Se queda el polvo sin memoria
que ha dejado descubierto
los objetos maltratados por el tiempo.
Será esta noche el baile solitario
por las habitaciones desnudas de objetos
que tatuaron su forma en las paredes
y los pisos en los días de encierro
La vida privada expuesta en la calle
hoy nuestra y mañana tierra ajena
se luce la mugre
los muebles mutilados
por una nueva realidad que rompe
y los objetos extraviados
asoman sus dedos en tus manos.
Ojos vigilantes se tornan propietarios de
la íntima patología cotidiana.
Mecánicamente van amontonando
los sueños
los recuerdos
las esperanzas.
Dueños del vértigo
y del desconocido destino
viendo cómo se abre la puerta al no retorno.
Momento en el que el cuerpo
ocupa un lugar abstracto
invadido por la sensación de
pertenecer a ninguna parte.
Muda de piel
desnudos
sin vestido nuevo.
Sobrevivientes
bañados por las aguas de otro río.
sosegando el miedo al cambio.