Ser culto es saber el sánscrito, si se quiere, pero también, maravillarse ante un crepúsculo; ser culto es llenar fichas acerca de una disciplina que se cultiva con preferencia, pero también emocionarse con una música o un cuadro, o descubrir el íntimo secreto de un verso o un niño (...).
Quizá se comprendiera mejor mi pensamiento decantado en este concepto de la cultura: la actitud integralmente humana, sin mutilaciones, que resulta de un largo estudio y de una amplia visión de la realidad. Así tiene que ser el maestro".
Julio Cortázar, Esencia y misión del maestro, en "Papeles inesperados"