No hay respiro ni en el Super Bowl. El flujo de órdenes ejecutivas, ocurrencias descabelladas, instrucciones ilegales, decisiones anticonstitucionales, amenazas económicas, planes expansionistas, indultos criminales, atentados contra instituciones o cierre de dependencias gubernamentales es un diluvio.
El fin de la distracción estratégica es que la multiplicidad oculte el propósito de fondo, que mantenga a la sociedad y a los medios comiendo de la palabra impredecible del presidente Trump, mientras el diseño último de la barahúnda se mantiene en secreto.
Héctor Aguilar Camín
https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/la-distraccion-estrategica