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Jueves, Noviembre 21, 2024

César Labastida Esqueda ya perdió la cuenta del número de Reformas Educativas que ha vivido en carne propia, todas con la promesa de mejorar el nivel educativo de su país. Todas abandonadas en medio del campo de batalla escolar.

Dichas reformas, a Labastida le tocaron como estudiante en los primeros años de la primaria, con aquellos famosos libros de texto gratuitos, que tenían en la portada una representación de la patria con una hermosa mujer. Luego vivió con todo el cambio: La Reforma Educativa que se implementó en la época de Luis Echevarría (1970-1976), y que trajo consigo nuevos libros de texto y cuestiones delicadas como la incorporación de la educación sexual y algunas categorías críticas en la historia y las ciencias sociales, así como una propuesta de experimentos para las ciencias naturales. La transformación educativa tenía cierta lógica, después de los movimientos estudiantiles que en 1968 irrumpieron por todo el mundo desnudando el fracaso de las sociedades democráticas que en el llamado “Primer mundo” se exhibían como modernas y civilizadas.

César Labastida recordaba vagamente que en quinto o sexto año de primaria, algunos compañeros del salón habían descubierto en el libro de Ciencias Naturales la unidad que abordaba el tema de educación sexual. Tal hallazgo causó un morboso revuelo entre los estudiantes, que provocó la intervención de un grupo de padres de familia, enfurecidos, que le exigieron a la maestra arrancar las hojas de esa parte del libro o engraparlas para que sus hijos no las pudieran ver.

En la secundaria que estudió César Labastida, llegó la tecnología educativa con sus clases prediseñadas, los objetivos generales, los particulares, los específicos y las actividades para que se lograra un aprendizaje de calidad. También con evaluaciones buenas para cualquiera en cualquier lado.

También sufrió como estudiante diversos cambios en la forma de aprender a leer y escribir: del método onomatopéyico, lleno de sonidos y cuentos, al que practicó para enseñar: el llamado Método Global de Análisis Estructural, además de las estrategias tarjeteras del constructivismo, que nunca llegó ni alcanzó a comprender.

César Labastida ha visto como el rey del salón de clase (o mejor la reina: ya que en la docencia hay más mujeres) era el profesor y luego, el rey se volvió el contenido escolar, donde lo fundamental era el cumplimiento de objetivos y propósitos. Y de ahí, el otro rey del aula fue a dar con los niños (constructores de su propio conocimiento, le repitieron), considerado centro de las experiencias educativas; para seguir el trayecto a los aprendizajes esperados, las competencias y las check list llamadas rúbricas.

De este último modelo, el profe César Labastida se cansó de buscar sus fundamentos pedagógicos: nunca los encontró. Lo que sí padeció, justo en el sexenio pasado (2012-2018), fue una persecución inmisericorde por parte de las autoridades y los medios de comunicación. Preocupado por esas salvajadas no se dio cuenta cómo ese modelo educativo se implementó, sintetizado en una gráfica que fue plana completa en periódicos de circulación nacional por más de seis meses. Un día César hizo la cuenta millonaria del costo de no comunicar ese modelo. Se fue de espaldas de lo que se podría a ver hecho en educación con esa fortuna.

Labastida piensa que todas esas reformas son, a vuelo de pájaro, la historia de los desaciertos educativos en México. Funcionarios sin idea de país o propuestas educativas; educación prescriptiva sin formación y capacitación, de perpetua improvisación, de Reforma tras Reforma.

César, que procura estar bien informado, ve notas aisladas sobre una nueva Reforma Educativa a punto de implementarse en agosto del 2022, que como todas las anteriores no tomo en cuenta a la generalidad de los maestros y maestras. Y se enterando de algunos de los nuevos ingredientes: educación centrada en las comunidades, con diálogo de saberes, recuperación de lo local, cambios en la forma de evaluación y promoción, transformación de los años escolares, y otras linduras.

El profesor Labastida ve en el calendario escolar que las clases terminan la última semana de julio y se pregunta: ¿los profesores ya estarán formados e informados para esto que se les vuelve a venir encima?

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“pálido.deluz”, año 10, número 142, "Número 142. Nuevo marco curricular: Los nuevos programas y contenidos escolares en México. (Julio, 2022)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández,calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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