Manipuladora, vacía e intencionalmente compleja: por qué no seguí viendo Rubia
Por Luisa Schwebel
Tomado del diario alemán Stern
Nota y traducción Gabriel Humberto García Ayala
Como muchas otras personas, yo tampoco pude abstraerme a la fascinación provocada por Marilyn Monroe. Leí Marilyn, de Norman Mailer; la biografía por excelencia escrita por Anthony Sommers, Diosa, las vidas secretas de Marilyn Monroe, entre otros libros sobre esta diva. Pero no Rubia, de Joyce Carol Oates, libro que lamentaba no haber podido conseguir. Pero ahora que he visto la película, siento que me habría desilusionado, igual que la película, una de cuyas reseñas reproduzco porque coincide con mi opinión:
Durante dos horas y 46 minutos, el director Andrew Dominik intenta acercar el icono del cine a los espectadores de su película sobre Marilyn Monroe Rubia. Para ello utilizó principalmente momentos perturbadores.
Pocas veces me ha resultado tan fácil detener una película. Gracias a la plataforma streaming. Si hubiera visto Rubia en el cine, las palomitas de maíz probablemente habrían sido la única razón por la que me habría mantenido en el asiento de la sala cinemtográfica un poco más. Ya la primera media hora de la nueva película del director Andrew Dominik (basada en el libro de Joyce Carol Oates) es una serie de momentos impactantes que se supone son profundos, pero en realidad solo me molestaron.
Rubia es una decepción total
Dominik muestra a Marilyn Monroe en diversos momentos de su vida. En ellos todos tienen algo en común: Baker, o Monroe, es la víctima, es explotada, abusada, sometida. Primero casi la ahoga su madre, luego la violan en la oficina del jefe de un estudio. Limita con el porno violento. Es lo que Dominik pone frente a sus espectadores. Sin embargo, el mayor engaño que realiza es sobre la heroína de su película: Marilyn Monroe.
Interpretada magníficamente por Ana de Armas, Monroe parece unidimensional, un único producto de sus circunstancias: la violencia contra ella y las relaciones disfuncionales resultantes con la gente. Pero Marilyn Monroe es un ícono cuyo potencial para una adaptación cinematográfica es casi infinito. Sus logros van mucho más allá de la imagen de esta deslumbrante diva del cine.
Durante su vida, Monroe luchó por un salario justo, cuando se enteró de que el coprotagonista Frank Sinatra ganaría más del triple de lo que ella ganaba. En 1955 fundó su propia productora para seguir defendiendo la causa. Apoyó al también actor de Hollywood Montgomery Clift, quien fue condenado al ostracismo por algunos miembros de la industria por su homosexualidad. Y usó su fama (y su propio trauma) como voluntaria para la caridad. Monroe, quien creció en hogares de niños huérfanos, apoyó las causas de los niños en numerosas ocasiones.
Marilyn Monroe, unidimensional
Aparentemente no hay lugar para todo esto en Rubia. En su película, Dominik se enfoca demasiado en momentos brutales y primeros planos, que probablemente tienen la intención de crear intimidad con la heroína, pero son intencionalmente complejos y finalmente fracasan completamente. El propio director lo explicó en una entrevista con Sight and Sound: "De eso no se trata realmente [los logros de Marilyn] en la película. Se trata de una persona que va a suicidarse". En la misma conversación describió a las mujeres de la película clásica Los hombres las prefieren rubias como "putas bien vestidas".
En numerosas reseñas y en las redes sociales, una de las escenas causó mucho desconcierto. En ella, de Armas como Monroe habla con su feto nonato, que luego perderá. "¿Vas a lastimarme otra vez esta vez, mamá?", pregunta el feto animado, en alusión a un aborto que se dice tuvo la actriz. En tiempos en que los conservadores en los Estados Unidos luchaban contra las mujeres, este es un momento cinematográfico devastador. Planned Parenthood ya describió a Rubia como "propaganda antiaborto".
Numerosos críticos, a través de las redes sociales, a su vez, explicaron por qué encuentran problemática la película. "Acabo de ver Rubia... encasilla a Norma/Marilyn para que solo permita que la abusen y la sexualicen o que llame a la gente 'papá'. Es extremadamente extraño. Tal vez deberíamos dejar de intentar que los hombres misóginos hagan películas innovadoras sobre mujeres de las que no saben nada", dice un tweet que rápidamente obtuvo más de 40,000 "me gusta". Otra persona escribió que Rubia era "una de las representaciones más espantosas, irrespetuosas y misóginas de Marilyn Monroe".
No solo Marilyn Monroe, esta mujer polifacética que aún hoy fascina a la gente, merecía más. Uno también desearía que el talento y el increíble carisma de Ana de Armas en la pantalla pudieran haber sido exhibidos en una película de Monroe que no explotara su fama.