Me vacuné contra el Covid en Pijijiapan, Chiapas. Nos invadía a los vacunados un sentimiento de júbilo, unión, agradecimiento y esperanza después de que nuestra sociedad ha permanecido en jaque por casi un año ya. Sin embargo, la situación de los manglares que distinguen a este espacio que besa la reserva de la biosfera “La Encrucijada”, en plena convivencia con tiraderos de PET y basura y azolves de los ríos amenazando la biodiversidad, hace mi júbilo momentáneo.
Para que la recuperación que viene sea duradera y resiliente, necesitamos evitar el regreso a las actividades y patrones de inversión basados en reactivar el consumo incontrolable. Las emergencias ambientales mundiales como el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad podrían causar daños socioeconómicos mucho más graves que el covid-19, y han sido solamente soslayadas ante la crisis reciente. Los paquetes de recuperación económica no pueden limitarse simplemente a recuperar las economías y los medios de vida, tienen que impulsar cambios estructurales para reducir la probabilidad de futuras crisis e incrementar la resiliencia de la sociedad frente a ellas cuando se materialicen.
Los efectos del cambio climático, la contaminación atmosférica, la pérdida de biodiversidad y la mala salud de los océanos ya están causando un sufrimiento enorme en todo el mundo y esconden otras vulnerabilidades sistémicas de la economía global que podrían llegar a eclipsar la crisis actual. La inversión en la infraestructura natural, como la reforestación y la restauración de los manglares y humedales, no solo permite mejorar la resiliencia ante los efectos del clima de manera sostenible y rentable, sino que también ofrece oportunidades de empleo e inclusión similares a las inversiones en infraestructura artificial.
Debemos en lo posible ceñirnos a los lineamientos internacionales para muchas de estas dimensiones, como el Acuerdo de París, las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica y el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres. Los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU también marcan un rumbo para garantizar la plena integración del desarrollo social y el bienestar con los objetivos ambientales.
No podemos bajar la guardia. Necesitamos una recuperación verde.