"Orgulloso de mi origen descanso tranquilo, porque supe cumplir con la misión de Maestro. Tamaulipas fue mi origen y Sinaloa mi destino"
José Guadalupe Rincón Andrade, esas fueron las palabras que le escribiste a mi padre hace poco más de un año por motivo de su fallecimiento, y que quedaron grabadas en su lápida donde descansa eternamente. Hoy que has partido con el creador, te las escribo para que, al igual que mi papá, también queden grabadas en tu última morada como huella imborrable de tu paso por este mundo terrenal y del camino que forjaron juntos.
Vuela alto a reencontrarte con los tuyos y con tu gran amigo y hermano de vida José Guadalupe Salcedo Soto, mi padre. Que Dios te reciba en su reino para tu eterno descanso.
Vete tranquilo y con la satisfacción del deber cumplido, que nosotros te estaremos siempre agradecidos por el afecto y aprecio que nos tuvimos, por tus enseñanzas, las experiencias de vida y la educación que nos diste alguna vez en las aulas. En lo personal me quedo con los buenos recuerdos y convivencias familiares que compartimos durante tantos años.
Qué ironía, hace varios ayeres me viste nacer y llegar a este mundo, ahora es a mí a quien le toca verte partir del mismo. Estoy triste por tu muerte, porque siempre fuiste parte de mi familia, pero al mismo tiempo tranquilo porque ya no sufrirás más por la enfermedad que te arrebató la vida.
Y como decías cada vez que tenías la oportunidad:
"No son los muertos los que descansan bajo la tumba fría, muertos son los que tienen muerta el alma y viven todavía"
¡Tú siempre vivirás y estarás en nuestros corazones, en nuestros pensamientos y en nuestros recuerdos!...
Descansa en paz José Guadalupe Rincón Andrade, mi maestro, mi amigo, mi segundo padre, mi compadre.
Hasta pronto