Búsqueda

Jueves, Noviembre 07, 2024

 

Las universidades nunca han sido homogéneas, mucho menos monolíticas. Históricamente coexisten en ellas y se confrontan distintas fuerzas y corrientes de pensamiento. Las universidades en México, y en particular la UNAM, no son excepción. En ellas han tenido lugar debates, enfrentamientos y conflictos por visiones encontradas del mundo y la sociedad, proyectos de país, concepciones sobre la orientación y organización de la universidad y reivindicaciones de académicos, estudiantes y trabajadores, entre otros.

Frente a la huelga estudiantil de 1929, el gobierno otorgó la autonomía a la Universidad Nacional. La autonomía es la relación política, histórica y dinámica entre la universidad y las instituciones del Estado mexicano. Sus características, límites y alcances han dependido de la relación de fuerzas, de la cohesión interna entre los universitarios y de las pretensiones intervencionistas de distintos gobiernos. Desde los años 40, las universidades públicas se alinearon a los proyectos del partido oficial y reprodujeron el autoritarismo, el presidencialismo y el corporativismo que han caracterizado al Estado mexicano. En la UNAM, este régimen se consagró en la Ley Orgánica de 1945, vigente hasta ahora.

A partir de los 60, en algunas universidades se rompió la hegemonía priísta sobre estudiantes y académicos. Salvo excepciones, como Barros Sierra en 1968, las administraciones autoritarias se supeditaron al poder público y enfrentaron a movimientos internos por la democratización de la universidad y la sindicalización del personal académico. Destacan la represión desatada por el rector Soberón, las expulsiones por motivos políticos, la marginación de las izquierdas universitarias y las intervenciones de la policía en el campus, en 1973 y 1977. Años más tarde la entrada de la policía, en 2000.

Durante las administraciones de Carpizo, Sarukhán, Barnés y De la Fuente (1984-2007) se impusieron a la UNAM y demás universidades públicas del país políticas de ajuste estructural y las llamadas neoliberales, que desde los años 80 prevalecieron en el mundo. La evaluación asociada a la entrega de recursos financieros a instituciones e ingresos a los académicos se convirtió en eje de las políticas públicas para educación superior. Desde el gobierno federal se buscó subordinar a las universidades, sus orientaciones, sus prácticas y a sus actores principales –docentes y estudiantes– a estas políticas. En 1986, 1992 y 1999 intentaron incrementar las cuotas. La resistencia de académicos y estudiantes logró moldear las prácticas y criterios de evaluación y limitar el impacto de las políticas restrictivas manteniendo el pase reglamentado del bachillerato a las licenciaturas. Las luchas estudiantiles mantuvieron la gratuidad en la UNAM.

A pesar del conservadurismo oficial, en la UNAM se ha consolidado una conciencia heterogénea del compromiso social de la universidad y su postura crítica –fundada en el conocimiento– frente al poder político y las fuerzas dominantes. Las interpretaciones diversas sobre el significado de esta “conciencia” universitaria, así como las relaciones cambiantes con otros actores políticos y sociales externos, han generado debates profundos y tensiones internas entre corrientes y de cara a distintas administraciones. Estas corrientes se expresan también de manera diferente, en cada campo, disciplina y profesión, en la generación y transmisión de conocimientos y en las publicaciones académicas, entre otras actividades universitarias.

Grupos conservadores –unos más que otros– amparados en la normatividad vigente, han mantenido el poder a lo largo de muchas décadas, negándose siempre al cambio. Han hecho frente a las demandas de democratización, transparencia y mayor participación en la toma de decisiones y el nombramiento de autoridades. Este es sin duda un desacuerdo y un reto pendiente que es necesario dirimir dentro de la UNAM, sin abrir paso a pretensiones de resolverlos desde afuera.

00:13 / 00:25

El sindicalismo académico de los años 70; los movimientos del CEU (1987 y 1992) el Congreso Universitario de 1990, y el CGH (1999-2000); las expresiones políticas en favor de Cárdenas en 1988, 1994 y 2000; el apoyo al EZLN desde 1994; la participación en el #YoSoy132, en 2012; las acciones por la presentación de los estudiantes de Ayotzinapa en 2014; la argumentación crítica y las acciones en contra de la “reforma educativa” de Peña Nieto; los paros de docentes de asignatura (2021) y las luchas actuales de las mujeres por la igualdad y contra la violencia de género, han movilizado y polarizado a la UNAM y a su entorno político y social. Estos procesos han sido parte de la disputa continua por el rumbo y el posicionamiento de la universidad. ¿Tiene algún sentido entonces, afirmar que la UNAM se ha derechizado?

Las disputas y enfrentamientos se han dado en el marco de condiciones políticas e históricas concretas que determinan los límites y alcances de la autonomía. Siempre han involucrado a representantes del poder público y a otros actores externos que –con mayor o menor conocimiento y con intereses diversos– pretenden incidir en la definición de los derroteros de la universidad y en los procesos internos de debate y confrontación. La universidad de la nación no puede pretender silenciar ni acallar opiniones sobre la institución y su futuro. Los universitarios, sin embargo, reclamamos que el debate esté fundado en sólidas reflexiones, conocimientos e información. También exigimos respeto para que las transformaciones necesarias y la solución de controversias y conflictos se den en el marco de acuerdos y decisiones internas.

Imanol Ordorika, Director General de Evaluación Institucional de la UNAM

 Periódico La Jornada

miércoles 27 de octubre de 2021 , p. 22

 

Sacapuntas

Humberto Maturana

El timbre de las 8

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

Usos múltiples

Joaquín Sabina
Roberto de Jesús González Ugalde

Mentes Peligrosas

Gabriel Humberto García Ayala
Olivier Delcroix
Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

Orientación educativa

José de Jesús González Almaguer y Norma Olivia Matus Hernández

Decisiones

Patricia Armendáriz

Mirador del Norte

Tarea

Luis Alberto Ramírez Barraza
Joan Manuel Serrat
José de Jesús González Almaguer
Armando Meixueiro Hernández
“pálido.deluz”, año 10, número 134, "Número134. Formación docente: pasado, presente y futuro. (Noviembre, 2021)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández,calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
Cuadro de Honor

Cuadro de Honor

Videoteca

Videoteca

Biblioteca

Biblioteca

Sitio creado por graficamental.com