a varios de los colegas que se encuentran en el presídium, como la Profesora Maricruz, actualmente directora de Unidades; la Profesora Berenice, Directora actual de la Unidad; la profesora Nancy, coordinadora de posgrado; el profesor Armando Meixueiro responsable de una de las especialidades; la profesora Laura Macrina; la profesora Angélica Jiménez; el profesor Victos Santos, entre otros, algunos presentes y otros ausentes, por jubilación o porque se nos adelantaron en el tránsito de esta vida (Roberto Vera y Violeta), conformamos el cuerpo del diseño de la Maestría en Educación Básica.
Luego de un arduo trabajo de dos años, en el 2010 empezó a operar la Maestría que le devolvió el carácter nacional a la Universidad Pedagógica y de la que orgullosamente hoy egresan.
Volviendo a la frase “nadie es indispensable en las instituciones”, creo que esto no es verdad; todos somos parte esencial de la estructura de una institución, “Caminante no hay camino se hace camino al andar” y cada uno de los que conforman dichas instituciones entrega cuerpo y alma, sin distinción de tipo de contratación que, de sólo señalarlo, es un acto discriminatorio.
Antes de ser invisibilizada por el tiempo, no puedo dejar de mencionar lo que con más de 30 años en esta institución y 38 en el ámbito educativo, he repetido durante ese lapso: es impostergable mirar y definir la situación de las Unidades de la CDMX, evidenciada en el Congreso Nacional Universitario. Es imprescindible, asimismo, entender su lógica de estructuración, sus carencias y resolverlas, porque las Unidades de la CDMX son la casa de los profesores y nos gustaría recibir a todos en las Mejores condiciones.
Estoy plenamente segura de que, por nuestra parte, hemos puesto todo y la institución nos ha quedado a deber, como la mejora de las condiciones, no sólo estructurales sino laborales, en donde alrededor del 70% de los y las profesoras que laboran en las Unidades de la CDMX, pertenecen a un tipo de contratación diferente a la de base, dejando en la incertidumbre su arraigo laboral, pero no así su compromiso institucional, pues éste es independiente del tipo de contratación. He aquí la muestra de ello en una generación más de egresados de la Maestría en Educación Básica (2020-2022) orgullosamente UPN, la casa de los maestros.
Su transformación, queridos y queridas estudiantes, es evidente. Los estudiantes, sus colegas y autoridades serán los beneficiados. Ahora culminen su total autonomía académica titulándose; ese es su compromiso, el nuestro apoyarlos en todo lo necesario para que lo logren.
No quiero despedirme sin antes reiterar mi agradecimiento por todo lo que ustedes nos han dejado y le han dejado a la Unidad UPN 095, su fuerza combativa, su resistencia, su resiliencia. Por eso los exhorto a que sigan dando lo mejor de ustedes mismos para seguir forjando el futuro del México que todos anhelamos, sin olvidar nunca el lema de su casa universitaria:
Educar para transformar.
Muchas Felicidades.