"Pero donde más íbamos era a la colonia Narvarte, desde tiempos aún más remotos. Los taxis eran las folclóricas ´cotorras´ y los no menos curiosos ´cocodrilos´. De regreso, cuando ya estábamos cerca de la casa, me hacía el dormido para que me bajara mi papá cargado del taxi y me llevara hasta la casa. En aquella colonia, concretamente en la calle de Bonampak, vivían mis tías Lumba, Neche y Mari así como mi tío Goyo. Mi tía Lumba era la mejor. Siempre con su mirada dulce, su consejo afable, su ayuda desinteresada. Como todos eran mayores, hubo una época, (2, 3 años, no sé), en que empezaron a morir. Tampoco recuerdo el orden (quién primero, quién al último) Lo que sí, es que fueron fechas donde los rosarios, el olor a flores y el llanto generalizado se tornaron parte del escenario. El luto humano sin ambages. “Dios te salve, María llena eres e gracia…” El rito se hacía interminable, más para mí que no había sido instruido en esas lides, pues aunque mi padre era católico, mi madre era protestante. Y como generalmente las madres son las encargadas de trasmitir dichos menesteres, lo único que aprendí fue el padre nuestro. Mas, de tanto oír, ya me empezaba a grabar los rezos católicos. De todo esto último, asocio, al menos tres cosas. La primera: fueron tantas y tan constantes las pérdidas filiales para mi papá que al parecer lo endurecieron al respecto. Así, años más tarde, a muchos años de distancia, cuando falleció mi madre, veníamos bajando el elevador del hospital 20 de Noviembre, después de recibir la terrible noticia, recuerdo que lo veía triste, pero firme, y le recriminé, no violentamente, desde luego, por qué no lloraba. Simplemente me miró con sus ojos grises y una profundidad increíble. Me abrazó, y rompí a llorar con mayor fuerza. A los ocho días que fuimos al panteón a llevarle flores, veníamos de regreso en mi Renault 5 y, al intentar poner un casete, sin querer, observé que venía secando sus lágrimas. Sin alharacas, sin ruido, discreto como su ser mismo. Me demostró lo que es el dolor, la sobriedad, la soledad y la fortaleza de un solo golpe"