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Martes, Abril 30, 2024

(Discurso leído en la ceremonia de entrega de Diplomas de la licenciatura en Pedagogía de la segunda generación de la UPN095 Azcapotzalco, el 17 de junio del 2022)

 

Queridas estudiantes:

Hay preguntas y reflexiones que nos alentaron y acompañaron durante todo el trayecto de la carrera y que, a pesar de que no están resueltas, representan un desafío para constituirse, a partir de ahora, en ejes prioritarios para sus reflexiones educativas.

 

Preguntas tales como: ¿Qué es la pedagogía? ¿Cuál es su objeto de estudio? ¿Qué características debe tener una buena pedagoga? ¿Existe sólo una teoría pedagógica? ¿Ser pedagogo es una condición universal? ¿Qué es una pedagoga en América Latina? ¿Qué es un pedagogo en México?

 

Estás preguntas nos perfilan, con mayor profundidad, hacia la idea que podemos tener de educación y hacia un concepto de hombre, de ser humano.

 

Ustedes ya son grandes y seguramente tienen buenas respuestas y propuestas a todo esto. Además aprendimos, porque cuando llegaron a la universidad siendo unos retoños y se les preguntaba con exigencia: ¿Quién es tu pedagoga o pedagogo favorito? Entonces, se mordían las uñas, tartamudeaban, no sabían que responder… Nunca faltó quién dijera titubeante: ¿Batman… el Hombre araña?

 

Vaya, a pesar de que nos parece absurda la respuesta, tendríamos que analizarla con la seriedad que caracteriza a un científico social o a un buen pedagogo. Y tratar de comprender por qué un joven estudiante piensa en Batman, Las princesas de Disney, Luisito comunica o las Kardashians como pedagogos favoritos.

 

Pero bueno, para cerrar este paréntesis y no seguir haciendo digresiones: En cierta ocasión, frente a la pregunta del pedagogo favorito, dos estudiantes contestaron: ¡Montessori! ¡Freinet! Entonces les dije: ¡Muy bien! Ahora díganme quién es su pedagogo latinoamericano favorito. Otra vez, las estudiantes se mordieron las uñas y tartamudearon… y luego de varios minutos, al fondo del salón, alguien pronunció: ¿Freire, Paulo Freire?

 

Y sí, al parecer, el único pedagogo latinoamericano que conocen los estudiantes de pedagogía, y la mayoría de nuestros profes, es Paulo Freire. ¡Y cómo no, si es como nuestro Messi de la Pedagogía. Que digo Messi, más bien es nuestro Pelé de la pedagogía. Nuestro Ayrton Sena, Joao Gilberto o Rubem Fonseca de la educación.

¿Y Por qué Paulo Freire es nuestro Pelé de la pedagogía?

La importancia de Paulo Freire para la pedagogía consiste en que conjuntó parte del pensamiento crítico occidental de los sesenta y un conjunto de valores y saberes comunitarios del pensamiento latinoamericano: Por un lado, abrevó del existencialismo francés: Jacques Maritain, Emmanuel Mounier, Jean-Paul Sartre. Y por otro, desarrolló una praxis que provenía de la educación popular latinoamericana, que cristalizó, en la década de los sesenta y setenta del siglo pasado, a través de la revolución cubana y de la silenciada teología de la liberación, entre otras corrientes de pensamiento que se fueron depurando en la crisis de la modernidad, por medio de un original y renovado materialismo histórico.

Así, Paulo Freire resignifica y concilia de algún modo, dos tradiciones educativas:

  1. A) Una tradición europea (sobre todo francesa, española e italiana) en la que se traslucen propuestas educativas asociadas a una auténtica caridad católica. Hecho que podemos descubrir en pensadores que aluden explícita o implícitamente a la educación, como Francisco de Asis, Bartolomé de Las Casas, Vasco de Quiroga, Juan Bautista de La Salle; y más cercanamente, en el siglo XX, a autores como Don Milani, Pedro Poveda y los ya mencionados Maritain y Mounier.

 

  1. B) De la tradición latinoamericana de educación popular, Freire resignifica aquellos pensadores que en la pedagogía oficial dominante (norteamericana y eurocéntrica) no se habían considerado, pero que en el caso de América Latina desarrollaron un papel fundamental en la constitución de una nueva cultura, a partir de la educación de los pueblos originarios (pobres, explotados y oprimidos) desde aquella invasión y conquista del continente en 1492. Esta nueva cultura se fue sedimentando en proyectos educativos de resistencia y contrahegemónicos, en los que debemos incluir los procesos de independencias latinoamericanas del siglo XIX. De este modo, descubrimos pensadores como Simón Rodríguez, José Ma. Morelos, José Martí, José Carlos Mariátegui, Gabriela Mistral, José Vasconcelos, o Jesualdo Sosa, entre otros.

 

Por lo anterior, considero que en la Pedagogía del oprimido, una de las principales obras de Freire, publicada en 1968, convergen ideas de estas dos importantes tradiciones. Allí, Freire retoma la noción sartreana del hombre como una libertad en situación (aquí se devela la tradición europea descrita).

El hombre como libertad en situación contiene dos elementos ontológicos en los que no ahondaré pero que se asocian con lo siguiente: la libertad es conciencia de ser y existir, posibilidad de trascender, posibilidad de ser de un modo diferente; mientras que la situación es el conjunto de condicionamientos y/o determinantes que tiene el hombre: su biología, su cuerpo, su raza; su psicología: sus emociones, traumas, habilidades cognitivas; su historicidad social: su contexto geográfico, su clase, su época, su cultura… Así, los actos humanos se expresan como libertad situante, cuando la conciencia trasciende los condicionamientos; y como libertad situada, cuando las determinaciones constriñen la conciencia humana.

 

A esta concepción de hombre, Paulo Freire integrará un elemento que procede de la tradición educativa latinoamericana y que consiste en el valor comunitario. El hombre puede ser libertad situante, siempre y cuando lo realice con el otro. El hombre será libertad situante unido al otro.

En Pedagogía del oprimido, Freire denuncia la “Educación bancaria” como un instrumento de opresión en el que no se resuelve la contradicción entre educador-educando, ya que ambos tienden a cosificarse, a realizarse como libertad situada: el educando no sabe, no piensa, escucha dócilmente, es disciplinado; por otro lado, el educador se asume como el que sabe, piensa, habla, impone una disciplina, actúa y prescribe. Así, el pedagogo brasileño apuesta por una educación problematizadora y dialógica que transformará las relaciones entre educador y educando, donde habrá un “esfuerzo permanente a través del cual los hombres van percibiendo, críticamente, cómo están siendo en el mundo, en el qué y con el que están.” (Freire, 1969: 90). El hombre entonces se expresa como libertad situante unido al otro. De esta manera es que vislumbramos que integra elementos de la tradición latinoamericana.

Vuelvo a las preguntas iniciales de este discurso. Y pienso que, siguiendo las enseñanzas de Freire podríamos responder que la pedagogía nunca está plenamente concluida o determinada, su definición, su existencia, está siendo en cada momento y se construye en colectivo desde el contexto específico. Y entonces, considerando esta perspectiva educativa, nuestras pedagogas y pedagogos tendrían como propósito fundamental intentar reunir en lugar de separar; dialogar en lugar de discutir; reencontrar en lugar de enfrentar; comprender en lugar de juzgar... Supongo que si miramos al otro y nos miramos a nosotros mismos como sujetos libres y reflexivos, podremos superar la contradicción opresor-oprimido, y crecer juntos como seres humanos dignos de este mundo y de estos tiempos problemáticos.¡Hasta que la dignidad se haga costumbre!

 

 

Referencias

Freire, Paulo. (1969) Pedagogía del oprimido. 53ª. Ed. México, Siglo XXI editores, 2000. 245 pp

Sacapuntas

Secretaría de Educación Pública

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Educación Ambiental

Mirador del Norte

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Tarea

Amparo Dávila
José Luis Mejía
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“pálido.deluz”, año 10, número 142, "Número 142. Nuevo marco curricular: Los nuevos programas y contenidos escolares en México. (Julio, 2022)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández,calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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