Mercurio
Ciudad de México, (22-04-2022).-Seguí con atención el debate parlamentario en el que no pasó la propuesta de reforma del Ejecutivo referente a la energía en nuestro país. Yo creo que México salió perdiendo, no porque la pretensión de López Obrador fuera realmente revolucionaria, sino porque la situación actual, votada, aprobada y usufructuada por los partidos de “oposición”, es peor. Sin embargo, de lo que hablaré del personaje en que priistas, perredistas, panistas y morenistas, además de los integrantes de los demás partidos, coincidían en un “nacionalista” y cuasi santo expresidente de México, Adolfo López Mateos, artífice de la nacionalización de la electricidad.
Venus
Desde su actuar como secretario del Trabajo y Previsión Social en el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos tuvo una actitud poco empática con los movimientos de los trabajadores. Maestros, tranviarios, médicos y ferrocarrileros sufrieron la hostilidad y represión de un Gobierno cada vez más lejano de los ideales de la Revolución Mexicana y más cercano a los designios del capital, en una época en la que la Guerra Fría se aprovechó para denostar las aspiraciones de la clase obrera. Tampoco debemos olvidar que el secretario de Gobernación del gobierno del multicitado “prócer” fue nada menos que Gustavo Díaz Ordaz, y en política no hay que olvidar eso del “Dios los hace y ellos se juntan”.
Tierra
Ya como presidente, el ahora héroe de tirios y troyanos (como los viejos llamamos a quienes profesan ideas políticas aparentemente irreconciliables) persiguió de manera violenta los distintos movimientos proletarios que alzaban su voz en el país. En 1959 le tocó a los ferrocarrileros y los maestros. En marzo, la represión fue escalando en ambos casos, con el costo incluso de vidas humanas, y con la carta del delito de “disolución social”, tan caro a López Mateos, Demetrio Vallejo pasaría los siguientes once años de su vida en el inhumano Lecumberri, hasta que lo alcanzara la amnistía posterior al movimiento social de 1968. Otra de las víctimas de López Mateos fue Othón Salazar, líder del magisterio, que buscaba que se descongelaran los salarios del gremio, como parte fundamental de sus peticiones.
Marte
También se persiguió y combatió a los campesinos, motor original de la Revolución de la que López Mateos presumía estar tan orgulloso. Rubén Jaramillo, agrarista, quería vivir en paz. Tenía tres hijos y su esposa, Epifanía Zúñiga, estaba embarazada. El campesino tenía amparos, que de nada le sirvieron cuando militares, policías y pistoleros al servicio de caciques locales lo llenaron de balazo, junto con su esposa, hijos, amigos y parientes, el 23 de mayo de 1962 El salvajismo de la ejecución aún llama la atención, por el encono y odio mostrados. La orden de la llamada “Operación Xochicalco” emanó, de acuerdo con investigadores recientes, del propio presidente de la República, Adolfo López Mateos.
Cinturón de asteroides
El delito de “disolución social”, creado en México por Manuel Ávila Camacho durante la segunda Guerra Mundial para proteger la soberanía de la nación ante la emergencia del fascismo, se enquistó en el sistema jurídico mexicano y se utilizó para perseguir, incluso con la cárcel, cualquier manifestación de disidencia bajo el pretexto de injerencia extranjera. Bajo este precepto no solo se persiguieron las manifestaciones en contra del Gobierno, sino que se condenó a docenas de personas a la cárcel. Con los años se llegaría a la conclusión de que este ordenamiento era erróneo, pero esa es otra historia. Del mismo modo, convendría recordar a los actuales hagiógrafos del expresidente que organismos como la Asociación de Banqueros y la CANCINTRA, bajo el pretexto de la amenaza comunista, aplaudían la mano dura del Gobierno y lo instaban a reforzar la represión