El nombramiento de la maestra Delfina es un reconocimiento triple: al magisterio de base, a la paridad de género y a la lucha de miles de docentes por revertir la reforma educativa neoliberal.
Ayer se concretó el relevo en una de las secretarías de Estado más importantes del país, tanto por los recursos humanos y materiales que administra como por la función social asignada: la Secretaría de Educación Pública.
Esteban Moctezuma, quien ha sido secretario de Estado en tres ocasiones, senador de la República y uno de los servidores públicos más completos de la actual administración, entrega el despacho a la maestra Delfina Gómez Álvarez, para ir a la más importante de las embajadas de México en el mundo, la de Estados Unidos, en Washington.
Conocí a Esteban en los años noventa. Primero, durante mi encargo como legislador y luego, como gobernador de Zacatecas, me tocó tratarlo en la Secretaría de Gobernación y en Desarrollo Social. Conciliador, diligente y atento, tenía la enorme virtud de ser sincero y directo en las gestiones que le planteaba, qué podía cumplir, qué no y en dónde pondría su mejor esfuerzo.
En Gobernación le tocó iniciar la negociación con el EZLN y atender los conflictos poselectorales en el sureste, especialmente en Tabasco y Chiapas, justo durante la época en que el hoy presidente AMLO era candidato del PRD a la gubernatura de su estado natal (1994).
Como secretario de Educación de la 4T, a Esteban Moctezuma le tocó atender temas importantes, como la revisión de la reforma educativa neoliberal del gobierno anterior, la negociación laboral con el SNTE y la CNTE (por primera vez en muchos años no hubo paros laborales magisteriales) e instrumentar la educación a distancia con el programa “Aprende en Casa”, a fin de no interrumpir el ciclo escolar de 30.5 millones de estudiantes de los niveles básico y medio superior. Un plan que le ha valido a México el reconocimiento de otros países.
Sin embargo, además de su capacidad política, la principal cualidad por la que seguramente Esteban fue elegido para ser secretario de Educación y ahora embajador de México en los Estados Unidos es su honestidad y su integridad como servidor público.
Con más de 30 años de servicio magisterial en educación básica, la maestra Delfina Gómez es la primera docente que en cien años ha ocupado la titularidad de la SEP.
Es un reconocimiento triple: al magisterio de base, a la paridad de género y a la lucha de miles de maestras y maestros por revertir la reforma educativa de orientación neoliberal.
Sin embargo, también posee una trayectoria política y administrativa importante, ya que ha sido presidenta municipal de Texcoco, diputada federal, senadora y delegada de los programas federales en el Estado de México, entidad cuya gubernatura estuvo a cuatro puntos de obtener en 2017.
Las prioridades que anunció ayer la nueva titular de la SEP refrendan que su tarea será consolidar la reforma educativa alterna que promueve la 4T: el regreso seguro y ordenado de docentes y estudiantes a las aulas, conforme vaya cambiando el semáforo sanitario; el refuerzo del programa “La Escuela es Nuestra”, para mejorar la infraestructura básica de los centros de estudio; la consolidación de la carrera magisterial y el mejoramiento de los contenidos educativos que se imparten en las escuelas públicas.
Hace cuatro años, el secretario de Educación tenía que andar a salto de mata, por los paros y plantones que la CNTE y el SNTE habían desplegado para echar atrás la reforma educativa de 2013. Hoy, una integrante destacada de ese movimiento de resistencia y reivindicación magisterial llega a ocupar la titularidad de la SEP. Una victoria más del magisterio de base.
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